Los bajones y cortes eléctricos son cada vez más frecuentes en los Andes venezolanos: solo en el estado Mérida, los apagones se incrementaron desde que comenzó 2022 y habitantes de distintas poblaciones pueden contar con solo 4 horas de servicio eléctrico a lo largo de 2 días. En abril, en plena Semana Santa, incluso quedaron sin luz durante una procesión del Nazareno.
Pedro Fernández, médico de la capital y vocero de Médicos Unidos por Venezuela, explica que los apagones pueden durar entre 8 y 10 horas, y la reestablecen por 2 o 3 horas seguidas. Aunque destaca que la situación es mala en la ciudad, afirma que en otras localidades es aún más crítica. En todos los sectores han perdido cientos de equipos debido a las grandes variaciones de voltaje.
«En zonas como Tovar, Bailadores y Santa Cruz han tenido solo 4 horas de luz en las últimas 48 horas», dijo este jueves 14 de abril.
Desde el lunes de Semana Santa, pobladores de los municipios Tovar, Alberto Adriani y Libertador han manifestado su descontento de diversas maneras: en los dos primeros protestaron en las calles, mientras que en la capital sonaron sus cacerolas, reseñaron VPI TV y El Pitazo entre el 12 y el 13 de abril.
Fernández asegura que en la zona del Hospital Universitario de Los Andes, en la capital de Mérida, «no quitan tanto la luz» y la planta eléctrica por ahora está activa. Sin embargo, la ausencia de electricidad impide que las bombas de agua funcionen, por lo que resalta que el almacenamiento inadecuado de agua está generando enfermedades como parasitosis, diarreas y algunas dermatitis.
Anthonny Arias, habitante del sector El Rodeo en la capital, afirma que los apagones se han vuelto parte de la cotidianidad para los merideños. Sin embargo, tras un mes de cierta estabilidad durante la campaña para las elecciones regionales de noviembre de 2021, considera que los cortes eléctricos en Mérida se han recrudecido, especialmente en los primeros días de abril.
«Los cortes de luz duran entre 10 y 12 horas. La habían estado quitando 12 horas, eran cuatro cortes de luz de 3 horas cada uno, pero en algún momento decidieron quitarla toda de una sola vez», cuenta a Efecto Cocuyo mientras no tiene luz.
Arias empezó a llevar su propio registro de momentos sin luz y de fallas en otros servicios, como gas, en la zona en la que reside en Mérida. Solo en dos semanas de abril ha padecido 18 cortes eléctricos y 9 bajones.
«Hoy (14 de abril) no la quitaron en la mañana, pero ayer sí. Y acaban de quitar la luz. Se va así durante todo el día, llega la noche y uno tiene que estar a oscuras y esperar que llegue», agrega.
Para trabajar usa su computadora portátil, que mantiene la batería durante un tiempo luego de cada apagón. Sin embargo, tuvo que ingeniar una «trampita» para tener conexión a internet mientras permanece sin luz: conectar una batería al módem.
«No es nuevo para los merideños que se vaya la luz. Ya llevamos como 15 años en esta situación, la gente aprende a lidiar con ello, y uno también», expresa. «No sé cómo harán en las oficinas, pero no es fácil estar 10, 12 horas sin luz en Mérida».
Los merideños aseguran estar cansados de la situación, pero muchos temen arriesgarse a protestar. Aún recuerdan el asesinato de un joven de 21 años cuando personas desconocidas dispararon para dispersar una protesta contra las constantes fallas en el servicio eléctrico.
Según la organización no gubernamental Promoción, Educación y Defensa de Derechos Humanos (Promedehum), en febrero de 2022 los cortes eléctricos se incrementaron 67% en siete sectores en relación con lo registrado en enero. Algunos sectores estuvieron hasta 65 horas sin luz en el mes.
«La situación del sistema eléctrico en el estado Mérida sigue empeorando con el paso de los días, y es que desde inicio del año 2022 los cortes eléctricos se han incrementado, dejando a los habitantes de este estado andino sin electricidad por al menos cuatro horas diariamente, y a lo que se le suman las fluctuaciones«, alerta la ONG en su reporte publicado en marzo.
En el estado Mérida también persisten las colas de gasolina y el suministro de gas doméstico tampoco es constante.
