Entre 2016 y 2021, al menos 43 millones de niños y niñas tuvieron que desplazarse por tormentas e inundaciones. Foto: Unicef

En el mundo, unos 739 millones de niños viven en zonas con alta escasez de agua y, para 2050, el cambio climático le sumará unos 35 millones más que estarán expuestos “a niveles elevados o muy elevados de estrés hídrico”.

La cifra corresponde al más reciente informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en el que la institución también advierte comom el desarrollo infantil se ve afectado por factores de estrés ambiental desde el momento de la concepción.

Para 2021, Unicef estimó en su Índice de Riesgo Climático para la Infancia, que casi todos los niños y niñas ya están expuestos al menos a un peligro, conmoción o estrés climático y medioambiental de gravedad, y casi la mitad vive en países con un nivel de riesgo extremadamente elevado.

De acuerdo con el análisis, basado en datos del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, en inglés), “el número de países expuestos a un estrés hídrico elevado o extremadamente elevado pasará de 47 a 58 entre 2022 y 2080, mientras que el número de niños y niñas expuestos aumentará de 953 millones en 2022 a 988 millones en 2050”.

Propagación de enfermedades

Unicef estima que más de 1.000 niños y niñas menores de cinco años mueren cada día por enfermedades derivadas de la falta de agua, saneamiento e higiene.

Con el aumento de temperaturas, los mosquitos contribuirán a la propagación de malaria y/o dengue. También hay “grandes posibilidades de que aumenten la morbilidad y la mortalidad de la fiebre amarilla y de otras enfermedades transmitidas por el agua que están bajo la influencia del clima”. 

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Reducción de la alimentación y la nutrición

Según el informe, se prevé que la inseguridad alimentaria aumente a medida que avanza la crisis climática, pues el aumento de las temperaturas y la mayor intensidad y variabilidad de las precipitaciones vinculadas con el cambio climático se asocian a la pérdida de cosechas y al incremento de los precios de los alimentos, lo que reduce la diversidad de la alimentación infantil.

De acuerdo con encuestas citadas por Unicef, en diez países, más del 45 % de los niños y jóvenes de 16 a 25 años declaró que “sus sentimientos sobre el cambio climático afectaban negativamente su vida cotidiana y su capacidad de funcionar normalmente”, lo que traducen en una grave ansiedad climática de la que los gobiernos ya deberían tomar medidas.

El informe resalta que “el calor extremo se asocia a un aumento de los problemas de salud mental, incluidos el trastorno de estrés postraumático y la depresión en niños, niñas y adolescentes”.

Aumento de la violencia de género

El organismo alerta que el cambio climático tiene un impacto más desproporcionado en las niñas, ya que la violencia de género y el matrimonio infantil aumentan tras los fenómenos meteorológicos extremos y las catástrofes. 

Solo en Bangladesh, estiman, el número de matrimonios de niñas de 11 a 14 años aumentó un 50 % en años con olas de calor que duraron más de 30 días.

Datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), calculan que los peligros derivados de la creciente intensidad y frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos ya están provocando que cada año una media de más de 20 millones de personas abandonen sus hogares y se trasladen a otras zonas de sus países.

Entre 2016 y 2021, al menos 43 millones de niños y niñas tuvieron que desplazarse por tormentas e inundaciones, lo que los expone a peligros como quedar separados de sus familias, o con probabilidades de que sufran explotación, trata, violencia o abusos.

En Latinoamérica, el organismo alerta que las fuentes de agua se están agotando y especifica que más de 27 millones de niños están expuestos a una escasez de agua grave.

Periodista. Atraída por contar historias de ciencia y ambiente. Miembro de la tercera cohorte de la Red de Periodistas Climáticos de la Universidad de Oxford y el Reuters Institute.