Gabriela y Gladys* no se acostumbran a lidiar con la crisis de transporte en San Cristóbal, estado Táchira. Ambas gozan de una buena salud, pero han perdido peso por las caminatas diarias.

Desde hace un año, Gabriela, de 15 años, camina tres kilómetros y medio para ir a su colegio, desde el sector 23 de Enero hasta la avenida Carabobo.

Cuando circulaba una mayor cantidad de unidades de transporte, Gabriela transitaba más por la ciudad. Durante siete años, tomó clases de música y teatro, pero las dejó. La travesía de su casa al colegio, del colegio a sus cursos y de allí de regreso a su casa la dejaba exhausta. A la fecha, camina un total de siete kilómetros diarios, lo que equivale a recorrer poco menos de siete veces la avenida Bolívar de Caracas.

La situación no es más fácil para la abuela de Gabriela, Gladys. No sale a la calle todos los días. Pero cuando va a hacer sus diligencias, le toca caminar muchísimo. Ir al Mercado de los Pequeños Comerciantes (donde llegan productos de Colombia) implica una caminata de 7,5 kilómetros.

Cobrar la pensión en la sede de Banesco más cercana se traduce en  2.7 kilómetros de marcha a pie. De ida y vuelta de ambos lugares, toma un descanso en casa de una prima que queda de camino.

Hace nueve meses, la hija de Gladys contactó a tres taxistas para que se ocupara del transporte de las dos. A uno de los choferes se le dañó el motor del carro, otro se enfermó y el tercero pasaba la mayor parte del tiempo buscando algún repuesto.

Ambas no tienen otra opción, sino caminar. Es la única alternativa de cientos de tachirenses que se ven obligados a buscar la manera de hacer un recorrido más corto a pie.

Solo a pie

Una amiga de Gabriela que estudia en la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada (Unefanb) se mudó a casa de un tío que se fue del país. Aún así debe caminar al menos tres kilómetros para llegar a su casa de estudios. (stomadentlab.com)

Gladys contó que algunos transportistas trabajan fuera de sus líneas (como “piratas”) y llevan personas ida y vuelta hacia la frontera con Colombia. Es la única manera de conseguir repuestos y mantener a flote su vehículo.

El secretario general del Sindicato de Transporte del estado Táchira, Germán Duarte, explicó que la crisis del sector transporte inició en el año 2014 con la escasez de cauchos y repuestos. Se agudizó en 2017 hasta su “casi desaparición en la actualidad”.

En septiembre de 2018 indicó al canal de noticias VPI que 90% del transporte en el estado Táchira está paralizado. La región contaba con 4200 busetas.

En entrevista para Efecto Cocuyo, Duarte dijo que en área urbana de San Cristóbal no hay más de 40 unidades de transporte que “en cualquier momento se pueden paralizar”. La ciudad contaba con 765 vehículos.

Los automóviles están en riesgo de quedar aparcados por una buena temporada por la falta de repuestos y las dificultades para cargar combustible.

Contrario a la situación en otras partes del país, a juicio de Duarte, en Táchira no abundan demasiado las “perreras” o vehículos de carga utilizado para el traslado de personas. “Tienen el mismo problema que tenemos todos”.

El sindicalista comentó que está llegando poco combustible al estado, lo que genera filas larguísimas para cargar gasolina y gasoil. “Hay personas que duran días en una cola. Están fallando todos los insumos. Es mucho más difícil trabajar en esas condiciones”.

*Nombres referenciales

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