Marzo de 2007, en pleno gobierno de Hugo Chávez, se comienzan los trabajos de construcción del ambicioso proyecto de la línea del Metro Guarenas-Guatire, que apenas un año antes se había proyectado para cubrir la ruta entre estas dos ciudades mirandinas con el municipio Sucre del Distrito Capital.

En ese entonces, la promesa fue inaugurar este sistema de transporte en julio 2012, en boca del propio Chávez en uno de sus programas de TV que solía transmitir todos los domingos. Se dijo que las obras fueron proyectadas por un costo alrededor de los 2.000 millones de dólares y que serían ejecutadas en ese plazo estimado de 64 meses. 

El proyecto estimaba la construcción de siete estaciones, desde la entrada de Guarenas, en el sector La Vaquera, hasta la salida de Guatire, en los alrededores de Villa Heroica. En sus comienzos también se habló de otras tres estaciones, que se ubicarían en plena autopista Gran Mariscal de Ayacucho, entre los tramos Waraira Repano (cerca de Petare), Caucagüita y Belén (inmediaciones de El Cercado).

Pocos viaductos están terminados

Tras la muerte de Chávez, en noviembre de 2015, tras varias paralizaciones de los trabajos, Nicolás Maduro aseguró que los guareneros y guatireños estarían interconectados vía Metro en el año 2016, lo que tampoco sucedió. «Y para Caracas nos vamos luego», dijo el mandatario en su promesa incumplida.

Otros voceros del oficialismo, como Rodolfo Sanz, exalcalde de Guarenas y en ese momento secretario de gobierno del gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, aseguró en el año 2017 que este sistema ferroviario sí estaría listo, pero en 2018. Tampoco se cumplió.

El gobierno venezolano le encargó la construcción de la obra a la empresa brasileña Odebrecht y pagó más de 7.800 millones de dólares, de acuerdo con documentos oficiales a los que tuvo acceso la ONG Transparencia Venezuela. Sin embargo, el Metro solo tiene 27 % de avance, está paralizado y así continúa hasta el sol de hoy.

La nueva promesa

Más recientemente, nuevamente Maduro prometió la reactivación de los trabajos para la construcción de este necesario medio de transporte. El pasado 28 de septiembre de 2021, el gobernante chavista aseguró que se destinaron 15 millones de euros para terminar lo que Odebrecht dejó paralizado, pero se aseguró de no fijar una nueva fecha estimada para la conclusión.

Dos semanas después, el actual ministro de Transporte Terrestre, Hipólito Abreu, desde una de las vigas abandonadas desde hace varios años, indicó que ya se iniciaron esos trabajos, algo que solo vieron los habitantes de ambas poblaciones mirandinas el 19 de octubre cuando posteó en su Twitter la promesa que ya antes habían jurado terminar sus predecesores.

Reactivan trabajos del Metro para Guarenas-Guatire, según ministro Abreu

¿Qué han visto los guareneros y gatireños?

En un recorrido hecho por Efecto Cocuyo esta semana, que finaliza este 14 de noviembre, se pudo constatar que, efectivamente, no hay trabajadores a lo largo de los 12 kilómetros del sistema, que hasta ahora solo tiene visible columnas (algunas sin terminar), vigas, cabillas y unos viaductos a medio construir.

Valentina Delgado, habitante de la urbanización Nueva Casarapa, en el municipio Plaza, dio testimonio para este medio que sí pudo ver hace unas semanas que colocaron una grúa telescópica en la zona cercana a Guatire, a la altura de la sede de la Unefa, pero no la vio más.

«Creo que fue porque esa semana estuvo un ministro allí con unos obreros, parecía que tomaban fotos y hacían videos. Pero más nunca volvieron. Soy estudiante, tengo 13 años viviendo aquí y en todo ese tiempo solo he visto promesas, pero metro o trabajos, nada», dijo.

Lo mismo dice Iván Sánchez, quien desde que comenzó la pandemia dejó su trabajo en una empresa de consumo masivo en Caracas para realizar labores de transporte con su vehículo particular en Guarenas. Este conductor, que recorre diariamente ambos municipio cuando la cola por gasolina se lo permite, afirma que lo que ha podido observar desde que Maduro hizo la nueva promesa es el mismo paisaje que desde hace ya 14 años:

«Puras bases y cabillas peladas; como si fuese un pueblo fantasma de las películas. Yo dos veces, una con Chávez y otra con Maduro, me tuve que calar dos colas de horas para poder llegar de Caracas a Guarenas, porque los dos en años diferentes ‘inauguraron’ las obras y los dos prometieron que las terminarían hace años y nada», indicó.

Máquinas y galpones solitarios

¿Por qué sería una solución?

Cuando se ideó la construcción de este sistema entre los municipios Zamora (Guatire), Plaza (Guarenas) y la Gran Caracas, se pretendía aliviar el gran tráfico que se producía en la autopista Gran Mariscal de Ayacucho en más de 30 kilómetros de infinitas colas, de parte de personas que trabajaban en Caracas y habitaban (o más bien pernoctaban) en estas llamadas ciudades dormitorio.

Luego, cuando solo se dijo que este Metro cubriría de momento el recorrido entre Guarenas y Guatire, al menos sirvió de sentimiento de alivio ante la escasez de transporte público para interconectar estas dos poblaciones, unidas por la avenida intercomunal.

Las proyecciones en 2012 era que este sistema de trenes superficiales movilizaría a unos 36 mil pasajeros por hora. Entre ambas ciudades suman más de 424.000 habitantes, según los datos del censo poblacional de 2015; muchas de esas personas esperan que algún día se dé cuenta de que se hizo con el patrimonio invertido en lo que hoy pareciera convertirse en un kilométrico «elefante blanco».

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