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Los bajones y cortes eléctricos son cada vez más frecuentes en los Andes venezolanos: solo en el estado Mérida, los apagones se incrementaron desde que comenzó 2022 y habitantes de distintas poblaciones pueden contar con solo 4 horas de servicio eléctrico a lo largo de 2 días. En abril, en plena Semana Santa, incluso quedaron sin luz durante una procesión del Nazareno.
Pedro Fernández, médico de la capital y vocero de Médicos Unidos por Venezuela, explica que los apagones pueden durar entre 8 y 10 horas, y la reestablecen por 2 o 3 horas seguidas. Aunque destaca que la situación es mala en la ciudad, afirma que en otras localidades es aún más crítica. En todos los sectores han perdido cientos de equipos debido a las grandes variaciones de voltaje.
«En zonas como Tovar, Bailadores y Santa Cruz han tenido solo 4 horas de luz en las últimas 48 horas», dijo este jueves 14 de abril.
Desde el lunes de Semana Santa, pobladores de los municipios Tovar, Alberto Adriani y Libertador han manifestado su descontento de diversas maneras: en los dos primeros protestaron en las calles, mientras que en la capital sonaron sus cacerolas, reseñaron VPI TV y El Pitazo entre el 12 y el 13 de abril.
Fernández asegura que en la zona del Hospital Universitario de Los Andes, en la capital de Mérida, «no quitan tanto la luz» y la planta eléctrica por ahora está activa. Sin embargo, la ausencia de electricidad impide que las bombas de agua funcionen, por lo que resalta que el almacenamiento inadecuado de agua está generando enfermedades como parasitosis, diarreas y algunas dermatitis.
Anthonny Arias, habitante del sector El Rodeo en la capital, afirma que los apagones se han vuelto parte de la cotidianidad para los merideños. Sin embargo, tras un mes de cierta estabilidad durante la campaña para las elecciones regionales de noviembre de 2021, considera que los cortes eléctricos en Mérida se han recrudecido, especialmente en los primeros días de abril.
«Los cortes de luz duran entre 10 y 12 horas. La habían estado quitando 12 horas, eran cuatro cortes de luz de 3 horas cada uno, pero en algún momento decidieron quitarla toda de una sola vez», cuenta a Efecto Cocuyo mientras no tiene luz.
Arias empezó a llevar su propio registro de momentos sin luz y de fallas en otros servicios, como gas, en la zona en la que reside en Mérida. Solo en dos semanas de abril ha padecido 18 cortes eléctricos y 9 bajones.
«Hoy (14 de abril) no la quitaron en la mañana, pero ayer sí. Y acaban de quitar la luz. Se va así durante todo el día, llega la noche y uno tiene que estar a oscuras y esperar que llegue», agrega.
Para trabajar usa su computadora portátil, que mantiene la batería durante un tiempo luego de cada apagón. Sin embargo, tuvo que ingeniar una «trampita» para tener conexión a internet mientras permanece sin luz: conectar una batería al módem.
«No es nuevo para los merideños que se vaya la luz. Ya llevamos como 15 años en esta situación, la gente aprende a lidiar con ello, y uno también», expresa. «No sé cómo harán en las oficinas, pero no es fácil estar 10, 12 horas sin luz en Mérida».
Los merideños aseguran estar cansados de la situación, pero muchos temen arriesgarse a protestar. Aún recuerdan el asesinato de un joven de 21 años cuando personas desconocidas dispararon para dispersar una protesta contra las constantes fallas en el servicio eléctrico.
Según la organización no gubernamental Promoción, Educación y Defensa de Derechos Humanos (Promedehum), en febrero de 2022 los cortes eléctricos se incrementaron 67% en siete sectores en relación con lo registrado en enero. Algunos sectores estuvieron hasta 65 horas sin luz en el mes.
«La situación del sistema eléctrico en el estado Mérida sigue empeorando con el paso de los días, y es que desde inicio del año 2022 los cortes eléctricos se han incrementado, dejando a los habitantes de este estado andino sin electricidad por al menos cuatro horas diariamente, y a lo que se le suman las fluctuaciones«, alerta la ONG en su reporte publicado en marzo.
En el estado Mérida también persisten las colas de gasolina y el suministro de gas doméstico tampoco es constante.