entrevista con la UDO
rectora Milena Bravo de la UDO

Las autoridades de la Universidad de Oriente (UDO) exigen nuevamente al Estado que garantice la seguridad en sus cinco núcleos, tras la quema del Instituto de Oceanografía y de la Biblioteca Central durante la cuarentena.

Así lo afirmó la rectora de la UDO, Milena Bravo, en una entrevista telefónica con Efecto Cocuyo este jueves 25 de junio. Tras la quema de la Biblioteca Central el pasado 1 de junio, la UDO pactó con el ministro de Educación Universitaria designado por el chavismo, César Trompiz, “un encuentro beneficioso” entre la universidad y los organismos de seguridad.

El pasado miércoles las autoridades académicas se reunieron con funcionarios de la Región Estratégica de Defensa Integral (Redi) y la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi), así como representantes de la fiscalía para formalizar un plan de resguardo del núcleo central de la universidad, en Cumaná,  estado Sucre.

“Si no nos dan seguridad, imposible seguir avanzando”, expresó Bravo a la Redi en esa ocasión.

Desde que comenzó la cuarentena en marzo hasta el día 5 de junio la organización para la defensa de los derechos universitarios Aula Abierta contabilizó 112 ataques a las universidades, de las cuales 36 ocurrieron en la UDO.

Sin embargo, la rectora afirma que “en lo que va de año han arremetido contra UDO Sucre todos los días”.

El incidente más inmediato ocurrió el domingo 21 de junio, cuando una numerosa banda armada amarró con sogas a los vigilantes del núcleo y se infiltraron en el Instituto de Biomedicina y Ciencias Aplicadas (Ibca), tras romper puertas y ventanas.

En batalla permanente

La rectora de “La casa más alta de Oriente”, que ha graduado a 127 mil profesionales, se declara “en lucha constante” contra la delincuencia que azota sus recintos.

Según su experiencia con las incidencias en los años recientes, ¿cuál sería la solución para evitar la criminalidad en la universidad?

-Nuestras estrategias son universitarias. No podemos lidiar con bandas armadas que son opuestas a lo que debe ser un universitario. Debe ser el mismo Estado el que cumpla con su función de proteger a los ciudadanos como lo dicta la ley. Hemos hecho la denuncia que corresponde con evidencia a todas las instituciones que tienen que ver con la seguridad del estado y que están en obligación de brindar un apoyo con un mejor resultado. Tenemos más de 30 denuncias en Fiscalía (este año). Ya van a ser seis meses en estado demasiado crítico.

¿Se hablaría de una intervención de los militares dentro de la universidad?

-No. Quiero aclarar que en el Consejo Universitario estamos de acuerdo por unanimidad en que entren las fuerzas de seguridad a proteger. No se violenta la soberanía universitaria: se violenta la autonomía cuando no permitimos que entren a neutralizar a los delincuentes.

¿El problema de la inseguridad se trata de un déficit presupuestario para costear la vigilancia?

-No tenemos vigilancia privada porque yo como rectora no estaba de acuerdo. Me traía más problemas que soluciones. Cada núcleo tiene un registro de sus vigilantes y el de Sucre tiene una muy buena cantidad, pero no tienen protección porque no pueden portar armas. Esa es la grave dificultad. En Anzoátegui no hay muchas personas que quieren trabajar de vigilante, porque ante el azote de la criminalidad los delincuentes vienen armados y ante esa situación tienden es a esconderse. Eso es lo que tratamos de corregir con el ministro, una alianza entre los organismos de seguridad del Estado y la universidad.

La semana pasada pudieron recuperar unos equipos con la ayuda de cuerpos policiales en el estado Bolívar en un ataque a ese núcleo.

-Sí, pero el problema es que no es constante. Buscamos que la atención sea permanente, que entren a custodiar. Una petición que hago es que sea permanente la supervisión… El ministro Trompiz envió una comisión policial a Cumaná, y el domingo cuando atacaron el Ibca, los policías prestaron ayuda a los vigilantes, y eso está bien. Ya es diferente, el vigilante se siente también protegido.

Volviendo a la situación de Cumaná, desde mayo hasta agosto de 2019 un grupo de personas secuestró las instalaciones del rectorado, ¿relacionan a ese grupo de tomistas con los ataques posteriores contra el núcleo de Sucre?

-Los que tomaron el rectorado fueron miembros de la comunidad universitaria, ahí había alumnos y exalumnos y otras personas del entorno. Realmente es un caso distinto… no puedo decir que eran las bandas que atacan al núcleo, lo del rectorado está demostrado quiénes fueron. Es una denuncia que está en fiscalía con un dossier que llevamos completo y todavía no hemos tenido respuestas de esta incursión. Eso sí, que destrozaron, hurtaron y si no fueron los mismos tomistas, ellos permitieron que las personas entraran a llevarse equipos y material nuevo de provisión en el depósito para los cinco núcleos.

 ¿Qué puede explicar que unos delincuentes comunes quemen una biblioteca?

-Es la pregunta que todos nos hacemos, a lo mejor cada quien tiene una respuesta distinta. Lo que podemos pensar es que solo una mente enferma puede tener algún objetivo detrás de la quema de una biblioteca. La biblioteca sirve más a una comunidad de estudiantes de bajos recursos que no pueden comprar libros que a los directivos de esta institución.

Después de la quema, el primero en hablar fue el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, y pidió que se hiciera una campaña de recaudación, ¿Eso estaba coordinado?

-No, no. El ministro Villegas se pronunció de manera inmediata, pero no tiene nada que ver con nuestra campaña. Nosotros vamos a resolver nuestro problema. Estábamos ideando un plan estructurado y asimilando el impacto. Nadie me va a entender lo que sentí al ver la destrucción del núcleo, me afectó doblemente.

¿Ha sido buena la respuesta de la campaña de la universidad?

-Muy buena. Quiero dar las gracias a la comunidad internacional que prestó su solidaridad a partir de este hecho tan bochornoso. Se pasó de lunes a viernes de la semana pasada recogiendo donaciones de libros en los cinco núcleos.

Además, la Academia de Ciencias, Universidad Autónoma de México y el Instituto de Biomedicina para las Ciencias Materiales se ofrecieron a ayudarnos con la creación de una biblioteca central digital y se va a sumar una gran cantidad de especialistas a donar libros modernos, de nuevas ediciones, que no tendríamos posibilidad de comprarlos, porque no tenemos ese presupuesto en dólares.

Viendo en retrospectiva estos ocho años al frente de la UDO, ¿cuál ha sido el reto más grande que ha tenido?

-A través de todos estos años mi mayor reto y logro ha sido mantener la UDO abierta. Todos los años se ha mantenido de pie y mantenerla abierta ha significado todos los sacrificios. Hemos pensado en cómo salvar cada semestre en particular, y nunca hemos declarado un semestre perdido, con excepción de algunas carreras focalizadas en materias específicas… La universidad única es autónoma, plural, libre, gratuita, donde concurren todos los estudiantes. Da cabida a todos los que quieren entrar ahí, y a sus ideas, sean cuales sean porque ahí se debaten. De eso se trata.