Carlos Eduardo Kauffmann Ramírez, uno de los empresarios de la boliburguesía venezolana detenidos y condenados en Estados Unidos por su rol en el encubrimiento del “caso Antonini”, abrió una cuenta y depositó millones de dólares vinculados a la corrupción en el banco Credit Suisse.
Kauffmann abrió una cuenta a su nombre y el de una hermana mayor, Carolina, en marzo de 2004, según consta en la investigación global SuisseSecrets, liderada por el centro de investigación Organized Crime and Corruption Reporting Project (Occrp), que integran Infobae y La Nación por Argentina. El máximo histórico de fondos se registró poco menos de dos años después: llegó a 8,9 millones de francos suizos para febrero de 2006.
Apodado “el Demonio” por quienes los conocen en Caracas, donde creció y estudió odontología, Kauffmann se dedicó a los negocios a la sombra del gobierno de Hugo Chávez, pagando sobornos y gestionando dinero de la corrupción para los funcionarios, según admitió ante la Corte Federal de Miami en 2008.
Los vínculos de Kauffmann con el mundillo financiero de Venezuela se remontan a décadas atrás. En 1990 fundó la firma Valores Balcaf; fue agente del mercado Forex entre 1988 y 2002; y en 1996 montó la casa de cambio Universal Express. También trabajó como operador de la firma bursátil InverWorld, donde se dedicó a cobrarle “retornos” a los bancos por invertir dinero de sus clientes en esas entidades, según admitiría ante la Justicia de Estados Unidos.
“Carlos tenía amigos en casi todos los bancos, incluso un compañero de colegio terminó viviendo en Suiza, donde él [por Kauffmann] operó varias cuentas. Algunas eran de él y otras eran de funcionarios, y él se encargaba de gestionárselas”, detalló un empresario venezolano que interactuó con él durante muchos años.
Durante el chavismo, en efecto, Kauffmann tejió vínculos excepcionales con varios funcionarios clave del régimen. Entre ellos, con Diosdado Cabello, quien fue vicepresidente de Venezuela, ministro de Obras
Públicas y gobernador del estado de Miranda, entre otros. En la actualidad es considerado la persona más poderosa de su país, sólo por debajo de Nicolás Maduro, aunque afronta acusaciones de Estados Unidos por corrupción, lavado y narcotráfico.
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Kauffmann abrió una cuenta a su nombre y el de una hermana mayor, Carolina, en marzo de 2004, según consta en la investigación global SuisseSecrets, liderada por el centro de investigación Organized Crime and Corruption Reporting Project (Occrp), que integran Infobae y La Nación por Argentina. El máximo histórico de fondos se registró poco menos de dos años después: llegó a 8,9 millones de francos suizos para febrero de 2006.
Apodado “el Demonio” por quienes los conocen en Caracas, donde creció y estudió odontología, Kauffmann se dedicó a los negocios a la sombra del gobierno de Hugo Chávez, pagando sobornos y gestionando dinero de la corrupción para los funcionarios, según admitió ante la Corte Federal de Miami en 2008.
Los vínculos de Kauffmann con el mundillo financiero de Venezuela se remontan a décadas atrás. En 1990 fundó la firma Valores Balcaf; fue agente del mercado Forex entre 1988 y 2002; y en 1996 montó la casa de cambio Universal Express. También trabajó como operador de la firma bursátil InverWorld, donde se dedicó a cobrarle “retornos” a los bancos por invertir dinero de sus clientes en esas entidades, según admitiría ante la Justicia de Estados Unidos.
“Carlos tenía amigos en casi todos los bancos, incluso un compañero de colegio terminó viviendo en Suiza, donde él [por Kauffmann] operó varias cuentas. Algunas eran de él y otras eran de funcionarios, y él se encargaba de gestionárselas”, detalló un empresario venezolano que interactuó con él durante muchos años.
Durante el chavismo, en efecto, Kauffmann tejió vínculos excepcionales con varios funcionarios clave del régimen. Entre ellos, con Diosdado Cabello, quien fue vicepresidente de Venezuela, ministro de Obras
Públicas y gobernador del estado de Miranda, entre otros. En la actualidad es considerado la persona más poderosa de su país, sólo por debajo de Nicolás Maduro, aunque afronta acusaciones de Estados Unidos por corrupción, lavado y narcotráfico.