Autoridades colombianas intentan verificar la muerte de alias Antonio Medina, exguerrillero ahora jefe de las disidencias de las Farc, considerado uno de los protagonistas de la violencia en la zona de frontera colombo-venezolana.
Fuentes consultadas por El Tiempo de Bogotá confirmaron que desde ayer, 26 de enero, se registran combates en sectores limítrofes de Venezuela, entre los poblados de Sarare y Cañitos, estado de Apure, al parecer entre el ELN y las disidencias del frente 28, al mando de ‘Antonio Medina’.
De acuerdo a la reseña que hace el Tiempo, existen versiones de que en medio de los enfrentamientos podría haber resultado muerto Omar Pardo Galeano, ‘Antonio Medina’, uno de los más buscados en Colombia, por quien el Gobierno ofrece hasta 1.000 millones de pesos en recompensa.
Otra fuente, cercana a las disidencias, consultada por ese diario señaló «que desde ayer tratan de comunicarse con ‘Antonio Medina’ sin ningún resultado».
Las disidencias de ‘Antonio Medina’, de ‘Iván Mordisco’ y ‘Gentil Duarte’ libran una guerra territorial con las disidencias de ‘Iván Márquez’, que se hacen llamar ‘Segunda Marquetalia’, lo cual llevó a estos últimos a asociarse con el ELN.
En la zona se han escuchado versiones de que ‘Antonio Medina’ estaría herido y que sus hombres intentan sacarlo. Igualmente, ha trascendido que ese grupo guerrillero estaría intentando cercar al grupo que custodia al jefe de la disidencia y pretende moverlo a territorio colombiano.
El exguerrillero es considerado uno de los responsables de la violencia en la frontera con Venezuela, es el jefe de las disidencias del frente 28 de las Farc, que operan en esa zona del límite con Venezuela.
De acuerdo con información de inteligencia de las autoridades, ‘Antonio Medina’ inició su vida criminal en el 2002, cuando ingresó al frente urbano ‘Antonio Nariño’, que actuaba como brazo político de las extintas Farc en Bogotá, especialmente en localidades como Usme y Soacha.
En esa época se identificaba con los alias de Adrián, Bersely o Culebro. Y, según Inteligencia, pasó a la columna móvil ‘Bladimir Estiven’ del Bloque Oriental, con presencia en Meta, donde se desempeñó como jefe de comisión.
En 2009 ingresó a la cárcel por el delito de terrorismo y rebelión. Y ocho años después, en 2017, el tribunal de justicia y paz de Bogotá le otorgó libertad y se acogió a la Justicia Especial para la Paz (JEP).
En 2018, señala el Ejército, ‘Antonio Medina’ reapareció en Casanare en un video —a mediados de año— que se hizo viral en redes sociales, con un discurso en el que decía «que su guerrilla no tenía fines extorsivos, sino que harían presencia para la ayuda a la comunidad más vulnerable de la región».
En ese mismo año resultó herido en el brazo izquierdo, motivo por el cual se replegó al departamento de Arauca, donde recibió apoyo de Jorge Eliécer Jiménez Martínez, alias Arturo o Jerónimo, entonces jefe del frente 10.° de las disidencias.
Desde su llegada a Arauca, el Ejército tenía conocimiento de que ‘Medina’ se había ubicado en el estado de Apure, en Venezuela, donde le era fácil la movilidad y desplazamiento en este territorio realizando actividades extorsivas por intermedio de llamadas y videos los cuales son difundidos por WhatsApp y Facebook.
Las autoridades también tienen información de su participación en el tráfico de sustancias ilícitas y material de guerra.
Los enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los grupos disidentes de las Farc se sienten por gran parte de la frontera entre Colombia y Venezuela, dejando centenares de desplazados y desaparecidos en el camino.
Esta ciudad está a más de 370 kilómetros de Saravena, Arauca, Tame y Fortul, donde a principios de enero el ELN comenzó una ofensiva de asesinatos selectivos contra miembros o aliados del Frente Décimo y 28 de las disidencias que ha dejado una ola de violencia de retaliación, incluida la declaratoria de guerra por parte de estos frentes, que dicen estar a las órdenes de unas Farc nacionales.
Hasta la fecha, a esta pequeña ciudad de menos de 20.000 habitantes se han trasladado 936 personas de 277 familias, según la Defensoría del Pueblo, que corroboró que 55 % de estos desplazados son indígenas migrantes, 42 % venezolanos y 3 % campesinos o pescadores colombianos.
