En distintas conversaciones con analistas, representantes de instituciones e interesados en la situación venezolana, radicados en Nueva York y en otras ciudades de Estados Unidos, surgen siempre las mismas interrogantes.  Todo depende del foco de la organización o de la persona, pero en general las dudas giran sobre aspectos políticos, económicos y sociales, con predominio del aspecto económico.

Los recientes reportes ( mayo)  en  The New York Times y en The Washington Post  pusieron a Venezuela en el radar en Estados Unidos en las últimas semanas. Sin embargo, durante meses no aparecía casi información sobre el país en los medios estadounidenses en idioma inglés, por lo cual, solo personas muy bien informadas podían estar al tanto de lo que ocurre.  Ahora ya es común que en muchos círculos casi le den el pésame a uno por ser venezolano.

Estas son las preguntas más repetidas y mi punto de vista sobre ellas.

  1. ¿Habrá referendo revocatorio este año?

He mantenido la certeza de que el RR será este año. No obstante, solo una persona, de decenas, con las que he hablado comparte esta opinión. La mayoría lo duda a más no poder. Yo coincido con un analista venezolano radicado en Nueva York, quien sostiene que al propio Nicolás Maduro le conviene que el Referendo sea este año. Él explica  que de celebrarse el próximo año, Maduro saldría del poder sin nada que negociar, aun cuando el gobierno permanezca en manos del chavismo. Y dada las discrepancias internas que hay,  Maduro y quienes le apoyan saldrán por la puerta trasera de la historia y deberán ceder el poder a otros factores del oficialismo.

En mi caso, soy de quienes creen que el proceso revocatorio ya se activó y la crisis que hay en el país puede encontrar en las urnas electorales una válvula que permita que el descontento fluya. Que se celebre un RR no implica que salga el gobierno de Maduro, pero si es una buena oportunidad para que a través del voto se dirima el conflicto. Frenar la celebración del RR es ir contra el propio legado de Chávez. La otra opción, impensable para muchos, por lo avanzada políticamente, es que Nicolás Maduro disuelva el gobierno y llame a elecciones generales. Una acción de este tipo lo haría pasar a la historia por la puerta grande, pero el gobierno hace tiempo que dejó la ofensiva y solo se defiende. No toma la iniciativa de resolver la crisis, sino de permanecer en el poder.

Consideraciones aparte, el proceso  legalmente no se ha activado. Aun faltan muchos pasos. No obstante, ya el Consejo Nacional Electoral fijó para el lapso que corre entre el 20 y 24 de junio, la validación del 1% de las firmas.  Luego, técnicamente aún es posible la realización de este proceso en 2016. 

En este marco, lo técnico no puede prevalecer. Se requiere una decisión política. El CNE luce como un obstaculizador del proceso al actuar de manera sobrevenida, especialmente con la petición de recoger firmas del 1% de la población electoral en cada estado, luego someter a un proceso manual la transcripción y finalmente habilitar solo las sedes regionales para la validación de las firmas. No obstante, el proceso está marchando. Me gustaría leerlo como una señal de que, mientras corren en paralelo las acciones internacionales para intentar un diálogo entre los actores políticos venezolanos, se avanza en los pasos para que técnicamente sea viable la consulta este año.

http://www.youtube.com/watch?v=Fi0OkaxvvTg[/embedyt]

  1. ¿Está la oposición dividida o unida?

Las pugnas internas de la oposición venezolana son ampliamente conocidas en los círculos de periodistas, analistas y consultores que tienen a Venezuela como punto de atención. La percepción de que la oposición está dividida es unánime entre las personas con las que he hablado. De hecho, en un encuentro donde estuvo Carlos Vecchio, en Nueva York, le hicieron esa misma pregunta. Para sorpresa de los asistentes, Vecchio respondió que Voluntad Popular apoyaba al referendo, y que si bien había diferencias internas entre los factores de oposición, la fórmula del G4 ( los cuatro principales partidos de oposición que hacen vida en la Mesa de la Unidad en la toma de decisiones) está funcionando.

