La iglesia Nuestra Señora de la Candelaria de Turmero, estado Aragua fue declarada Monumento Histórico Nacional en Gaceta Oficial Nº 26.320, de fecha 2 de agosto de 1960, por lo tanto está sujeta a todas las consideraciones propias de un Monumento Nacional. No obstante, el templo pasó por una remodelación que no solo implicó el cambio de frisos y retoque de pintura, sino que además abarcó demolición de nichos, restauración de esculturas, campanas, puertas e instalación de nuevos vitrales.
Esos cambios visibles, que agradan a la vista de la feligresía, no fueron aplaudidos por los fundadores y por los defensores de las tradiciones y de la historia de Turmero, quienes han levantado una voz de alerta en pro de la protección y el cuido del patrimonio cultural e histórico, tal como lo reza la Constitución de Venezuela en su artículo 99: «Los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado debe fomentar y garantizar, procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios.
«Se reconoce la autonomía de la administración cultural pública en los términos que establezca la ley. El Estado garantiza la protección y preservación, enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural, tangible e intangible, y la memoria histórica de la nación. Los bienes que constituyen el patrimonio cultural de la nación son inalienables, imprescriptibles e inembargables. La Ley establecerá las penas y sanciones para los daños causados a estos bienes».
El Instituto de Patrimonio Histórico Nacional (IPC) incorporó la estructura en su Catálogo de Patrimonio Cultural Venezolano, y la declara como un Bien de Interés Cultural, según la Resolución N° 003-05 de fecha 20 de febrero de 2005.
«Esta obra fue erigida en el propio período neoclásico del arte, su fachada ofrece en su cuerpo central tres nichos con esculturas, destacándose la Virgen de Candelaria, cuya expresión tosca evidencia la influencia criolla en su acabado. Esta fachada posee una originalidad única de incalculable valor arquitectónico, que la ha llevado a compartir con la Iglesia de Calabozo la mayor fidelidad del arte barroco en las construcciones religiosas venezolanas, lástima que haya sido violentada con estos pendones propagandísticos, despreciando y apartando su valor histórico», denunció al IPC Efrén Rodríguez, exalcalde del municipio Mariño.
La Iglesia Nuestra Señora de Candelaria posee una amplia nave central y dos naves laterales que terminan en vistosas capillas. Está sostenida por dos filas de arcos que sirven de soporte al techo y separación de las naves, se completa la iglesia con el bautisterio integrado a la construcción general y en la parte posterior la Sacristía.
«Constituye un espacio espiritual que refleja en su arquitectura la acumulación histórica-social de Turmero, su esplendor es reflejo de una época de abundancia económica, es decir, del conjunto de actividades que se practicaban durante la colonia e incluso su data se ubica mucho tiempo atrás, en lo que se ha llamado el momento histórico indígena«, completó.
En virtud de lo que representa para el poblado ese templo, solicitó su intermediación a fin de que los objetos puestos tras la remodelación, «sean retirados y se aplique lo establecido en las leyes del República Bolivariana de Venezuela».
Los trabajos iniciados en septiembre de 2019 fueron ejecutados y promovidos por la gobernación y la alcaldía. El cambio más notorio es en los nichos, que eran muy particulares. Los intervinieron y los sustituyeron por unos más pequeños, simétricos, con acabados que simulan conchas marinas.
Fuentes oficiales sostiene que se hizo respetando todos los parámetros de conservación. «En apariencia, la Iglesia quedó bonita, pero volaron todo su valor histórico arquitectónico. Se trata de un programa nacional, Venezuela Bonita, con el que convirtieron a más de 100 iglesias católicas y cristianas en amasijo de cemento. No fue una restauración que preserve lo histórico, sino una sin importar el valor arquitectónico e histórico, se llevaron por delante todo un patrimonio acumulado con fines lucrativos. Nunca dijeron el costo de la obra, sin embargo lo que uno recoge en la calle es que cambio de fachada 100 mil $», dijo el profesor Rodríguez.
La recuperación del templo de Turmero, de acuerdo al exgobernador Rodolfo Marco Torres, es el resultado de un trabajo en equipo entre la alcaldía del municipio el gobierno y la Misión Venezuela Bella.
