La emergencia humanitaria compleja en Venezuela afecta de manera diferenciada a niñas, niños y adolescentes. Así lo reiteró este jueves, 3 de octubre, la ONG Cecodap durante la presentación de su informe Somos Noticia 2018: Capítulo Desarrollo, que aportó información sobre la situación de derecho a la educación, la salud y la salud mental de esta población.
Los conflictos en el grupo familiar, las alteraciones del estado de ánimo y los casos de niñez dejada atrás (al menos 849 mil) fueron los principales motivos de consultas atendidos durante 2018 por el Servicio de Atención Psicológica de Cecodap.
El coordinador del Programa Creciendo sin Violencia de la ONG, Abel Saraiba, señaló que un 50% de los infantes y adolescentes atendidos han sido víctimas del castigo físico por parte de sus padres, quienes no cuentan con espacios de formación en estrategias de crianza no violenta.
Destacó que en 2018 uno de cada cuatro NNA que fue a consulta presentaron ansiedad o depresión, incluyendo cinco casos de pacientes con ideación suicida y presencia de autolesiones. “Si se compara con 2017, solo en el servicio se han recibido 4 veces más casos en relación al Área Metropolitana de Caracas”, dijo el psicólogo al tiempo que alertó sobre la importancia de desarrollar campañas de prevención de salud mental.
“El Estado brilla por su ausencia y deja a los niños a la deriva”, dijo Saraiba. Exhortó a las autoridades a generar estadísticas nacionales sobre la salud mental de niñas, niños y adolescentes, identificar las capacidades instaladas de atención, fortalecer la formación de profesionales y generar un plan de atención en todo el país.
Vulnerables a enfermedades reemergentes
La doctora Enriqueta Sileo, fundadora y expresidenta del Servicio de Medicina de la Adolescencia del Hospital J.M de los Ríos, reseñó que en 2018 persistieron las enfermedades reemergentes como la difteria, el sarampión, la polio, la malaria y el dengue, que afectaron particularmente a las poblaciones indígenas.
Aseguró que “no se justifica” la tasa de letalidad que han arrojado algunas de estas enfermedades e identificó debilidades para recabar información y clasificar los casos, así como fallas graves para cumplir los esquemas de inmunizaciones de forma permanente: “Las vacunas no se consiguen en la red pública sino en el sector privado y no son accesibles para todos”, dijo.
Sileo reprochó la violación del derecho a la salud y refirió que la esperanza de vida del venezolano se ha reducido en 3,5 años de acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi).
Educación en emergencia
La directora del Programa Escuela de Fe y Alegría, Noelbys Aguilar, relató cómo durante el período 2017-2018 se agudizó el impacto de la crisis en la dinámica escolar, así como el proceso migratorio de estudiantes y personal.
La red de planteles atendió a 109 mil 441 alumnos, de los cuáles al final del año escolar 1.411 niñas, niños o adolescentes abandonaron las aulas y 1.182 fueron retirados por migración interna y externa. En total 4 mil 444 estudiantes quedaron al cuidado de terceros porque uno o ambos padres se fueron al extranjero.
Aguilar precisó que en promedio la inasistencia osciló entre el 20 y el 30% y que de los 180 días de clases que por ley deberían impartirse, en promedio se lograron 154 debido a suspensiones de actividades asociadas a procesos electorales y a fallas de los servicios públicos.
La educadora aseguró que durante la evaluación que le realizan a los alumnos se identificaron casos de sobrepeso, desnutrición crónica y aguda, condiciones que afectan el desempeño académico. Agregó que se ha consolidado el Programa Niño, Niña y Adolescente Sano para brindar apoyo con la alimentación.
“No estamos resolviendo el problema pero generamos estrategias para mitigar la crisis”, expresó.
Desde el movimiento educativo, la directora llamó a desarrollar programas de bienestar socio-laboral para mejorar las condiciones salariales de los trabajadores y políticas de atención para las familias más vulnerables.