La Gran Misión Plan Chamba Juvenil, avalada por el Ministerio de Educación, lleva adelante un plan de reclutamiento de jóvenes bachilleres para ocupar el puesto de los docentes que han abandonado las escuelas venezolanas debido a las precarias condiciones laborales.

La prosecución de esta estrategia ha sido confirmada con la incorporación de 1.700 jóvenes del Plan Chamba Juvenil como docentes de las escuelas públicas del estado Zulia, según información de la ministra de Educación, Yelitze Santaella.

Recientemente circuló a través de redes sociales una convocatoria de esta Misión del gobierno de Nicolás Maduro para jóvenes bachilleres que quisieran trabajar en el sector educativo. Los interesados podrían postularse al puesto de maestro, personal administrativo u obrero, consignando su Registro Único de Información Fiscal (RIF), currículum, fotocopia de la cédula, fotocopia del título de bachiller y certificado bancario.

El encargado de recibir las solicitudes en el municipio Sucre del estado Miranda fue Ronald González, representante de la Comisión de Juventud Trabajadora de la organización juvenil del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), quien informó que los jóvenes que sean aceptados tendrán facilidades para cursar o retomar sus estudios superiores en el área de educación en las universidades del Estado.

Sin embargo, esta no es la primera vez que se denuncia la contratación de “maestros exprés”, pues desde agosto de 2017 jóvenes del Plan Chamba Juvenil fueron graduados como docentes de Física, Biología, Química, Matemáticas e Inglés en 12 semanas a través de la Micromisión Simón Rodríguez, para posteriormente ser incorporados a la nómina de MinEducación y vinculados a diferentes centros educativos del país.

No obstante, se desconoce si estos jóvenes lleguen a incluirse en las convenciones colectivas u otros mecanismos de protección social que poseen los gremios de este sector, por considerarse como personal de emergencia.

La Gran Misión Chama Juvenil, creada en 2018, tiene como función ayudar a jóvenes de entre 18 y 35 años a conseguir empleo, a quienes se ha incluido en trabajos de aseo, albañilería, empresas públicas y hasta se les ha convocado para actos proselitistas.

Este programa —que atiende a 4 % de la población venezolana, según la Encuesta Nacional sobre Condiciones de Vida (Encovi) 2021—, ha sido criticado por especialistas por considerar que representante un nuevo “mecanismo de captación ideológico-político y que representa otro gasto sin verdaderos beneficios para el ya deteriorado presupuesto de la nación.

El peligro de convertir a las escuelas en guarderías

Para Gilberto Mas y Rubi, presidente del Sindicato Unitario de Magisterio Zuliano (SUMA), el reclutamiento de personal no calificado podría convertir a las escuelas en centros de cuidado, en lugar de ser centros de aprendizaje. “No se busca a estos jóvenes para enseñar, sino para cuidar muchachos”, afirmó.

“Cuando un representante asiste a una escuela, no deja a su hijo para que lo protejan, sino para que le enseñen. La pregunta que tenemos que hacer es si estos muchachos están en la capacidad de difundir el conocimiento que necesitan los alumnos”, concluye Mas y Rubi.

Además, para Mas y Rubi es preocupante que esta estrategia pueda comprometer el ascenso social de los niños, niñas y adolescentes de menos recursos que asisten a las escuelas públicas, pues recibirán una educación de baja calidad y que podría entorpecer el desarrollo de habilidades fundamentales para el desenvolvimiento de sus vidas.

Por otra parte, Mas y Rubi advierte que si el gobierno no rectifica los salarios, y otras políticas públicas erróneas, es probable que los maestros de Chamba Juvenil abandonen sus puestos de trabajo en corto tiempo, dejando a los estudiantes a la deriva.

Actualmente, los docentes de mayor rango —con doctorados, publicaciones y otras distinciones—  perciben entre 60 y 70 dólares mensuales, aproximadamente, en el sector público, mientras que la canasta básica ronda los 230 dólares.

Algunas características de la docencia en Venezuela

La escasez de personal docente y el deterioro de la calidad profesional son dos de los muchos problemas a los que se enfrenta el sistema educativo venezolano.

En primero lugar, para el año 2020, la Federación Venezolana de Maestros (FVM), principal gremio docente del país, estimó que durante los últimos 5 años, aproximadamente, 100.000 docentes han abandonado el sistema educativo.

Y por su parte, un reporte de 2020 de Equilibrium Cende evaluó que el ingreso de nuevos docentes “se realizan mayoritariamente “a dedo” bajo criterios político-clientelares”, sin contar con el perfil necesario, y sin someterse periódicamente a evaluaciones estandarizadas de desempeño. 

Además, Equilibrium Cende identificó que los mecanismos político-partidistas de ingreso a la carrera docente vienen acompañados de la condición de “interino”, entendido como un desempeño transitorio.

“Los docentes interinos representan el 55% de la nómina oficial, lo que constituye una fuente de precariedad laboral y le otorga al gobierno la posibilidad de controlar políticamente a los docentes que temen perder sus trabajos”, informa la investigación.

Cende también pudo evaluar que el ingreso a los planteles públicos es altamente discriminatorio: “favorece a los egresados de la Misión Sucre, Chamba Juvenil e instituciones de formación docente férreamente controladas por el gobierno, en detrimento de los egresados de las universidades autónomas e institutos pedagógicos con cierto grado de autonomía en sus decisiones”.

En vista de los resultados, esta organización afirma que para recuperar el prestigio de la profesión docente en Venezuela es necesario prestar atención a la formación inicial, la formación continua, a la carrera docente y a su remuneración e incentivos, siendo estas dos últimas dimensiones las áreas más críticas.

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