Labonté sonríe cuando se le pregunta sobre su vida en Venezuela. “Era un hermoso país, pero luego todo se puso mal”, dice. La sonrisa se disipa, y le da paso a un rostro serio y poco expresivo. Labonté Fluly tiene 58 años de edad y, aunque hace tres meses emprendió un viaje desde Brasil hasta Estados Unidos, vivió 22 años en Caracas. Allí tuvo a sus dos hijos. Él, su esposa Marie, su hija Ivana y su hijo Valeski fueron parte de los miles de haitianos que cruzaron la frontera entre México y EE.UU. entre el 15 y el 18 de septiembre de este año.
Labonté y Marie se conocieron en Venezuela. Ivana y a Valeski, sus hijos, nacieron en Caracas. Estos dos niños, cuando se les pregunta de dónde son, sin dudar dicen que de Venezuela. Ivana tiene 9 años y Valeski 8. La familia entera se fue de Venezuela en 2015. Partieron hacia Brasil, para instalarse en Boa Vista, una ciudad cercana a la frontera venezolana con Brasil.
Allí se mantuvieron hasta hace tres meses, cuando decidieron emprender su camino hacia Estados Unidos.
“Crucé Colombia, Panamá y muchos países. Todo a pie”, dice Labonté Fluly en la entrada del refugio de Val Verde, en la fronteriza ciudad texana, Del Río.
El miércoles 22 de septiembre una duda se disipó. Él y su familia fueron admitidos en Estados Unidos y podrán iniciar su proceso de asilo. Así como otros haitianos, Labonté pasó varios días debajo del puente fronterizo y, junto a su esposa, tuvieron que cuidar de sus hijos pequeños con la incertidumbre de no saber si los iban a deportar.
Labonté vivió 22 años en Catia
Como muchos de sus paisanos, Labonté llegó a Los Magallanes de Catia, al oeste de Caracas en 1993. El país cambió ante sus ojos y en 2015, ya con una familia formada, tomó la decisión de marcharse a otro lugar. La migración de haitianos en Venezuela tiene un registro de aproximadamente 30 años y se agudizó luego del terremoto de 2010, según datos académicos.
Ivana tiene 9 años y habla portugués, español y creole
“Antes se vivía bien en Venezuela, pero desde hace mucho tiempo no se parece en nada a lo que era”, recordó el haitiano en perfecto español. De los niños, Ivana es la que tiene algunos recuerdos de Caracas. Rememoró El Ávila y dijo que le gustaba ir a la plaza Bolívar con su mamá.
Ivana quiere ser médico y Valeski todavía no lo tiene tan claro. Ahora, en Estados Unidos, ella y su hermano viajan con sus padres hacia el estado de Florida donde se instalarán mientras reciben una respuesta sobre su solicitud de asilo.
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Labonté y Marie se conocieron en Venezuela. Ivana y a Valeski, sus hijos, nacieron en Caracas. Estos dos niños, cuando se les pregunta de dónde son, sin dudar dicen que de Venezuela. Ivana tiene 9 años y Valeski 8. La familia entera se fue de Venezuela en 2015. Partieron hacia Brasil, para instalarse en Boa Vista, una ciudad cercana a la frontera venezolana con Brasil.
Allí se mantuvieron hasta hace tres meses, cuando decidieron emprender su camino hacia Estados Unidos.
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El miércoles 22 de septiembre una duda se disipó. Él y su familia fueron admitidos en Estados Unidos y podrán iniciar su proceso de asilo. Así como otros haitianos, Labonté pasó varios días debajo del puente fronterizo y, junto a su esposa, tuvieron que cuidar de sus hijos pequeños con la incertidumbre de no saber si los iban a deportar.
Labonté vivió 22 años en Catia
Como muchos de sus paisanos, Labonté llegó a Los Magallanes de Catia, al oeste de Caracas en 1993. El país cambió ante sus ojos y en 2015, ya con una familia formada, tomó la decisión de marcharse a otro lugar. La migración de haitianos en Venezuela tiene un registro de aproximadamente 30 años y se agudizó luego del terremoto de 2010, según datos académicos.
Ivana tiene 9 años y habla portugués, español y creole
“Antes se vivía bien en Venezuela, pero desde hace mucho tiempo no se parece en nada a lo que era”, recordó el haitiano en perfecto español. De los niños, Ivana es la que tiene algunos recuerdos de Caracas. Rememoró El Ávila y dijo que le gustaba ir a la plaza Bolívar con su mamá.
Ivana quiere ser médico y Valeski todavía no lo tiene tan claro. Ahora, en Estados Unidos, ella y su hermano viajan con sus padres hacia el estado de Florida donde se instalarán mientras reciben una respuesta sobre su solicitud de asilo.
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