El G4 se articuló como un mecanismo para facilitar las decisiones en el seno de la plataforma opositora. Lo integran los partidos que han obtenido  mayor cantidad de votos y de representantes en los procesos electorales. Un Nuevo Tiempo ( UNT) , Acción Democrática (AD), Voluntad Popular (VP) y Primero Justicia (PJ).  Esto ha generado críticas de otros dirigentes emblemáticos en términos de opinión pública, pero sin mucho peso electoral.  La integración de VP a este grupo ha permitido que el partido de Leopoldo López pueda dirimir algunas de sus diferencias con la coalición opositora, especialmente con PJ.

Sin embargo, aún resuenan internacionalmente las diferencias que hubo antes. Pocos llevan el pulso de la hoja de ruta que se planteó la oposición venezolana desde enero de 2015 para, desde lo electoral, empujar un cambio de régimen en el país, y cuyo éxito más impresionante, fueron los resultados de las parlamentarias del 6 de diciembre. 

Desde mi perspectiva, y conociendo todo lo que ha costado la unidad opositora, los veo más unidos que antes. He conversado con varios dirigentes y todos reconocen las diferencias de los estilos, pero todos coinciden en que están en la misma lucha. Esto no solía pasar. Si noto cierta falta de coordinación, que será muy necesaria si quieren realmente celebrar el RR este año y encauzar el descontento.

  1. ¿ La salida será militar?

Esta pregunta nunca falta, así como la percepción mayoritaria de que puede haber un golpe de Estado. Hasta el propio Rubén Blades lo ha creído, pero no sólo él; analistas intentan conocer si una salida de fuerza es posible.

El presidente Maduro advertía que el 15 de mayo ( 2016) habría un golpe de Estado. Otros dentro del país, han interpretado las declaraciones del general Cliver Alcalá Cordones, contrarias al gobierno, pero en el marco chavista, como un alerta de este posible evento. Otra pista que intentan interpretar es la campaña del exministro Miguel Rodríguez Torres  como una evidencia de que hay un movimiento militar en camino.

Como lo he dicho en otras notas, las Fuerzas Armadas Venezolanas son una caja negra. Prácticamente es muy difícil saber lo que allí ocurre. Sin embargo, he consultado en reiteradas oportunidades con voces expertas en este tema y no consideran viable una acción de fuerza.

Entre otras razones porque en las Fanb, aunque no hay unanimidad de criterios, tampoco existe un liderazgo fuerte que permita convocar a cuadros medios y altos en una confabulación contra el gobierno. En todo caso, podría ser a favor del gobierno.

Por otro lado, la lucha que han dado los demócratas en el país es tal que se me hace difícil creer que se plegarían a algún líder militar que quiera tomar el control. Es decir, para que un golpe de Estado sea exitoso, quienes lo fragüen deben contar con apoyos sólidos externos e internos. No los veo en este momento. Lo que sí me parece factible es que factores militares hagan valer su punto de vista sobre la necesaria resolución pacífica del conflicto.

  1. -¿ Qué hará Venezuela con sus compromisos externos?

Aunque puede resultar extraño para nosotros, he notado más preocupación por lo que podría hacer el gobierno venezolano, si se declara en default, que por la situación política y social. Hay dos grandes tesis. Uno de aquellos economistas que sugieren no pagar los compromisos y emplear el dinero para resolver la situación de escasez y la otra es que el país aún tiene recursos para cumplir con estos compromisos.

Pese a las dudas, el gobierno venezolano ha cancelado puntualmente sus compromisos. El economista Ramiro Molina, .director del Centro de Estudios de Finanzas y Economía y docente de la Universidad Católica Andrés Bello dijo en mayo a  Sputnik Nóvosti que Venezuela  “encara para 2016 pagos de deuda por 9.800 millones de dólares, de los que unos 4.200 millones son de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y los pagos se han efectuado con rigurosidad”.

