Frente a la narrativa de la desgracia, Efecto Cocuyo apuesta por las acciones colectivas que emprendan las mujeres para darle resonancia mediática a las agendas de sus organizaciones, desde una mirada género sensitiva, indicó Luz Mely Reyes, directora de este portal de noticias, en el encuentro “Un guayoyo con mujeres”, realizado el 13 de abril en la Universidad Fermín Toro (UFT) de Barquisimeto.
¿Cómo echamos el cuento de lo que hacemos? fue la interrogante que la periodista lanzó para dar pistas sobre comunicación efectiva a veinte organizaciones vinculadas al activismo por los derechos de las mujeres, en este evento organizado además por Danisbel Gómez, directora de Estrategia y Gestión de Efecto Cocuyo y la socióloga Hisvet Fernández, colaboradora del diario y coordinadora en Lara del Observatorio de los Derechos Humanos de las Mujeres.
Convencida de que mientras más grande sea el problema, más grande es la oportunidad, Luz Mely Reyes mostró al diario que dirige como un testimonio de emprendimiento de mujeres: Efecto Cocuyo nació por iniciativa de tres periodistas venezolanas, como un proyecto en Twitter que ya tiene su página en internet, más de 300 mil seguidores, un equipo de redacción consolidado y planes trazados para los próximos diez años.
Así introdujo el tema del problema de la comunicación en las organizaciones de mujeres, un asunto sobre el que mostró un abanico de contradicciones: más del 65% de los nuevos medios digitales han sido creados por mujeres, la mayoría de las periodistas son mujeres y aún así, apenas 1 de cada 4 personas sobre las que se lee o se escucha en las noticias es mujer.
De manera que la invisibilización de las acciones de las mujeres tiene una serie de implicaciones, entre las cuales Luz Mely Reyes volvió a la interrogante inicial, aderezada con otras inquietudes: ¿cómo creamos la narrativa de nuestras actividades, cómo queremos contarnos, qué queremos contar nosotras, cómo hacer frente a la narrativa de la desgracia?
Responder a tales interrogantes dio paso a algunas pistas para que las organizaciones de mujeres se hicieran de herramientas que les vinculen a los medios de comunicación, lo cual significa no sólo la comprensión de palabras y textos, sino también del contexto donde promueven la génerosensitividad.
¿Qué quieren los periodistas?, se preguntó. Información buena, historias, datos y conexiones. Y si cada organización tiene una historia, la idea es sistematizar esa información y acompañarla de datos que la respalden, aspecto que cobra mayor relevancia si se advierte que las instituciones del Estado están cada vez menos dispuestas a declarar sobre temas que las organizaciones manejan con datos que se pueden divulgar: la migración de mujeres, el impacto en la situación en la que quedan los hijos, es un ejemplo.
Si un periodista toca a la puerta de la organización, la respuesta no puede ser el silencio; si la organización no tiene entre sus contactos a un periodista, debe comenzar a buscarlo, sugirió, al tiempo que reiteró la importancia de las redes sociales no sólo para romper el control y hegemonía de los medios, sino para tener presencia en espacios donde nos convertimos en productoras de contenidos. Efecto Cocuyo es uno de ellos y “Un guayoyo con mujeres” es una invitación abierta a tocar sus puertas.
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Frente a la narrativa de la desgracia, Efecto Cocuyo apuesta por las acciones colectivas que emprendan las mujeres para darle resonancia mediática a las agendas de sus organizaciones, desde una mirada género sensitiva, indicó Luz Mely Reyes, directora de este portal de noticias, en el encuentro “Un guayoyo con mujeres”, realizado el 13 de abril en la Universidad Fermín Toro (UFT) de Barquisimeto.
¿Cómo echamos el cuento de lo que hacemos? fue la interrogante que la periodista lanzó para dar pistas sobre comunicación efectiva a veinte organizaciones vinculadas al activismo por los derechos de las mujeres, en este evento organizado además por Danisbel Gómez, directora de Estrategia y Gestión de Efecto Cocuyo y la socióloga Hisvet Fernández, colaboradora del diario y coordinadora en Lara del Observatorio de los Derechos Humanos de las Mujeres.
Convencida de que mientras más grande sea el problema, más grande es la oportunidad, Luz Mely Reyes mostró al diario que dirige como un testimonio de emprendimiento de mujeres: Efecto Cocuyo nació por iniciativa de tres periodistas venezolanas, como un proyecto en Twitter que ya tiene su página en internet, más de 300 mil seguidores, un equipo de redacción consolidado y planes trazados para los próximos diez años.
Así introdujo el tema del problema de la comunicación en las organizaciones de mujeres, un asunto sobre el que mostró un abanico de contradicciones: más del 65% de los nuevos medios digitales han sido creados por mujeres, la mayoría de las periodistas son mujeres y aún así, apenas 1 de cada 4 personas sobre las que se lee o se escucha en las noticias es mujer.
De manera que la invisibilización de las acciones de las mujeres tiene una serie de implicaciones, entre las cuales Luz Mely Reyes volvió a la interrogante inicial, aderezada con otras inquietudes: ¿cómo creamos la narrativa de nuestras actividades, cómo queremos contarnos, qué queremos contar nosotras, cómo hacer frente a la narrativa de la desgracia?
Responder a tales interrogantes dio paso a algunas pistas para que las organizaciones de mujeres se hicieran de herramientas que les vinculen a los medios de comunicación, lo cual significa no sólo la comprensión de palabras y textos, sino también del contexto donde promueven la génerosensitividad.
¿Qué quieren los periodistas?, se preguntó. Información buena, historias, datos y conexiones. Y si cada organización tiene una historia, la idea es sistematizar esa información y acompañarla de datos que la respalden, aspecto que cobra mayor relevancia si se advierte que las instituciones del Estado están cada vez menos dispuestas a declarar sobre temas que las organizaciones manejan con datos que se pueden divulgar: la migración de mujeres, el impacto en la situación en la que quedan los hijos, es un ejemplo.
Si un periodista toca a la puerta de la organización, la respuesta no puede ser el silencio; si la organización no tiene entre sus contactos a un periodista, debe comenzar a buscarlo, sugirió, al tiempo que reiteró la importancia de las redes sociales no sólo para romper el control y hegemonía de los medios, sino para tener presencia en espacios donde nos convertimos en productoras de contenidos. Efecto Cocuyo es uno de ellos y “Un guayoyo con mujeres” es una invitación abierta a tocar sus puertas.