«Gracias a estos últimos años de revolución, los docentes hemos abierto los ojos»

LA HUMANIDAD · 3 FEBRERO, 2016 15:03

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Julett Pineda Sleinan | @JulePineda


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El fin de semana pasado el papá de la maestra María Antonieta, quien trabaja en un Colegio Bolivariano de lunes a viernes de 8:00 am a 3:00 pm, sufrió un infarto. Inmediatamente, lo llevaron a una clínica pero no lo recibieron en el lugar. La razón: no aceptan el seguro HCM de los trabajadores del Ministerio de Educación. «Me cerraron la puerta y me dijeron que ellos no aceptaban eso porque nunca lo pagan», explicó María Antonieta, licenciada en Educación quien también cuenta con maestrías en su resumen curricular. Su caso no es el único. Ya sea para educadores o sus familiares, el seguro o no es aceptado en el centro de salud o no es suficiente.

«Para uno son 50 mil bolívares y para la familia son 25 mil», expresó la docente. En cualquiera de los dos casos, asegura, el monto es insuficiente y no sirve para tratarse en ningún lugar.

Para exigir una mejora al seguro HCM, a las pólizas funerarias y a los salarios, los docentes se concentraron este miércoles tres de febrero frente al Ministerio de Educación. Educadores de más de seis estados, entre ellos Barinas, Mérida, Táchira, Portuguesa, Lara y Zulia se trasladaron a la capital para asistir a la entrega de un documento para el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, en donde se señalan las mejoras  a las clásulas salariales contempladas en la I Convención Colectiva.

«Queremos escuelas de calidad donde podamos trabajar con libertad y no nos sintamos como los esclavos de la revolución», leyó la docente Lourdes Villarreal del comunicado, «queremos que no se sigan poniendo directores a dedo y que de una vez por todas nos quiten el yugo de los llamados coordinadores parroquiales».

La educadora, de Caracas, precisó que varios de los coordinadores «tienen un nivel académico por debajo del de los docentes» y que su figura no está contemplada en la Constitución.

«Gracias a estos últimos años de revolución, los docentes hemos abierto los ojos«, leyó Villarroel, quien también dijo que los coordinadores parroquiales de los estados del interior del país y la Zona Educativa amedrentaron a los docentes para que no asistieran a la convocatoria. «Hacemos un llamado al ministro para que cese la cacería de brujas», agregó.

Alvin Ortega vino desde Lara a la concentración para representar a los educadores de su estado y a pesar de que no sufrió ningún tipo de amenaza ni de impedimento, aseguró que otros colegas sí pasaron las de caín para llegar.

«Pararon los autobuses que venían de Barinas dos veces: Una en Chivacoa y en la mañana los pararon en Tazón», expresó Ortega. También hubo denuncias de que requisaron los vehículos en las alcabalas.

«La salud, la inseguridad y la insalubridad que vivimos en nuestras comunidades y escuelas nos están matando todos los días ¿Tiene usted la cifra de todos los docentes que murieron el año pasado? Bien sea a manos del hampa por no haber sido atendido en ningún centro de salud porque no aceptaban el seguro del Ministerio de Educación», leyó Villarroel.

«El Gobierno lo que ha hecho es proselitismo político con los educadores», dijo uno de los docentes que tomó el micrófono. Un «escuche, ministro, no nos atienden en las clínicas», se oyó entre los presentes. Omaris, una profesora de Caracas, apuntó que quienes ejercen su profesión son víctimas de acoso laboral y de amedentramiento continuamente.

«No hay acceso a bienes ni viviendas», dijo, a diferencia de lo que está establecido en la I Convención Colectiva, donde el acceso a un vehículo y a un techo son más que garantizados para los docentes en el papel. «Así no se puede dar una educación de calidad», aseguró Omaris, «mientras les estamos dando clases a sus hijos, nosotros no tenemos con qué darles de comer a los nuestros».

Haga clic en las imágenes para ampliarlas y leer la fotoleyenda:

Tras la entrega del documento en el Ministerio de Educación, los docentes caminaron hasta el edificio administrativo de la Asamblea Nacional, unas cinco cuadras más abajo. A un grupo de educadores que vinieron de Barinas les concedieron un derecho de palabra para expresar la situación salarial del gremio. Todos se movilizaron para apoyar.

Ni a María Antonieta ni a Marbelis, ambas maestras en una escuela bolivariana en Caracas, les alcanza el dinero para comer ni para ingresar en una clínica. El tiempo tampoco les da para hacer las colas y salir a comprar alimentos a precio regulado. «Cuando uno sale, ya se ha acabado toda la comida porque eso lo traen tempranito», apuntó Marbelis. «No nos queda de otra que comprarle a los bachaqueros», completó María Antonieta. Ambas tienen más de 20 años ejerciendo la docencia y solo ganan cerca de 17 mil bolívares mensuales. 

