Septiembre negro. El periodismo venezolano enfrenta este 2018 no solo el cierre de periódicos, sino además el aumento de la hostilidad, las detenciones arbitrarias y las prohibiciones como la censura y retiro de pasaporte a comunicadores, como ha ocurrido en las últimas dos semanas de septiembre.
La coordinadora de libertades informativas del Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela (Ipys-Venezuela), Mariengracia Chirinos, explica a Efecto Cocuyo que septiembre ha sido especialmente «un mes muy difícil» para el ejercicio periodístico en el país.
En primer lugar mencionó la prohibición de un tribunal y la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), que ordenaron al portal de periodismo de investigación Armando.info y cuatro periodistas de este medio, publicar información en la que nombren al empresario Alex Saab.
«Estamos frente a la articulación de varios poderes públicos para atacar a un medio de comunicación«, resume Chirinos quien añade que la confiscación del pasaporte a Nelson Bocaranda y la prohibición de declarar a Isnardo Bravo sobre el caso Óscar Pérez siguen en la lista de restricciones contra la libertad de expresión y otros derechos.
«Ya esto no solo afecta al periodista por su labor, sino también sus libertades de circulación e identificaciones personales, otros derechos que tienen como ciudadanos venezolanos», dice.
Las detenciones arbitrarias durante cobertura de protestas o jornadas de calle siguen en la lista de Ipys Venezuela, que mantiene un registro semanal de los ataques, restricciones y violaciones a la libertad de expresión, acceso a la información y obstrucciones al ejercicio del periodismo en el país.
El ejemplo más reciente fue la detención por 40 minutos de nuestro compañero de labores, Reynaldo Mozo, a quien efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en el estado Vargas, trataron de impedir que tomara los testimonios de los pacientes que querían asistencia en el buque hospital chino, este martes 25 de septiembre.
Chirinos también hace hincapié por el cierre de periódicos, una realidad que se acentuó desde el pasado mes de agosto, porque además de la crisis del papel y demás insumos para la circulación de diarios, el entorno económico y las medidas tomadas desde el Ejecutivo nacional agravaron la crisis de este sector.
Ipys Venezuela contabiliza, desde la llegada de Nicolás Maduro a la Presidencia de la República en 2013, el cierre total o parcial de 58 periódicos venezolanos. De este número, 22 cesaron definitivamente sus operaciones.
Pero de esta cifra, casi la mitad ha ocurrido durante este 2018:
1.- Visión Apureña
2.- La Prensa de Los Llanos de Guárico
3.- El Regional de Portuguesa
4.- La Noticia de Cojedes
5.- La Mosca de Yaracuy
6.- La Región de Miranda
7.- Última Hora de Portuguesa
8.- La Prensa de Barinas
9.- La Región de Sucre
10.- El Expreso de Bolívar
Otros migraron a digital, entre los que se cuentan La Verdad y El Oriental de Monagas; El Clarín de La Victoria, en Aragua; El Falconiano y El Impulso de Barquisimeto, sin contar los que dejaron de circular fines de semana o migraron a semanarios.
En cuatro estados del país ya no hay diarios: Apure, Portuguesa, Trujillo y Sucre, resume Chirinos, quien advierte que esto «tiene impacto mayor que hemos empezado a sentir en estos cuatro estados donde ha prevalecido la desinformación, y donde además el emprendimiento periodístico ha sido escaso».
Al no haber periódicos, la población no tiene acceso a la información de forma plural y se amplía la brecha de lo que está pasando en la calle y la capacidad de los medios para informarlo.
Además menciona que la crisis de los servicios públicos como las fallas eléctricas y la conectividad de Internet influye en un caso emblemático como el Zulia, donde prensa, radio y televisión ven mermado su trabajo por por el colapso de la electricidad en la entidad occidental.
«El mayor impacto es ciudadano, donde no solo se afecta una empresa comercial de comunicación, sino al ciudadano que tiene cada vez menos ventanas para informarse y ahora tiene que hacer una curaduría de contenidos que antes lo ofrecían los periodistas. Esto alienta la desinformación», recalca Chirinos.