Con información de El Tiempo de Bogotá/Efe
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Autoridades colombianas intentan verificar la muerte de alias Antonio Medina, exguerrillero ahora jefe de las disidencias de las Farc, considerado uno de los protagonistas de la violencia en la zona de frontera colombo-venezolana.
Fuentes consultadas por El Tiempo de Bogotá confirmaron que desde ayer, 26 de enero, se registran combates en sectores limítrofes de Venezuela, entre los poblados de Sarare y Cañitos, estado de Apure, al parecer entre el ELN y las disidencias del frente 28, al mando de ‘Antonio Medina’.
De acuerdo a la reseña que hace el Tiempo, existen versiones de que en medio de los enfrentamientos podría haber resultado muerto Omar Pardo Galeano, ‘Antonio Medina’, uno de los más buscados en Colombia, por quien el Gobierno ofrece hasta 1.000 millones de pesos en recompensa.
Otra fuente, cercana a las disidencias, consultada por ese diario señaló «que desde ayer tratan de comunicarse con ‘Antonio Medina’ sin ningún resultado».
Las disidencias de ‘Antonio Medina’, de ‘Iván Mordisco’ y ‘Gentil Duarte’ libran una guerra territorial con las disidencias de ‘Iván Márquez’, que se hacen llamar ‘Segunda Marquetalia’, lo cual llevó a estos últimos a asociarse con el ELN.
En la zona se han escuchado versiones de que ‘Antonio Medina’ estaría herido y que sus hombres intentan sacarlo. Igualmente, ha trascendido que ese grupo guerrillero estaría intentando cercar al grupo que custodia al jefe de la disidencia y pretende moverlo a territorio colombiano.
El exguerrillero es considerado uno de los responsables de la violencia en la frontera con Venezuela, es el jefe de las disidencias del frente 28 de las Farc, que operan en esa zona del límite con Venezuela.
De acuerdo con información de inteligencia de las autoridades, ‘Antonio Medina’ inició su vida criminal en el 2002, cuando ingresó al frente urbano ‘Antonio Nariño’, que actuaba como brazo político de las extintas Farc en Bogotá, especialmente en localidades como Usme y Soacha.
En esa época se identificaba con los alias de Adrián, Bersely o Culebro. Y, según Inteligencia, pasó a la columna móvil ‘Bladimir Estiven’ del Bloque Oriental, con presencia en Meta, donde se desempeñó como jefe de comisión.
En 2009 ingresó a la cárcel por el delito de terrorismo y rebelión. Y ocho años después, en 2017, el tribunal de justicia y paz de Bogotá le otorgó libertad y se acogió a la Justicia Especial para la Paz (JEP).
En 2018, señala el Ejército, ‘Antonio Medina’ reapareció en Casanare en un video —a mediados de año— que se hizo viral en redes sociales, con un discurso en el que decía «que su guerrilla no tenía fines extorsivos, sino que harían presencia para la ayuda a la comunidad más vulnerable de la región».
En ese mismo año resultó herido en el brazo izquierdo, motivo por el cual se replegó al departamento de Arauca, donde recibió apoyo de Jorge Eliécer Jiménez Martínez, alias Arturo o Jerónimo, entonces jefe del frente 10.° de las disidencias.
Desde su llegada a Arauca, el Ejército tenía conocimiento de que ‘Medina’ se había ubicado en el estado de Apure, en Venezuela, donde le era fácil la movilidad y desplazamiento en este territorio realizando actividades extorsivas por intermedio de llamadas y videos los cuales son difundidos por WhatsApp y Facebook.
Las autoridades también tienen información de su participación en el tráfico de sustancias ilícitas y material de guerra.
Los enfrentamientos entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los grupos disidentes de las Farc se sienten por gran parte de la frontera entre Colombia y Venezuela, dejando centenares de desplazados y desaparecidos en el camino.
Esta ciudad está a más de 370 kilómetros de Saravena, Arauca, Tame y Fortul, donde a principios de enero el ELN comenzó una ofensiva de asesinatos selectivos contra miembros o aliados del Frente Décimo y 28 de las disidencias que ha dejado una ola de violencia de retaliación, incluida la declaratoria de guerra por parte de estos frentes, que dicen estar a las órdenes de unas Farc nacionales.
Hasta la fecha, a esta pequeña ciudad de menos de 20.000 habitantes se han trasladado 936 personas de 277 familias, según la Defensoría del Pueblo, que corroboró que 55 % de estos desplazados son indígenas migrantes, 42 % venezolanos y 3 % campesinos o pescadores colombianos.
Con información de El Tiempo de Bogotá/Efe
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