A solo horas de su lanzamiento, son numerosas las dudas sobre el funcionamiento del Petro que siguen sin resolverse. ¿Ayudará a superar la crisis económica del país? ¿Cómo podrá adquirirse? ¿Y en dónde podrá ser cambiado? Ni en la Gaceta Oficial ni en el “white paper” de la nueva moneda digital se da respuesta a estas interrogantes.

Según el Gobierno nacional, el Petro estará representado en un barril de petróleo que puede ser cambiado en divisas al precio del barril en el mercado internacional, y podrá adquirirse a cambio de criptomonedas o por pagos en divisas. Sin embargo, aún se desconoce el mecanismo que se usará para que los inversionistas reclamen su mercancía.

Para Aarón Olmos, economista experto en finanzas, estas incógnitas limitarán la capacidad de la “criptomoneda” de atraer inversiones.

A su juicio, a ello se suman las limitaciones que tiene el mercado venezolano para adecuarse a un nuevo sistema digital: la estructura de los bancos, el conocimiento de la población acerca de los criptoactivos y los desafíos legales existentes en la Constitución, que establece al bolívar como única moneda de curso legal en el país.

La Asamblea Nacional declaró la nueva moneda del Ejecutivo como “un activo ilegal” que busca endeudar a los venezolanos. Y la administración de Donald Trump prohibió a las instituciones o particulares estadounidenses participar en la compra o venta del Petro, por representar un financiamiento al régimen de Nicolás Maduro.

En una economía con una inflación mensual de casi 90%, según el Parlamento, y una proyección de alcanzar 30.000% al cierre del año, Olmos afirma que el Petro es un plan del Gobierno para conseguir dinero rápido en divisas para poder financiar sus gastos.

“En todo lo que está alrededor del Petro no se habla de un plan de recuperación económica, de disminución del gasto, de aumento de la producción, ni de incentivos a las exportaciones”, expresó vía telefónica a Efecto Cocuyo.

“Ni cripto ni moneda”

El economista considera que el Petro ni siquiera es una criptomoneda debido a que no cuenta con las características de éstas.

“Una criptomoneda es un activo intangible que tiene su valor en la tecnología que le da vida, que viene siendo la blockchain, y que está soportada en medios tecnológicos. La blockchain no está soportada en hierro, petróleo, gas ni nada de eso”, precisó.

De acuerdo con Olmos, esas carencias hacen que el Petro no sea “ni cripto ni moneda“, sino una emisión de bonos que será respaldada por activos del país.

“En este caso el Petro es un híbrido. No describe el comportamiento tradicional de lo que es una criptomoneda. Estará soportado en un petróleo que subyace en el país, pero que no se tiene ni idea de cómo cobrar”, dijo.

Inversionistas amenazados por sanciones financieras

Una de las maneras previstas para adquirir el Petro es a través del exchange o en casas de cambio digitales, pero muchos inversionistas extranjeros corren el riesgo de ser sancionados si incumplen las órdenes emitidas por el Gobierno de Estados Unidos.

“El inversor extranjero tiene la limitante de la prohibición de comprar bonos venezolanos. Además, tampoco tienen garantía de que una empresa extranjera vaya a recibir los petros, porque tampoco habría dónde cambiarlos en el mercado internacional”, comentó Olmos.

El documento oficial del Petro indica que será promovido por el Ejecutivo para cancelar montos de la deuda externa y realizar pagos de compromisos nacionales, como las prestaciones públicas, “siempre que cuenten con la aprobación individual expresa del trabajador beneficiado”.

Para eso contará también con el respaldo de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y las demás empresas y entes del Estado, que facilitarán en el mercado nacional las transacciones del criptoactivo en operaciones comerciales.

“Básicamente la emisión del Petro busca recoger unos 5.000 millones de dólares que permitan pagar la importación de alimentos y financiar el gasto público“, concluyó el especialista.

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