Efecto Cocuyo /@EfectoCocuyo El nombre del expresidente del Gobierno español Felipe González engrosa ya la larga lista de políticos, religiosos, diplomáticos, activistas, deportistas, artistas y otros declarados alguna vez “persona non grata”, en la cual también está el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. El escritor chileno Jorge Edwards, que contó en “Persona non grata” su expulsión de Cuba cuando era un joven diplomático, el Dalai Lama, el escritor alemán Günter Grass, el presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, y la actriz Sharon Stone tienen también su sitio en la nómina de “indeseables”. El hoy presidente y entonces canciller Maduro entró en la lista en 2012 por decisión del Congreso paraguayo, que consideró una intromisión que calificase de “golpe” la destitución de Fernando Lugo como presidente de Paraguay en un juicio parlamentario. No fue hasta diciembre de 2013, cuando ya era presidente, que el Congreso paraguayo le retiró a Maduro ese “título” que conceden los gobiernos a personas cuya presencia en el país no es deseada, como paso previo a su expulsión, o para impedir que alguien entre. Felipe González, que gobernó España desde 1982 hasta 1996, fue declarado este martes 21 de abril  “persona non grata para el pueblo venezolano” por una cuestión de “soberanía”, según el legislador comunista Yul Jabour, el promotor de la iniciativa en la Asamblea Nacional. González se ofreció como asesor técnico “ad honorem” (gratis) a la defensa del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma preso desde el 20 de febrero por supuesta conspiración, y del dirigente opositor Leopoldo López, en prisión preventiva desde hace un año y dos meses por acusaciones vinculadas con las protestas de ese año. El Gobierno venezolano acusó a González  de “entrometerse en los asuntos de Venezuela“, prácticamente la misma acusación que le hicieron a Maduro los congresistas paraguayos que le declararon “persona non grata”. La soprano española Monserrat Caballé vivió en 2013 una situación que por poco acaba en una declaración como las anteriores. Por haber visitado el enclave separatista armenio de Nagorno Karabaj se ganó la enemistad del Gobierno de Azerbaiyán, que, según varios medios, a punto estuvo de incluirla en la “lista negra”. La eurodiputada del Grupo de los Verdes Rebecca Harms fue declarada “persona non grata” en 2014 a su llegada a Moscú para asistir a un juicio contra una acusada de espionaje. El mismo año el Gobierno holandés declaró persona non grata al exjefe de la inteligencia militar venezolana Hugo Carvajal, quien fue detenido en Aruba a petición de EEUU por supuestos vínculos con el narcotráfico, pero fue dejado en libertad a las 24 horas porque gozaba de inmunidad diplomática. Al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, le retiraron en 2011 una invitación para visitar la localidad de Union City (Nueva Jersey), tras haberle declarado “persona non grata” por sus vínculos con los gobiernos de Cuba y Venezuela. Sin embargo, son los diplomáticos y los representantes de organismos internacionales los más sujetos a un tipo de castigo que hoy en día no es patrimonio exclusivo de los gobiernos nacionales, regionales o municipales. La declaración de “persona non grata” se ha hecho popular como manera de expresar repudio hacia alguien. Así la Confederación Nacional de Organizaciones Indígenas de Ecuador hizo lo propio con el entonces presidente colombiano, Álvaro Uribe, en 2005, por las detenciones de 16 indígenas ecuatorianos que vendían ropa en el país vecino sin los correspondientes permisos. El “Kaiser” del fútbol alemán, Franz Beckenbauer, se quedó sin asistir al Mundial de Fútbol en Brasil porque la Fifa le declaró “persona non grata” como penalización por su supuesta conducta no ética en la concesión de los Mundiales de 2016 y 2022. La ciudad de João Pessoa, en el estado brasileño de Paraíba, declaró en 2013 al futbolista Neymar “persona non grata” por unas declaraciones xenófobas, nunca admitidas por él, y el Festival de Cannes hizo lo mismo con el cineasta danés Lars Von Trier por haber manifestado simpatía por Adolf Hitler en una rueda de prensa. El recientemente fallecido escritor alemán Günter Grass fue declarado oficialmente “persona non grata” en Israel en 2012 por un poema en el que acusó a ese país de poner en peligro la paz mundial. El chileno Jorge Edwards, cuando ejercía como diplomático de su país en Cuba, fue declarado “persona non grata” y expulsado. Igual al español Fernando Arrabal durante el franquismo, a causa de los libros que publicaba en Francia contra el dictador Francisco Franco, y a muchos otros. Por razones muy diferentes, el rockero británico Gary Glitter fue declarado “persona non grata” y se le negó la entrada en Tailandia en 2008, días después de haber cumplido una pena de dos años y nueve meses de cárcel por abuso sexual de menores en Vietnam. A la actriz estadounidense Sharon Stone le dieron el mismo título en China, también en 2008, por haber afirmado que un terremoto que causó 90.000 muertos en el sur del país fue un “castigo” por la represión china en Tibet. Stone es seguidora del Dalai Lama, el líder político-religioso tibetano exiliado en India, al que el Gobierno chino tiene en su lista negra y que por ese motivo ha tenido problemas para entrar en otros países, como Sudáfrica. EFE  ]]>

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