Credit: Efecto Cocuyo

Salió el sol y se guardaron las balas. La mañana de este sábado 10 de julio sectores del suroeste de Caracas retomaban un poco de normalidad, luego de que en los últimos tres días se convirtieran en zonas de conflicto y tiroteos por enfrentamientos entre cuerpos de seguridad del Estado y bandas delictivas que controlan la Cota 905 y sus alrededores.

“Ahorita la cosa está calmada, pero no podemos asegurar nada”, dijo a Efecto Cocuyo la trabajadora de un local en la avenida Presidente Medina, conocida popularmente como la Av. Victoria, alrededor de las 11:00 a.m.

Las personas cruzaban la vía custodiada por fuerzas policiales

Ese establecimiento retomó actividades este sábado. Cerró el miércoles 7 de julio, cuando en horas de la tarde los disparos de armas de alto calibre, comenzaron a oírse “cerquita”, contó la joven. “Abrimos hoy (sábado) porque un compañero vive cerca y avisó que todo estaba tranquilo”, agregó.

A pocos metros de distancia, paralela a la estación de servicio La Victoria, una alcabala de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) causaba tráfico de vehículos en dirección hacia el sector de Roca Tarpeya.

El tránsito vehicular también volvió a las zonas cercanas al enfrentamiento armado

Varios vehículos de la policía y equipos de rescate permanecían estacionados en calles aledañas. Al mediodía, una decena de funcionarios de la PNB, de dos en dos en moto, circularon y atrajeron las miradas de los transeúntes.

El encargado de una panadería en la zona explicó que sectores de Roca Tarpeya aún estaban sin servicio eléctrico. Relató que ellos abrieron incluso en medio de los enfrentamientos, aun cuando la mayoría de los comerciantes se paralizaron. “Esto parecía el viejo oeste”, expresó.

Aunque no todos los negocios estaban abiertos, algunos de venta de comida, farmacias, ferias de frutas y hortalizas, y hasta talleres mecánicos sí trabajaron. En la calle, vecinos de la zona, incluyendo a adultos mayores, salieron a hacer sus compras que llevaban en algunas bolsas o carritos de mercado.

Expendios de alimentos fue los que más abrieron sus puertas este sábado

Las huellas del conflicto

A unos seis kilómetros de distancia, en la avenida Páez de El Paraíso, algunos vecinos salieron a las calles a hacer compras de pan, botellones de agua y alimentos. Incluso, una mujer con gorra, tapabocas y ropa deportiva ejercitaba las piernas en unas máquinas instaladas cerca de la entrada del Pedagógico de Caracas.

En las aceras, vendedores de perros calientes esperaban la llegada de algún cliente. Igual que los conductores en la parada de mototaxis cerca de una de las bombas de gasolina en la avenida. Algunos comerciantes informales también exhibían sus productos. Otros ciudadanos, ante el aparente alto al fuego, acudieron a pasar el rato en la plaza Washington y la Plaza Madariaga.

En la Av. Páez y la redoma de La India se retomó el transporte público que se había paralizado durante la tarde del miércoles, el jueves y el viernes.

En la zona, que quedó en medio de las ráfagas de disparos producto de la confrontación entre policías, militares y grupos armados irregulares, algunas fachadas de edificios y locales exhibían impactos de bala, incluyendo los ventanales de los pisos superiores de un centro comercial del área.

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