Devaluación de a golpes. La semana inició y ya el precio del dólar superó el umbral de los 20.000 bolívares en el mercado paralelo, según el indicador de @monitordolarvzla al cierre de este martes, 27 de agosto.

De acuerdo con el indicador, la tasa de cambio paralela se ubicó en Bs. 20.244. Representa un aumento de 3.543 bolívares con respecto al pasado 23 de agosto; 5.742 bolívares más que el 16 de agosto; y Bs. 12.255 superior con respecto a la cotización del 8 de julio, cuando se rompió la momentánea estabilización del valor del dólar en el mercado no oficial.

Previo a esa fecha, el precio de la divisa había registrado una leve estabilización. Se mantuvo variando entre los 7.000 y 8.000 bolívares.

En simultáneo, el tipo de cambio resultante de las mesas de cambio también ha sufrido una devaluación importante en las últimas siete semanas. En ese lapso pasó de Bs. 6.977 a 17.651 bolívares. Ello equivale a una variación de la tasa bolívar-dólar de 152,9% y una depreciación de la moneda nacional de 60,4%.

Por su parte, en el mercado paralelo, que incrementó desde Bs. 7.989 el 8 de julio a Bs. 20.244 hasta la fecha, el tipo de cambio aumentó 153,4% y la devaluación registró 60,5%.

En ambos casos el bolívar perdió su poder de compra frente a la moneda estadounidense. Y ello, al menos en algunos productos, causó un incremento de precios en los bienes y servicios compuestos por materiales importados.

Mesas de cambio siguen sin transferencias electrónicas y regidas por el euro

Salario mínimo en pobreza extrema

El Banco Mundial, fuente de financiamiento internacional compuesto por 189 países, define la pobreza extrema en ingresos diarios inferior a $1,90. Y, en la actualidad, el salario mínimo de 40.000 bolívares apenas representa 1,97 dólares mensuales; muy por debajo del límite fijado por el organismo extranjero.

No solo es el salario más bajo de la región, incluso inferior al de países como Haití o Cuba, países a los cuales Venezuela presta ayuda económica con envíos de petróleo, sino que imposibilita a la población cualquier opción para hacer frente a la crisis económica.

Ello no solo afecta el poder adquisitivo del venezolano, sino la capacidad de las empresas de vender sus productos.

Desde 2014 la economía venezolana se encuentra en recesión, con una producción nacional que ha disminuido más de 50%, según el BCV. Pero ahora, luego de 22 meses en hiperinflación, la demanda se contrajo, el consumo cayó y las ventas del sector productivo y comercial descendieron.

Sobre ello, Asdrúbal Oliveros, economista y director de la consultora Ecoanalítica, dijo a Efecto Cocuyo que con menores ingresos también se restringen las inversiones y las oportunidades de ampliar los empleos.

Y, según Conindustria, el principal problema de las empresas pasó a ser la caída del consumo en el país. En ese contexto, a juicio de expertos, el tejido productivo venezolano también está en crisis.

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