En el reporte se indica que Pdvsa  ya ha pagado cerca de la mitad, y de los bonos soberanos del Estado restan unos 3.000 millones de dólares,

Otra medida que puede indicar un alivio es el sistema alternativo de divisas, Dicom, que ha logrado detener la subida del llamado dólar negro, y ha ido sincerando el precio flotante de la divisa. En la última semana,  el Dicom cerró Bs. 580 por dólar, que representa una devaluación del bolívar en 181% pero a la vez ha impactado la cotización del “dolar paralelo” que cuesta el doble.

Molina dice que el gobierno “está en mejor situación que hace tres o seis meses, porque los precios del petróleo casi se han duplicado, pudo pagar el mes pasado por sus acreencias 1.600 millones de dólares en efectivo y tiene perspectivas de conseguir el dinero que necesita para atender los vencimientos de finales de año”.

En opinión de  Francisco Rodríguez,  exjefe de la oficina andina del Bank of America, Venezuela es un paciente en cuidados intensivos, pero no desahuciado.

Rodríguez, quien ahora forma parte de la firma de inversión Torino, participó el jueves 9 de junio en un evento realizado en el Consejo de las Américas, en la sesión de asuntos venezolanos, junto a Orlando Ochoa y el gobernador Henri Falcón.

Como yo lo veo es que  el gobierno en la práctica está aplicando un programa de ajustes, con la sinceración del precio del dólar, la alta inflación y las políticas destinadas a administrar la escasez. Todo esto en el marco de una recuperación de los precios del petróleo.

Una de los problemas actuales del gobierno, en el aspecto económico, es la falta de liquidez. Esta carencia ha impedido la importación de alimentos y medicinas. Las divisas extranjeras se han destinado al pago de los compromisos externos. Para acceder a nuevos endeudamientos, el gobierno requiere la autorización de la Asamblea Nacional, que está en poder de la oposición.

Es en este contexto que la Unasur presentó el 10 de junio una propuesta para impactar la economía venezolana, cuando la oposición esperaba que mas bien hubiese nuevas directrices sobre un eventual proceso de diálogo entre los actores del gobierno y de la oposición.

“Hay un sistema múltiple de tasas de cambio en Venezuela, la idea es que pueda haber una sincerización cambiaria, o dicho de otra forma, que una tasa fija con una moneda sobrevaluada pueda sustituirse por un sistema único flotante de tasas de cambio. No se está hablando de una devaluación porque con una sincerización cambiaria o establecimiento de una tasa única, algunos productos inclusive bajarían de precio, otros podrían subir. Si fuera una devaluación, todos los productos subirían de precio y este no es el caso”, dijo el expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández  al hablar de la propuesta.

  1. ¿Cuáles son los escenarios más probables?

Es común la percepción de que el desenlace de la crisis que vive Venezuela será violento.   Frases como ” se puede escuchar el  hielo crujir” o ” esto está pegado con saliva” son usadas como metáforas para explicar la gravedad de la situación y lo que puede ocurrir en en el corto plazo.

Algunos hasta creen que puede haber una guerra civil.

Comparto el punto de vista de que, si no hay una solución consensuada, la violencia aumentará progresivamente y que en medio del caos, cualquier cosa es posible.

Es difícil hacer pronósticos sobre Venezuela en estos momentos, pero no creo que lleguemos a un escenario de guerra civil porque las armas las tienen el Estado, los grupos armados que apoyan al gobierno y los delincuentes.

La opción más viable para la oposición es una resistencia pacífica, no violenta, pero consistente. No sé si el liderazgo opositor puede hacerlo y aislar a los pocos grupos violentos que se oponen al gobierno, pero a la vez, generar un movimiento ciudadano tan fuerte, que exprese el descontento pacíficamente, pero sin dejar lugar a duda de que el cambio es un grito general. La opción del diálogo, a la que apostó recientemente el Consejo Permanente de la OEA, está en un limbo, porque en las reuniones exploratorias, aún no surgen temas de agenda en común.

</div>