El miércoles 3 mayo, gobiernos de la región manifestaron preocupación ante el agravamiento de la situación política en Venezuela, después de que el Presidente de la República, Nicolás Maduro, convocara este primero mayo a una Asamblea Constituyente.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México, expresó su inquietud por la convocatoria del Poder Ejecutivo venezolano y señaló que buscar redactar otra constitución no contribuye a la paz y la estabilidad ya que “profundiza el clima de desconfianza y la crisis política que prevalece en el país”.
El Gobierno mexicano agregó que “Toda iniciativa encaminada a modificar el régimen constitucional de un Estado democrático debe ser realizada por un órgano constituido por la vía del voto libre, secreto, efectivo y universal”.
“Cualquier otra vía para modificar la Carta Magna constituiría un atentado contra la democracia y un grave retroceso en la región”, agregó, refiriéndose a la metodología de segundo grado que el presidente Maduro anunció para la elección de los constituyentes:
Por su parte, el Gobierno de Uruguay, se pronunció por medio de su canciller, Rodolfo Nin Novoa: “Ellos (Venezuela) tienen cuatro métodos para reformar la Constitución, lo que hay que ver en definitiva es si el método que van a usar será sometido a consulta popular, eso no lo tenemos claro”. señaló.
El funcionario expresó que su gobierno no le puede decir a Venezuela si hacer o no una nueva constitución: “”Si los constituyentes los elige el Poder Ejecutivo y hace una Constitución a medida, la cuestión es que la someta a referéndum popular”, aseveró.
Nin Novoa afirmó que aislar a Venezuela es un gran error: “Siempre hemos estado para tratar de ayudar y ver, sobre todo, por el pueblo venezolano. Más allá de las calificaciones de injerencismo, Uruguay siempre ha tratado de ayudar”, remarcó.
Con información de Efe