Maria Ressa, Nobel de la Paz: Necesitamos ayudar al periodismo independiente a sobrevivir
Credit: Heiko Junge / EFE

Maria Ressa dedicó su Nobel de la Paz a los periodistas del mundo que se mantienen fieles a la misión de defender la verdad y hacer que el poder rinda cuentas. La periodista filipina homenajeó en su discurso a la directora general de Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes; al periodista bielorruso, Roman Protasevich, “cuyo avión fue secuestrado para que pudiera ser encarcelado” y al activista social y magnate de la prensa Jimmy Lai condenado en Hong Kong por haber participado en una vigilia “no autorizada por las autoridades”, entre otros.

Desde el podio, Ressa abogó por el periodismo independiente, expuso la amenaza de la desinformación que promueven las empresas estadounidenses de internet que ganan dinero polarizando a la población y alimentando la intolerancia.

El virus de la desinformación

“La tecnología ha permitido que un virus de mentiras nos infecte a cada uno de nosotros, enfrentándonos, sacando a relucir nuestros miedos, ira y odio y preparándonos el escenario para el surgimiento de autoritarismos y dictadores alrededor del mundo (…) Nuestra mayor necesidad hoy es transformar ese odio y violencia, el lodo tóxico que recorre nuestro ecosistema de información, priorizado por las empresas estadounidenses de internet que ganan más dinero al difundir ese odio y desencadenar lo peor en nosotros”, afirmó.

La periodista cuestionó que redes sociales como Facebook, que es el distribuidor de noticias más grandes del mundo, sean usadas para difundir mentiras mezcladas con ira y odio.

“La violencia en línea es violencia del mundo real. Las redes son un juego mortal por el poder y el dinero, lo que Shoshana Zuboff llama capitalismo de vigilancia, que extrae nuestras vidas privadas para obtener ganancias corporativas descomunales. Nuestras experiencias personales son absorbidas en una base de datos y luego vendidas al mejor postor. Estas operaciones están diseñadas para socavar estructuralmente la voluntad humana, es un sistema de modificación de comportamiento en el que somos los perros de Pavlov”, advirtió.

También alertó sobre la pandemia de misoginia y odio que afecta la salud mental y la seguridad física de las mujeres, las niñas, las personas trans y LGBTQ+ en todo el mundo: “Las mujeres periodistas están en el epicentro del riesgo”.

Periodismo independiente

Ante esto, Ressa expone la necesidad de construir ecosistemas de información que vivan y mueran por los hechos. “Necesitamos ayudar al periodismo independiente a sobrevivir, en primer lugar brindando una mayor protección a los periodistas y oponiéndonos a los Estados que atacan a los periodistas. Debemos abordar el colapso del modelo publicitario para el periodismo”, señaló.

“Sin hechos no se puede tener verdad. Sin verdad no se puede tener confianza. Sin confianza no tenemos una realidad compartida, no tenemos democracia y se vuelve imposible lidiar con los problemas existenciales de nuestro mundo: el clima, el coronavirus, la batalla por la verdad”, agregó.

La periodista recibió el Nobel de la Paz junto a su colega ruso Dmitri Muratov, este viernes 10 de diciembre, y expresó que con este reconocimiento, el comité del Nobel está marcando un momento histórico: “Dmitri y yo tenemos suerte porque podemos hablar con ustedes ahora, pero hay muchos más periodistas perseguidos en las sombras”.

Durante la ceremonia, la galardonada recordó que la última vez que un periodista en activo recibió este premio fue en 1936, se trata de Carl von Ossietzky, quien nunca llegó a Oslo porque languidecía en un campo de concentración nazi.

El gobierno filipino presentó 10 órdenes de arresto contra Maria Ressa en menos de dos años. El año pasado fue condenada por difamación cibernética por una historia que publicó hace ocho años cuando la ley que supuestamente se le acusa de viola ni siquiera existía. El total de cargos que enfrenta, por hacer periodismo, pueden condenarla a 100 años de cárcel.

“Una bomba atómica invisible explotó en nuestro ecosistema de información y el mundo debe actuar como lo hizo después de Hiroshima. Como en ese momento, necesitamos crear nuevas instituciones, como las Naciones Unidas, y nuevos códigos que expresen nuestros valores, como la declaración universal de los derechos humanos, para evitar que la humanidad empeore. Es una carrera armamentista en el ecosistema de la información”, reflexionó.

Lea el discurso completo de Ressa aquí.

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