Desde La Fría, capital del municipio García de Hevia del estado fronterizo de Táchira, el presidente y candidato a la reelección Nicolás Maduro aseguró el 15 de mayo que en Colombia hay 35% de pobreza y, otra vez, mencionó que 5,6 millones de ciudadanos del país vecino están residenciados en el país.
Sin embargo, el número no se corresponde con el indicador adecuado para hablar de pobreza a nivel nacional en Colombia. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), organización del Estado análoga al Instituto Nacional de Estadística (INE) en Venezuela, mide este factor a través del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) y de Pobreza Monetaria.
El primero toma en cuenta los servicios de salud, educación y trabajo, mientras que el segundo se limita a los ingresos de una persona o un hogar.
Similarmente, en Venezuela existe la Pobreza por Necesidades Básicas Insastisfechas (NBI) que mide hacinamiento, acceso a servicios públicos, condiciones de la vivienda, dependencia económica y asistencia escolar infantil, mientras que la Pobreza por Ingreso mide la diferencia entre los ingresos y el costo de la Canasta Alimentaria Normativa, el cual se desconoce desde noviembre de 2014.
En Colombia, ambos índices se miden en cinco dominios o extensiones de territorio: total nacional, cabeceras (que es según el Dane “un área geográfica definida por un perímetro urbano” donde se encuentra la sede administrativa de un municipio), centros poblados y rural disperso, 13 ciudades y áreas metropolitanas y otras cabeceras, que no toma en cuenta las mencionadas.
En el caso del Índice de Pobreza Monetaria, se toma en cuenta la línea de pobreza, que corresponde a la combinación del costo de la canasta básica de alimentos (que incluye productos alimentarios y no alimentarios) en un territorio determinado y la línea de pobreza extrema es el costo mínimo de una canasta alimentaria que supla sólo las necesidades alimentarias.
En ese sentido, según los datos aportados por el boletín técnico del Dane que engloba ambos indicadores para el 2017, publicado el 22 de marzo de este año, el IPM o pobreza estructural se ubicó en 17%, mientras que la pobreza monetaria fue del 26,9%. Así que no es cierto que en Colombia exista una pobreza de 35%, como aseguró el mandatario venezolano.
En el desglose de las cifras está el “meollo” del número mencionado por Maduro: si se toman en cuenta solamente las cabeceras municipales -es decir, centros urbanos más poblados- la pobreza multidimensional desciende hasta el 11,4%. Similarmente, si se toman en cuenta solamente centros poblados rurales dispersos, entonces la tasa se eleva al 36%. Cifra última que usó convenientemente el presidente venezolano.
Lo mismo sucede en el caso de la pobreza multidimensional, cuyo porcentaje en los centros poblados y rural disperso asciende 0,6 puntos porcentuales por encima del 36% de IPM.
Un caso similar al promedio de menos de 5% de analfabetismo en el país, pero que se elevaba mucho más si se consideraban las personas de tercera edad y/o de pueblos indígenas, o las cifras de desempleo estacionales que son más bajas que las consolidadas por semestre, como se estandariza internacionalmente. Un viejo truco ya antes usado para faltar a la verdad.
Lo dicho por el presidente Maduro entonces es falso.
Efecto Cocuyo también chequeó anteriormente la aseveración sobre la cantidad de colombianos en Venezuela, que resultó sin fundamento en cifras nacionales oficiales, estudios alternos y entes internacionales, pero que ha sido citada por el presentador de VTV Miguel Pérez Pirela y el ministro Jorge Rodríguez.
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Desde La Fría, capital del municipio García de Hevia del estado fronterizo de Táchira, el presidente y candidato a la reelección Nicolás Maduro aseguró el 15 de mayo que en Colombia hay 35% de pobreza y, otra vez, mencionó que 5,6 millones de ciudadanos del país vecino están residenciados en el país.
Sin embargo, el número no se corresponde con el indicador adecuado para hablar de pobreza a nivel nacional en Colombia. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), organización del Estado análoga al Instituto Nacional de Estadística (INE) en Venezuela, mide este factor a través del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) y de Pobreza Monetaria.
El primero toma en cuenta los servicios de salud, educación y trabajo, mientras que el segundo se limita a los ingresos de una persona o un hogar.
Similarmente, en Venezuela existe la Pobreza por Necesidades Básicas Insastisfechas (NBI) que mide hacinamiento, acceso a servicios públicos, condiciones de la vivienda, dependencia económica y asistencia escolar infantil, mientras que la Pobreza por Ingreso mide la diferencia entre los ingresos y el costo de la Canasta Alimentaria Normativa, el cual se desconoce desde noviembre de 2014.
En Colombia, ambos índices se miden en cinco dominios o extensiones de territorio: total nacional, cabeceras (que es según el Dane “un área geográfica definida por un perímetro urbano” donde se encuentra la sede administrativa de un municipio), centros poblados y rural disperso, 13 ciudades y áreas metropolitanas y otras cabeceras, que no toma en cuenta las mencionadas.
En el caso del Índice de Pobreza Monetaria, se toma en cuenta la línea de pobreza, que corresponde a la combinación del costo de la canasta básica de alimentos (que incluye productos alimentarios y no alimentarios) en un territorio determinado y la línea de pobreza extrema es el costo mínimo de una canasta alimentaria que supla sólo las necesidades alimentarias.
En ese sentido, según los datos aportados por el boletín técnico del Dane que engloba ambos indicadores para el 2017, publicado el 22 de marzo de este año, el IPM o pobreza estructural se ubicó en 17%, mientras que la pobreza monetaria fue del 26,9%. Así que no es cierto que en Colombia exista una pobreza de 35%, como aseguró el mandatario venezolano.
En el desglose de las cifras está el “meollo” del número mencionado por Maduro: si se toman en cuenta solamente las cabeceras municipales -es decir, centros urbanos más poblados- la pobreza multidimensional desciende hasta el 11,4%. Similarmente, si se toman en cuenta solamente centros poblados rurales dispersos, entonces la tasa se eleva al 36%. Cifra última que usó convenientemente el presidente venezolano.
Lo mismo sucede en el caso de la pobreza multidimensional, cuyo porcentaje en los centros poblados y rural disperso asciende 0,6 puntos porcentuales por encima del 36% de IPM.
Un caso similar al promedio de menos de 5% de analfabetismo en el país, pero que se elevaba mucho más si se consideraban las personas de tercera edad y/o de pueblos indígenas, o las cifras de desempleo estacionales que son más bajas que las consolidadas por semestre, como se estandariza internacionalmente. Un viejo truco ya antes usado para faltar a la verdad.
Lo dicho por el presidente Maduro entonces es falso.
Efecto Cocuyo también chequeó anteriormente la aseveración sobre la cantidad de colombianos en Venezuela, que resultó sin fundamento en cifras nacionales oficiales, estudios alternos y entes internacionales, pero que ha sido citada por el presentador de VTV Miguel Pérez Pirela y el ministro Jorge Rodríguez.