Haitianos-venezolanos: el viaje desde Brasil hasta Estados Unidos

LA HUMANIDAD · 25 SEPTIEMBRE, 2021 12:31

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Ivan Reyes | @IvanEReyes

Foto por Iván E. Reyes

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Labonté sonríe cuando se le pregunta sobre su vida en Venezuela. “Era un hermoso país, pero luego todo se puso mal”, dice. La sonrisa se disipa, y le da paso a un rostro serio y poco expresivo. Labonté Fluly tiene 58 años de edad y, aunque hace tres meses emprendió un viaje  desde Brasil hasta Estados Unidos, vivió 22 años en Caracas. Allí tuvo a sus dos hijos. Él, su esposa Marie, su hija Ivana y su hijo Valeski fueron parte de los miles de haitianos que cruzaron la frontera entre México y EE.UU. entre el 15 y el 18 de septiembre de este año.

El lazo  venezolano

Labonté y Marie se conocieron en Venezuela.  Ivana y a Valeski, sus hijos, nacieron en Caracas. Estos dos niños, cuando se les pregunta de dónde son, sin dudar dicen que de Venezuela. Ivana tiene 9 años y Valeski 8. La familia entera se fue de Venezuela en 2015. Partieron hacia Brasil, para instalarse en Boa Vista, una ciudad cercana a la frontera venezolana con Brasil.

Allí se mantuvieron hasta hace tres meses, cuando decidieron emprender su camino hacia Estados Unidos.

“Crucé Colombia, Panamá y muchos países. Todo a pie”, dice Labonté Fluly en la entrada del refugio de Val Verde, en la fronteriza ciudad texana, Del Río. 

El miércoles 22 de septiembre una duda se disipó. Él y su familia fueron admitidos en Estados Unidos y podrán iniciar su proceso de asilo. Así como otros haitianos, Labonté pasó varios días debajo del puente fronterizo y, junto a su esposa, tuvieron que cuidar de sus hijos pequeños con la incertidumbre de no saber si los iban a deportar.

 

 

Migrantes haitianos del rio texas

Labonté vivió 22 años en Catia

 

Como muchos de sus paisanos,  Labonté llegó  a Los Magallanes de Catia, al oeste de Caracas en 1993. El país cambió ante sus ojos y en 2015, ya con una familia formada, tomó la decisión de marcharse a otro lugar. La migración de haitianos en Venezuela tiene un registro de aproximadamente 30 años y se agudizó luego del terremoto de 2010, según datos académicos.

Ivana tiene 9 años y habla portugués, español y creole

“Antes se vivía bien en Venezuela, pero desde hace mucho tiempo no se parece en nada a lo que era”, recordó el haitiano en perfecto español. De los niños, Ivana es la que tiene algunos recuerdos de Caracas. Rememoró El Ávila y dijo que le gustaba ir a la plaza Bolívar con su mamá.

Ivana quiere ser médico y Valeski todavía no lo tiene tan claro. Ahora, en Estados Unidos, ella y su hermano viajan con sus padres hacia el estado de Florida donde se instalarán mientras reciben una respuesta sobre su solicitud de asilo.

 

Labonté, Ivana y Marie, se bajan de un vehículo de la Patrulla Fronteriza

LA HUMANIDAD · 25 SEPTIEMBRE, 2021

Haitianos-venezolanos: el viaje desde Brasil hasta Estados Unidos

Texto por Ivan Reyes | @IvanEReyes
Foto por Iván E. Reyes

Labonté sonríe cuando se le pregunta sobre su vida en Venezuela. “Era un hermoso país, pero luego todo se puso mal”, dice. La sonrisa se disipa, y le da paso a un rostro serio y poco expresivo. Labonté Fluly tiene 58 años de edad y, aunque hace tres meses emprendió un viaje  desde Brasil hasta Estados Unidos, vivió 22 años en Caracas. Allí tuvo a sus dos hijos. Él, su esposa Marie, su hija Ivana y su hijo Valeski fueron parte de los miles de haitianos que cruzaron la frontera entre México y EE.UU. entre el 15 y el 18 de septiembre de este año.

El lazo  venezolano

Labonté y Marie se conocieron en Venezuela.  Ivana y a Valeski, sus hijos, nacieron en Caracas. Estos dos niños, cuando se les pregunta de dónde son, sin dudar dicen que de Venezuela. Ivana tiene 9 años y Valeski 8. La familia entera se fue de Venezuela en 2015. Partieron hacia Brasil, para instalarse en Boa Vista, una ciudad cercana a la frontera venezolana con Brasil.

Allí se mantuvieron hasta hace tres meses, cuando decidieron emprender su camino hacia Estados Unidos.

“Crucé Colombia, Panamá y muchos países. Todo a pie”, dice Labonté Fluly en la entrada del refugio de Val Verde, en la fronteriza ciudad texana, Del Río. 

El miércoles 22 de septiembre una duda se disipó. Él y su familia fueron admitidos en Estados Unidos y podrán iniciar su proceso de asilo. Así como otros haitianos, Labonté pasó varios días debajo del puente fronterizo y, junto a su esposa, tuvieron que cuidar de sus hijos pequeños con la incertidumbre de no saber si los iban a deportar.

 

 

Migrantes haitianos del rio texas

Labonté vivió 22 años en Catia

 

Como muchos de sus paisanos,  Labonté llegó  a Los Magallanes de Catia, al oeste de Caracas en 1993. El país cambió ante sus ojos y en 2015, ya con una familia formada, tomó la decisión de marcharse a otro lugar. La migración de haitianos en Venezuela tiene un registro de aproximadamente 30 años y se agudizó luego del terremoto de 2010, según datos académicos.

Ivana tiene 9 años y habla portugués, español y creole

“Antes se vivía bien en Venezuela, pero desde hace mucho tiempo no se parece en nada a lo que era”, recordó el haitiano en perfecto español. De los niños, Ivana es la que tiene algunos recuerdos de Caracas. Rememoró El Ávila y dijo que le gustaba ir a la plaza Bolívar con su mamá.

Ivana quiere ser médico y Valeski todavía no lo tiene tan claro. Ahora, en Estados Unidos, ella y su hermano viajan con sus padres hacia el estado de Florida donde se instalarán mientras reciben una respuesta sobre su solicitud de asilo.

 

Labonté, Ivana y Marie, se bajan de un vehículo de la Patrulla Fronteriza

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