Derrame de crudo en Colombia, tras ataque a oleoducto

Luego de tres meses de exploración, la compañía estadounidense Exxon Mobil consiguió petróleo en el campo Stabroek Block, a 200 kilómetros de la costa de Guyana. Pero además del problema geopolítico que deviene de  la disputa territorial entre la nación y Venezuela, también hay un costo ambiental desfavorable que resulta del proceso petrolero, según ecologistas venezolanos.

En las tres etapas que componen la industria del combustible ocurren daños ambientales importantes, dice Diego Díaz, director de la ONG Vitalis. La fase de exploración consiste en un primer momento en  la perforación de pozos para determinar el tamaño de los yacimientos. Pero el petróleo no se consigue en la primera perforación, explica el biólogo y complementa:  “cuando los hacen, desechan sustancias químicas y hasta radioactivas que van al agua y la contaminan”.

En ocasiones también hacen detonaciones y quema de gas. Todas las acciones conllevan a la destrucción de la fauna del fondo del mar, de los animales crustáceos, de los peces y también se generan una cantidad de sustancias que se acumulan en forma de sedimentos perjudiciales, agrega Díaz .

Factor riesgo

La industria petrolera tiene asociados riesgos importantes expresa el biólogo y ecologista Alejanro Álvarez Iragorry. Es responsabilidad de la contratista encargada la colocación de la plataforma de extracción, el manejo de la misma y velar por su buen uso. Fallas en los aparatos, descuidos del personal, o factores naturales externos que interfieran en los mismos, podrían generar derrames petroleros que afectan negativamente todo el ecosistema.

Para evitar estos desastres, los países se unen a tratados internacionales que regulan la actuación de la industria en pro de resguardar el ambiente, a través de la aplicación de una serie de medidas de seguridad. También incluyen planes de contingencia que suelen ser muy estrictos y a veces ni siquiera se cumplen en los países más desarrollados, comenta el director de Vitalis.

Papel del Esequibo

© IRD / C. Proisy : Manglar en Guyana, en el litoral atlántico: la costa cenagosa más larga entre el Amazonas y el Orinoco.
© IRD / C. Proisy : Manglar en Guyana, en el litoral atlántico: la costa cenagosa más larga entre el Amazonas y el Orinoco.

Díaz pone en duda la capacidad de Guyana para lograr que se cumplan los principios universales de gestión ambientales de manera responsable y cree que no se están garantizando todas las condiciones para prevenir que esto ocurra.

Coincide con él, Juan Carlos Fernández, miembro de la ONG Caribe Sur dedicada a la conservación de los recursos naturales y culturales de la zona costera, quien considera que Guyana tiene poca experiencia en tanto en la normativa legal como en el manejo ambiental.

El tema marino es complicado porque los costos y procesos para supervisar su funcionamiento dificulta el acceso del Estado o de organismos independientes a lo observación de las actividades, continúa Fernández. En este caso el gobierno de Guyana le da luz verde a la petrolera Exxon a manejar todo el tema petrolero porque no lo conoce, que como empresa se interesa más en el beneficio económico que en el ambiental, concluye.

De hecho en el anuncio hecho por el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Guayana, Robert Persuad, no se habla en ningún momento del ecosistema sino del aspecto monetario: “Somos optimistas en cuanto a que el hallazgo de hidrocarburos transformará profundamente la economía de Guyana“, destacó el funcionario.

Derrame Petrolero Maturin - Franklin Aguilera
Cortesía Franklin Aguilera

Desastre natural

La contaminación del agua generada por esta industria fomenta según Diego Díaz, la  pérdida de atributos naturales de esos ecosistemas que comprometan su productividad, los impactos sobre la pesca, sobre los procesos ecológicos que de manera natural se dan en esos ecosistemas, los fenómenos evolutivos que ocurren en esa zona.

En el peor de los casos, las corrientes marinas del atlántico se mueven hacia Venezuela y de ocurrir desastres perjudicarían la costa venezolana del Delta, explica Díaz quien espera que autoridades venezolanas hagan más presión “porque lo que está ocurriendo aquí es un secuestro de un territorio en litigio que puede generar impactos negativos”.

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