Activistas, defensores de Derechos Humanos y miembros de la comunidad LGTBI protestaron este sábado contra la discriminación vivida por una pareja gay la noche del viernes en una pizzería-karaoke de Caracas, de donde los expulsaron por bailar agarrados, mientras otras decenas de parejas también lo hacían sin ser recriminadas, según constató Efe.
La tarde de este sábado, se concentraron en una céntrica plaza de la capital para, luego, dirigirse al local donde sucedieron los hechos, donde entraron, se abrazaron y bailaron, en señal de protesta, sin que, esta vez, los gerentes del local -sancionado este mismo sábado por la Alcaldía del municipio de Chacao por «discriminación«- se opusieran.
La amonestación se basó en la ordenanza aprobada por el Concejo Municipal de Chacao, el 9 de agosto de 2016, cuyo objetivo es promover la igualdad y «prevenir, sancionar y eliminar todas las formas de discriminación en cualquiera de sus manifestaciones».
Además, durante toda la jornada, usuarios de redes citicaron los hechos, llegando a posicionar la etiqueta #VeraPizza como cuarta tendencia de Twitter en Venezuela.
Ante la repercusión que tuvo el suceso, la empresa publicó en redes un comunicado en el que pidió disculpas y trató de justificar que pretenden mantener en el local «un ambiente grato y familiar» y que «siempre han sido una empresa inclusiva» con clientes y trabajadores, una afirmación que no se corresponde con los sucedido.
Horas más tarde, al conocer que la comunidad LGTBI había convocado a una protesta, un encargado del establecimiento solicitó reunirse con miembros del grupo para «dialogar», pero en la conversación, se limitó a repetir el contenido del comunicado.
Y fue en el momento en que se desarrollaba ese diálogo, cuando los activistas llegaron al local de manera pacífica, y entraron para finalizar su reclamo con los bailes y abrazos que el día anterior se les habían prohibido.
Durante la protesta, Danny Toro, uno de los jóvenes expulsados anoche, se dirigió a los trabajadores y al encargado del local para manifestar el rechazo a «un hecho de discriminación contra la comunidad LGTBI» que «no le hace bien al país».
«Porque no nos podemos quedar callados, porque eventos como el que pasó ayer no pueden quedarse como algo más que pasó, es por lo que nosotros decidimos venir acá en tono de protesta, de reivindicación, para buscar que actos como los de ayer no vuelvan a pasar», dijo Toro dentro del establecimiento.
El gerente respondió que en el local siempre han recibido «personas de todo tipo» y las han respetado, pese a que, la noche del viernes, Efe pudo constatar que no fue así.
«VeraPizza siempre va a estar abierto para todos», dijo, mientras se disculpó públicamente con los asistentes a la convocatoria hecha por organizaciones defensoras de Derechos Humanos como Caleidoscopio Humano, País Narrado, Movimiento Somos y Unión Afirmativa.
Por su parte, la defensora de DDHH Susana Rafalli acompañó la protesta en solidaridad con los agraviados y aseguró estar presente como parte de un movimiento social «porque lo que se hace en denuncia de una discriminación se hace en denuncia de todas».
«Venezuela es un país extremadamente dividido, extremadamente herido por la exclusión y no podemos sumar a eso», dijo Rafalli, quien celebró que se construyera un espacio para «reparar esto y para volver a comenzar como se acordó».
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Activistas, defensores de Derechos Humanos y miembros de la comunidad LGTBI protestaron este sábado contra la discriminación vivida por una pareja gay la noche del viernes en una pizzería-karaoke de Caracas, de donde los expulsaron por bailar agarrados, mientras otras decenas de parejas también lo hacían sin ser recriminadas, según constató Efe.
La tarde de este sábado, se concentraron en una céntrica plaza de la capital para, luego, dirigirse al local donde sucedieron los hechos, donde entraron, se abrazaron y bailaron, en señal de protesta, sin que, esta vez, los gerentes del local -sancionado este mismo sábado por la Alcaldía del municipio de Chacao por «discriminación«- se opusieran.
La amonestación se basó en la ordenanza aprobada por el Concejo Municipal de Chacao, el 9 de agosto de 2016, cuyo objetivo es promover la igualdad y «prevenir, sancionar y eliminar todas las formas de discriminación en cualquiera de sus manifestaciones».
Además, durante toda la jornada, usuarios de redes citicaron los hechos, llegando a posicionar la etiqueta #VeraPizza como cuarta tendencia de Twitter en Venezuela.
Ante la repercusión que tuvo el suceso, la empresa publicó en redes un comunicado en el que pidió disculpas y trató de justificar que pretenden mantener en el local «un ambiente grato y familiar» y que «siempre han sido una empresa inclusiva» con clientes y trabajadores, una afirmación que no se corresponde con los sucedido.
Horas más tarde, al conocer que la comunidad LGTBI había convocado a una protesta, un encargado del establecimiento solicitó reunirse con miembros del grupo para «dialogar», pero en la conversación, se limitó a repetir el contenido del comunicado.
Y fue en el momento en que se desarrollaba ese diálogo, cuando los activistas llegaron al local de manera pacífica, y entraron para finalizar su reclamo con los bailes y abrazos que el día anterior se les habían prohibido.
Durante la protesta, Danny Toro, uno de los jóvenes expulsados anoche, se dirigió a los trabajadores y al encargado del local para manifestar el rechazo a «un hecho de discriminación contra la comunidad LGTBI» que «no le hace bien al país».
«Porque no nos podemos quedar callados, porque eventos como el que pasó ayer no pueden quedarse como algo más que pasó, es por lo que nosotros decidimos venir acá en tono de protesta, de reivindicación, para buscar que actos como los de ayer no vuelvan a pasar», dijo Toro dentro del establecimiento.
El gerente respondió que en el local siempre han recibido «personas de todo tipo» y las han respetado, pese a que, la noche del viernes, Efe pudo constatar que no fue así.
«VeraPizza siempre va a estar abierto para todos», dijo, mientras se disculpó públicamente con los asistentes a la convocatoria hecha por organizaciones defensoras de Derechos Humanos como Caleidoscopio Humano, País Narrado, Movimiento Somos y Unión Afirmativa.
Por su parte, la defensora de DDHH Susana Rafalli acompañó la protesta en solidaridad con los agraviados y aseguró estar presente como parte de un movimiento social «porque lo que se hace en denuncia de una discriminación se hace en denuncia de todas».
«Venezuela es un país extremadamente dividido, extremadamente herido por la exclusión y no podemos sumar a eso», dijo Rafalli, quien celebró que se construyera un espacio para «reparar esto y para volver a comenzar como se acordó».