En el 48 periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, presentó un informe, este 13 de septiembre, sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, con énfasis en los derechos económicos, sociales y culturales, así como su relación con el gobierno venezolano. Mostró preocupación por los bajos ingresos en los sectores salud y educación.
En su participación oral, destacó la crítica situación de los trabajadores del sector formal, 56,1 % de estos trabajadores y de los pensionados venezolanos, y dijo que tienen ingresos promedios entre dos y cinco dólares estadounidenses, «y ni qué decir del otro 43,9 % de los venezolanos o que están desempleados o en el sector informal».
Y pidió hoy a todos los países que tienen sanciones sectoriales contra Venezuela que las levanten debido a que han agravado la precaria situación económica y social de la población.
«La situación humanitaria y económica preexistente se vio agravada tanto por la pandemia del COVID-19 cuanto por las sanciones sectoriales, limitando aún más el acceso a los servicios básicos. Reitero mi llamado a que se levanten estas sanciones», señaló.
Las sanciones sectoriales prohíben las transacciones con empresas que se creen que participan en actividades juzgadas ilícitas por cuenta de un gobierno, y en el caso de Venezuela afectan a entidades del sector petrolero y minero, principalmente.
En el informe de la oficina de Bachelet se pide a los países mantener su ayuda humanitaria a Venezuela, en particular en lo referido a la pandemia, y que para ello se asegure una distribución justa de las vacunas, que han estado ampliamente disponibles en los países ricos en detrimento de los pobres.
El informe de Michelle Bachelet también ilustró la vulnerabilidad de los pueblos indígenas cuya situación de manutención se ha exacerbado con la pandemia y con la escasez de combustible, pero especialmente con los efectos dela expansión de la minería en el arco minero del Orinoco del cual se carece de data e informaciones oficiales.
«La combinación arco minero del Orinoco y derrames petróleos en zonas protegidas y alegaciones de muertes y amenazas contra indígenas en zonas mineras indica una grave crisis ambiental en el país, responsabilidad directa del Estado».
También cuestionó que la vacunación contra el COVID-19 no solamente es dramáticamente baja, sino que el gobierno no da información detallada sobre beneficiarios, uso de fondos públicos y monitoreo después de la vacunación.
Igual refiere que de los programas de transferencia alimentaria, para mitigar los efectos de la pandemia, no hay información pública detallada sobre el presupuesto, la participación y la fiscalización de estos programas:
A Michelle Bachelet le llamó la atención los pocos avances en materia de protección de los defensores y defensoras de derechos humanos, y se refirió a que los diálogos políticos en México deben traducirse en avance para la protección de los derechos humanos.
Para Marino Alvarado, abogado y el ex-coordinador general de la organización de derechos humanos Programa Venezolano de Educación y Acción (Provea), en realidad, esta expresión «pocos avances» debería leerse realmente como un retroceso e incremento de los riesgos para los defensores, sindicalistas líderes sociales y trabajadores humanitarios.
Y en cuanto a su posición sobre las negociaciones «nosotros agregamos que ningún proceso de negociación que incluya el tema de los derechos humanos puede llevarse a cabo sin la participación y con garantías de las víctimas de las violaciones derechos humanos o sus representantes».
«Queremos expresar que -aunque el informe de la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, parece estar redactado para no poner en evidencia los retrocesos mostrando la parte llena del vaso- la situación de Venezuela sigue siendo una emergencia humanitaria compleja, con dramáticas y cotidianas tragedia humanas y con sistemáticas violaciones a los derecho. humanos.
Nos sigue preocupando, dijo, en el caso de Provea que matice sus informes en aras de mantener su presencia actual en el país. «Esta actitud lejos de fortalecer su trabajo, lo debilita, así como debilita las posibilidades de negociar un memorando de entendimiento para la creación de una oficina permanente en Venezuela».
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En el 48 periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, presentó un informe, este 13 de septiembre, sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela, con énfasis en los derechos económicos, sociales y culturales, así como su relación con el gobierno venezolano. Mostró preocupación por los bajos ingresos en los sectores salud y educación.
En su participación oral, destacó la crítica situación de los trabajadores del sector formal, 56,1 % de estos trabajadores y de los pensionados venezolanos, y dijo que tienen ingresos promedios entre dos y cinco dólares estadounidenses, «y ni qué decir del otro 43,9 % de los venezolanos o que están desempleados o en el sector informal».
Y pidió hoy a todos los países que tienen sanciones sectoriales contra Venezuela que las levanten debido a que han agravado la precaria situación económica y social de la población.
«La situación humanitaria y económica preexistente se vio agravada tanto por la pandemia del COVID-19 cuanto por las sanciones sectoriales, limitando aún más el acceso a los servicios básicos. Reitero mi llamado a que se levanten estas sanciones», señaló.
Las sanciones sectoriales prohíben las transacciones con empresas que se creen que participan en actividades juzgadas ilícitas por cuenta de un gobierno, y en el caso de Venezuela afectan a entidades del sector petrolero y minero, principalmente.
En el informe de la oficina de Bachelet se pide a los países mantener su ayuda humanitaria a Venezuela, en particular en lo referido a la pandemia, y que para ello se asegure una distribución justa de las vacunas, que han estado ampliamente disponibles en los países ricos en detrimento de los pobres.
El informe de Michelle Bachelet también ilustró la vulnerabilidad de los pueblos indígenas cuya situación de manutención se ha exacerbado con la pandemia y con la escasez de combustible, pero especialmente con los efectos dela expansión de la minería en el arco minero del Orinoco del cual se carece de data e informaciones oficiales.
«La combinación arco minero del Orinoco y derrames petróleos en zonas protegidas y alegaciones de muertes y amenazas contra indígenas en zonas mineras indica una grave crisis ambiental en el país, responsabilidad directa del Estado».
También cuestionó que la vacunación contra el COVID-19 no solamente es dramáticamente baja, sino que el gobierno no da información detallada sobre beneficiarios, uso de fondos públicos y monitoreo después de la vacunación.
Igual refiere que de los programas de transferencia alimentaria, para mitigar los efectos de la pandemia, no hay información pública detallada sobre el presupuesto, la participación y la fiscalización de estos programas:
A Michelle Bachelet le llamó la atención los pocos avances en materia de protección de los defensores y defensoras de derechos humanos, y se refirió a que los diálogos políticos en México deben traducirse en avance para la protección de los derechos humanos.
Para Marino Alvarado, abogado y el ex-coordinador general de la organización de derechos humanos Programa Venezolano de Educación y Acción (Provea), en realidad, esta expresión «pocos avances» debería leerse realmente como un retroceso e incremento de los riesgos para los defensores, sindicalistas líderes sociales y trabajadores humanitarios.
Y en cuanto a su posición sobre las negociaciones «nosotros agregamos que ningún proceso de negociación que incluya el tema de los derechos humanos puede llevarse a cabo sin la participación y con garantías de las víctimas de las violaciones derechos humanos o sus representantes».
«Queremos expresar que -aunque el informe de la Alta Comisionada, Michelle Bachelet, parece estar redactado para no poner en evidencia los retrocesos mostrando la parte llena del vaso- la situación de Venezuela sigue siendo una emergencia humanitaria compleja, con dramáticas y cotidianas tragedia humanas y con sistemáticas violaciones a los derecho. humanos.
Nos sigue preocupando, dijo, en el caso de Provea que matice sus informes en aras de mantener su presencia actual en el país. «Esta actitud lejos de fortalecer su trabajo, lo debilita, así como debilita las posibilidades de negociar un memorando de entendimiento para la creación de una oficina permanente en Venezuela».