LA HUMANIDAD · 3 FEBRERO, 2016

«Gracias a estos últimos años de revolución, los docentes hemos abierto los ojos»

Texto por Julett Pineda Sleinan | @JulePineda

El fin de semana pasado el papá de la maestra María Antonieta, quien trabaja en un Colegio Bolivariano de lunes a viernes de 8:00 am a 3:00 pm, sufrió un infarto. Inmediatamente, lo llevaron a una clínica pero no lo recibieron en el lugar. La razón: no aceptan el seguro HCM de los trabajadores del Ministerio de Educación. «Me cerraron la puerta y me dijeron que ellos no aceptaban eso porque nunca lo pagan», explicó María Antonieta, licenciada en Educación quien también cuenta con maestrías en su resumen curricular. Su caso no es el único. Ya sea para educadores o sus familiares, el seguro o no es aceptado en el centro de salud o no es suficiente.

«Para uno son 50 mil bolívares y para la familia son 25 mil», expresó la docente. En cualquiera de los dos casos, asegura, el monto es insuficiente y no sirve para tratarse en ningún lugar.

Para exigir una mejora al seguro HCM, a las pólizas funerarias y a los salarios, los docentes se concentraron este miércoles tres de febrero frente al Ministerio de Educación. Educadores de más de seis estados, entre ellos Barinas, Mérida, Táchira, Portuguesa, Lara y Zulia se trasladaron a la capital para asistir a la entrega de un documento para el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, en donde se señalan las mejoras  a las clásulas salariales contempladas en la I Convención Colectiva.

«Queremos escuelas de calidad donde podamos trabajar con libertad y no nos sintamos como los esclavos de la revolución», leyó la docente Lourdes Villarreal del comunicado, «queremos que no se sigan poniendo directores a dedo y que de una vez por todas nos quiten el yugo de los llamados coordinadores parroquiales».

La educadora, de Caracas, precisó que varios de los coordinadores «tienen un nivel académico por debajo del de los docentes» y que su figura no está contemplada en la Constitución.

«Gracias a estos últimos años de revolución, los docentes hemos abierto los ojos«, leyó Villarroel, quien también dijo que los coordinadores parroquiales de los estados del interior del país y la Zona Educativa amedrentaron a los docentes para que no asistieran a la convocatoria. «Hacemos un llamado al ministro para que cese la cacería de brujas», agregó.

Alvin Ortega vino desde Lara a la concentración para representar a los educadores de su estado y a pesar de que no sufrió ningún tipo de amenaza ni de impedimento, aseguró que otros colegas sí pasaron las de caín para llegar.

«Pararon los autobuses que venían de Barinas dos veces: Una en Chivacoa y en la mañana los pararon en Tazón», expresó Ortega. También hubo denuncias de que requisaron los vehículos en las alcabalas.

«La salud, la inseguridad y la insalubridad que vivimos en nuestras comunidades y escuelas nos están matando todos los días ¿Tiene usted la cifra de todos los docentes que murieron el año pasado? Bien sea a manos del hampa por no haber sido atendido en ningún centro de salud porque no aceptaban el seguro del Ministerio de Educación», leyó Villarroel.

«El Gobierno lo que ha hecho es proselitismo político con los educadores», dijo uno de los docentes que tomó el micrófono. Un «escuche, ministro, no nos atienden en las clínicas», se oyó entre los presentes. Omaris, una profesora de Caracas, apuntó que quienes ejercen su profesión son víctimas de acoso laboral y de amedentramiento continuamente.

«No hay acceso a bienes ni viviendas», dijo, a diferencia de lo que está establecido en la I Convención Colectiva, donde el acceso a un vehículo y a un techo son más que garantizados para los docentes en el papel. «Así no se puede dar una educación de calidad», aseguró Omaris, «mientras les estamos dando clases a sus hijos, nosotros no tenemos con qué darles de comer a los nuestros».

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Tras la entrega del documento en el Ministerio de Educación, los docentes caminaron hasta el edificio administrativo de la Asamblea Nacional, unas cinco cuadras más abajo. A un grupo de educadores que vinieron de Barinas les concedieron un derecho de palabra para expresar la situación salarial del gremio. Todos se movilizaron para apoyar.

Ni a María Antonieta ni a Marbelis, ambas maestras en una escuela bolivariana en Caracas, les alcanza el dinero para comer ni para ingresar en una clínica. El tiempo tampoco les da para hacer las colas y salir a comprar alimentos a precio regulado. «Cuando uno sale, ya se ha acabado toda la comida porque eso lo traen tempranito», apuntó Marbelis. «No nos queda de otra que comprarle a los bachaqueros», completó María Antonieta. Ambas tienen más de 20 años ejerciendo la docencia y solo ganan cerca de 17 mil bolívares mensuales. 

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