Keydomar
La fuerza extraordinaria de Keydomar Vallenilla ya se siente en La Vega. Foto: Edixon Games Credit: Edixon Games

“Sentí una fuerza extraordinaria”. Esas palabras están entre las primeras frases que dijo Keydomar Vallenilla cuando se bajó del podio medallero en Tokio

“De La Vega para el mundo”, se le escuchó en algunos de los videos que colgaron en las redes sociales.

Mientras tanto un leve despertar, con aires de esperanzas, se alzaba en el barrio San Miguel de La Vega, en el sureste capitalino, de donde es Keydomar.

“Estamos llenos de felicidad, ya nos pusimos a organizar en la comunidad su llegada”, dijo vía telefónica “la Negra”, líder vecinal de la parroquia.

“Venga hermano, toda Latinoamérica está contigo”

Esa fue la frase -seguida de un grito salido de las entrañas de una narradora- que se escuchó en las casas del barrio.

En ese instante la emoción ocupó el lugar de la tristeza que dejaron los intensos tiroteos ocurridos entre el 7 y 9 de julio de este año en la Cota 905 y en algunos sectores de La Vega.

“La Vega también está contigo, somos más que malandros y tiroteos. Somos gente buena y luchadora, una muestra clara es Keydomar”, repetía “la Negra”.

Pero no fue ella sola. En los grupos de WhatsApp vecinales las hurras se dejaron sentir. De lado y lado, es decir de la Cota 905 y La Vega, se disputaban la vecindad del atleta: es de Las Brisas de la 905, es del barrio San Miguel.

Fue una disputa sana, en las que las armas eran los emoticones de las manitas aplaudiendo, la bandera tricolor y el corazón rojo.

De inmediato, uno de los vecinos dijo: pongamos en nuestros estados “La Vega no es plomo es gente luchadora”.

“Y eso es lo que somos, Keydomar es el reflejo de lo que somos y, ahora, él es un referente para los niños, niñas y adolescentes de la parroquia. Esa medalla nos subió el ánimo”, dijo Ana Castro.

“La Negra” conoce a Keydomar desde niño. Lo recuerda como un muchacho callado y dedicado al deporte, siempre con su mamá Carolina.

Él ahora es la segunda medalla de plata para Venezuela en esta edición de los Juegos Olímpicos 2020, coronado como subcampeón en el levantamiento de pesas de 96 kg. Con sus 21 años se robó el show en su debut olímpico en la Halterofilia.

A los 14 años ya competía en el sub 15 y le decían “monstruo”. En 2019 se colgó el medallón de bronce en Los Panamericanos de Lima.

En Tokio se alza como un “titán”. Genuino, sencillo, muy modesto. Hoy es plata para Venezuela, «pero por encima de todo para La Vega, una zona que vale lo que pesa», dijo Castro.

Para Peterson Plaz, un joven pelotero, el pesista es un orgullo y representa el futuro. «He viso a la mayoría de los atletas en el IND trabajando muy duro. Particularmente, es una alegría para el país, es un regalo para la gente de La Vega, estamos muy contentos y ojalá ésta sea una de las tantas medallas de las que van a lograr los venezolanos en los Juegos Olímpicos 2020.

Mientras que Ana Díaz lo consideró como un digno hijo de Venezuela, que hoy cubre de gloria a su próspera familia y a La vega.

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