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Foto: Infobae
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La coordinadora de libertades informativas del Instituto de Prensa y Sociedad Venezuela (Ipys-Venezuela), Mariengracia Chirinos, explica a Efecto Cocuyo que septiembre ha sido especialmente «un mes muy difícil» para el ejercicio periodístico en el país.
En primer lugar mencionó la prohibición de un tribunal y la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), que ordenaron al portal de periodismo de investigación Armando.info y cuatro periodistas de este medio, publicar información en la que nombren al empresario Alex Saab.
«Estamos frente a la articulación de varios poderes públicos para atacar a un medio de comunicación«, resume Chirinos quien añade que la confiscación del pasaporte a Nelson Bocaranda y la prohibición de declarar a Isnardo Bravo sobre el caso Óscar Pérez siguen en la lista de restricciones contra la libertad de expresión y otros derechos.
«Ya esto no solo afecta al periodista por su labor, sino también sus libertades de circulación e identificaciones personales, otros derechos que tienen como ciudadanos venezolanos», dice.
Las detenciones arbitrarias durante cobertura de protestas o jornadas de calle siguen en la lista de Ipys Venezuela, que mantiene un registro semanal de los ataques, restricciones y violaciones a la libertad de expresión, acceso a la información y obstrucciones al ejercicio del periodismo en el país.
El ejemplo más reciente fue la detención por 40 minutos de nuestro compañero de labores, Reynaldo Mozo, a quien efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en el estado Vargas, trataron de impedir que tomara los testimonios de los pacientes que querían asistencia en el buque hospital chino, este martes 25 de septiembre.
Chirinos también hace hincapié por el cierre de periódicos, una realidad que se acentuó desde el pasado mes de agosto, porque además de la crisis del papel y demás insumos para la circulación de diarios, el entorno económico y las medidas tomadas desde el Ejecutivo nacional agravaron la crisis de este sector.
Ipys Venezuela contabiliza, desde la llegada de Nicolás Maduro a la Presidencia de la República en 2013, el cierre total o parcial de 58 periódicos venezolanos. De este número, 22 cesaron definitivamente sus operaciones.
Pero de esta cifra, casi la mitad ha ocurrido durante este 2018:
1.- Visión Apureña
2.- La Prensa de Los Llanos de Guárico
3.- El Regional de Portuguesa
4.- La Noticia de Cojedes
5.- La Mosca de Yaracuy
6.- La Región de Miranda
7.- Última Hora de Portuguesa
8.- La Prensa de Barinas
9.- La Región de Sucre
10.- El Expreso de Bolívar
Otros migraron a digital, entre los que se cuentan La Verdad y El Oriental de Monagas; El Clarín de La Victoria, en Aragua; El Falconiano y El Impulso de Barquisimeto, sin contar los que dejaron de circular fines de semana o migraron a semanarios.
En cuatro estados del país ya no hay diarios: Apure, Portuguesa, Trujillo y Sucre, resume Chirinos, quien advierte que esto «tiene impacto mayor que hemos empezado a sentir en estos cuatro estados donde ha prevalecido la desinformación, y donde además el emprendimiento periodístico ha sido escaso».
Al no haber periódicos, la población no tiene acceso a la información de forma plural y se amplía la brecha de lo que está pasando en la calle y la capacidad de los medios para informarlo.
Además menciona que la crisis de los servicios públicos como las fallas eléctricas y la conectividad de Internet influye en un caso emblemático como el Zulia, donde prensa, radio y televisión ven mermado su trabajo por por el colapso de la electricidad en la entidad occidental.
«El mayor impacto es ciudadano, donde no solo se afecta una empresa comercial de comunicación, sino al ciudadano que tiene cada vez menos ventanas para informarse y ahora tiene que hacer una curaduría de contenidos que antes lo ofrecían los periodistas. Esto alienta la desinformación», recalca Chirinos.
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