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La iglesia Nuestra Señora de la Candelaria de Turmero, estado Aragua fue declarada Monumento Histórico Nacional en Gaceta Oficial Nº 26.320, de fecha 2 de agosto de 1960, por lo tanto está sujeta a todas las consideraciones propias de un Monumento Nacional. No obstante, el templo pasó por una remodelación que no solo implicó el cambio de frisos y retoque de pintura, sino que además abarcó demolición de nichos, restauración de esculturas, campanas, puertas e instalación de nuevos vitrales.
Esos cambios visibles, que agradan a la vista de la feligresía, no fueron aplaudidos por los fundadores y por los defensores de las tradiciones y de la historia de Turmero, quienes han levantado una voz de alerta en pro de la protección y el cuido del patrimonio cultural e histórico, tal como lo reza la Constitución de Venezuela en su artículo 99: «Los valores de la cultura constituyen un bien irrenunciable del pueblo venezolano y un derecho fundamental que el Estado debe fomentar y garantizar, procurando las condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios.
«Se reconoce la autonomía de la administración cultural pública en los términos que establezca la ley. El Estado garantiza la protección y preservación, enriquecimiento, conservación y restauración del patrimonio cultural, tangible e intangible, y la memoria histórica de la nación. Los bienes que constituyen el patrimonio cultural de la nación son inalienables, imprescriptibles e inembargables. La Ley establecerá las penas y sanciones para los daños causados a estos bienes».
El Instituto de Patrimonio Histórico Nacional (IPC) incorporó la estructura en su Catálogo de Patrimonio Cultural Venezolano, y la declara como un Bien de Interés Cultural, según la Resolución N° 003-05 de fecha 20 de febrero de 2005.
«Esta obra fue erigida en el propio período neoclásico del arte, su fachada ofrece en su cuerpo central tres nichos con esculturas, destacándose la Virgen de Candelaria, cuya expresión tosca evidencia la influencia criolla en su acabado. Esta fachada posee una originalidad única de incalculable valor arquitectónico, que la ha llevado a compartir con la Iglesia de Calabozo la mayor fidelidad del arte barroco en las construcciones religiosas venezolanas, lástima que haya sido violentada con estos pendones propagandísticos, despreciando y apartando su valor histórico», denunció al IPC Efrén Rodríguez, exalcalde del municipio Mariño.
La Iglesia Nuestra Señora de Candelaria posee una amplia nave central y dos naves laterales que terminan en vistosas capillas. Está sostenida por dos filas de arcos que sirven de soporte al techo y separación de las naves, se completa la iglesia con el bautisterio integrado a la construcción general y en la parte posterior la Sacristía.
«Constituye un espacio espiritual que refleja en su arquitectura la acumulación histórica-social de Turmero, su esplendor es reflejo de una época de abundancia económica, es decir, del conjunto de actividades que se practicaban durante la colonia e incluso su data se ubica mucho tiempo atrás, en lo que se ha llamado el momento histórico indígena«, completó.
En virtud de lo que representa para el poblado ese templo, solicitó su intermediación a fin de que los objetos puestos tras la remodelación, «sean retirados y se aplique lo establecido en las leyes del República Bolivariana de Venezuela».
Los trabajos iniciados en septiembre de 2019 fueron ejecutados y promovidos por la gobernación y la alcaldía. El cambio más notorio es en los nichos, que eran muy particulares. Los intervinieron y los sustituyeron por unos más pequeños, simétricos, con acabados que simulan conchas marinas.
Fuentes oficiales sostiene que se hizo respetando todos los parámetros de conservación. «En apariencia, la Iglesia quedó bonita, pero volaron todo su valor histórico arquitectónico. Se trata de un programa nacional, Venezuela Bonita, con el que convirtieron a más de 100 iglesias católicas y cristianas en amasijo de cemento. No fue una restauración que preserve lo histórico, sino una sin importar el valor arquitectónico e histórico, se llevaron por delante todo un patrimonio acumulado con fines lucrativos. Nunca dijeron el costo de la obra, sin embargo lo que uno recoge en la calle es que cambio de fachada 100 mil $», dijo el profesor Rodríguez.
La recuperación del templo de Turmero, de acuerdo al exgobernador Rodolfo Marco Torres, es el resultado de un trabajo en equipo entre la alcaldía del municipio el gobierno y la Misión Venezuela Bella.