Menos posibilidades de financiamiento. En medio de una escasez de divisas producto de la caída de la producción petrolera, el Gobierno venezolano ahora tendrá mayores limitantes para vender sus activos en el extranjero y conseguir dinero en efectivo, pues una nueva ronda de sanciones del Gobierno de Donald Trump le dificulta aún más el acceso al mercado financiero estadounidense.
La orden ejecutiva, firmada este lunes 21 de mayo, prohíbe a los ciudadanos e instituciones estadounidenses participar en la compra de activos extranjeros donde el Estado venezolano posea más del 50% de las acciones, lo que bloquea una alternativa de financiamiento para la administración de Nicolás Maduro.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa), principal industria generadora de divisas del país, tiene un total de 135.071 millones de dólares valorados en activos internacionales como refinerías, equipos o cuentas por cobrar, según su estado financiero correspondiente al año 2016.
Sin embargo, si el presidente Maduro quisiera vender las acciones de algunos de esos activos o intercambiar las facturas de deudas por cobrar por liquidez al momento, las restricciones de Estados Unidos le dificultaría encontrar compradores.
«Mi orden ejecutiva evita que el régimen de Maduro venda u otorgue en garantía ciertos activos financieros venezolanos, prohibiendo que el régimen obtenga dinero de la venta de entidades de Venezuela», advirtió Trump horas después de emitida la orden ejecutiva.
Como consecuencia de estas restricciones, distintas instituciones o empresas norteamericanas pudieran negarse a realizar contratos con el Estado de Venezuela o la estatal Pdvsa, como ya ha venido ocurriendo desde agosto de 2017, cuando también se prohibió participar en la compra o venta de los bonos venezolanos.
En ocasiones algunos bancos se negaron a otorgar cartas de crédito a las transacciones petroleras de Pdvsa, lo cual atrasó las relaciones comerciales de la industria, según informó en su momento la agencia de noticias Reuters.
Con el descenso de la producción de crudo a tan solo 1.5 millones de barriles diarios –menos de la mitad de lo que se elaboraba en 1999– y una deuda externa superior a los $150.000 millones, el Gobierno carece de suficientes divisas para mantener las importaciones y honrar sus compromisos internacionales.
La firma de análisis de mercado, Ecoanalítica, estima que las compras en el extranjero se redujeron a tan solo $9.800 millones en 2017 y advierten que, debido a los problemas de flujo de caja del Ejecutivo Nacional, esa cantidad pudiera permanecer en franca caída.
Para financiar los gastos, el Gobierno ha recurrido al Banco Central de Venezuela (BCV) que, de acuerdo con sus cifras semanales, creó 331 billones de bolívares entre el 20 de abril y el 11 de mayo. Es decir, en solo 21 días el BCV duplicó la cantidad de dinero que había en enero: 133 billones.
A juicio de los economistas, esta situación incentiva el alza de los precios de los bienes y servicios, pues «cada vez hay menos cosas que comprar y más bolívares en circulación», lo cual termina generando la hiperinflación.
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Menos posibilidades de financiamiento. En medio de una escasez de divisas producto de la caída de la producción petrolera, el Gobierno venezolano ahora tendrá mayores limitantes para vender sus activos en el extranjero y conseguir dinero en efectivo, pues una nueva ronda de sanciones del Gobierno de Donald Trump le dificulta aún más el acceso al mercado financiero estadounidense.
La orden ejecutiva, firmada este lunes 21 de mayo, prohíbe a los ciudadanos e instituciones estadounidenses participar en la compra de activos extranjeros donde el Estado venezolano posea más del 50% de las acciones, lo que bloquea una alternativa de financiamiento para la administración de Nicolás Maduro.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa), principal industria generadora de divisas del país, tiene un total de 135.071 millones de dólares valorados en activos internacionales como refinerías, equipos o cuentas por cobrar, según su estado financiero correspondiente al año 2016.
Sin embargo, si el presidente Maduro quisiera vender las acciones de algunos de esos activos o intercambiar las facturas de deudas por cobrar por liquidez al momento, las restricciones de Estados Unidos le dificultaría encontrar compradores.
«Mi orden ejecutiva evita que el régimen de Maduro venda u otorgue en garantía ciertos activos financieros venezolanos, prohibiendo que el régimen obtenga dinero de la venta de entidades de Venezuela», advirtió Trump horas después de emitida la orden ejecutiva.
Como consecuencia de estas restricciones, distintas instituciones o empresas norteamericanas pudieran negarse a realizar contratos con el Estado de Venezuela o la estatal Pdvsa, como ya ha venido ocurriendo desde agosto de 2017, cuando también se prohibió participar en la compra o venta de los bonos venezolanos.
En ocasiones algunos bancos se negaron a otorgar cartas de crédito a las transacciones petroleras de Pdvsa, lo cual atrasó las relaciones comerciales de la industria, según informó en su momento la agencia de noticias Reuters.
Con el descenso de la producción de crudo a tan solo 1.5 millones de barriles diarios –menos de la mitad de lo que se elaboraba en 1999– y una deuda externa superior a los $150.000 millones, el Gobierno carece de suficientes divisas para mantener las importaciones y honrar sus compromisos internacionales.
La firma de análisis de mercado, Ecoanalítica, estima que las compras en el extranjero se redujeron a tan solo $9.800 millones en 2017 y advierten que, debido a los problemas de flujo de caja del Ejecutivo Nacional, esa cantidad pudiera permanecer en franca caída.
Para financiar los gastos, el Gobierno ha recurrido al Banco Central de Venezuela (BCV) que, de acuerdo con sus cifras semanales, creó 331 billones de bolívares entre el 20 de abril y el 11 de mayo. Es decir, en solo 21 días el BCV duplicó la cantidad de dinero que había en enero: 133 billones.
A juicio de los economistas, esta situación incentiva el alza de los precios de los bienes y servicios, pues «cada vez hay menos cosas que comprar y más bolívares en circulación», lo cual termina generando la hiperinflación.
Hiperinflación en Venezuela: mucho dinero, poco efectivo y menos que comprar
Foto: Iván Reyes