“Cuando vi que mi hijo no regresaba a la casa a comer, me puse malicioso. Salí a buscarlo de rancho en rancho. Mi esposa hasta le llegó a preguntar al tipo ese, pero él dijo que no los había visto. Quién sabe, ya seguro los había matado“, indicó Wilfredo Ruíz, padre de Humberto Ruíz Maita, niño de 10 años de edad que fue asesinado por un vecino del barrio El 70 de El Valle, Distrito Capital.

Junto a él, también murieron tres hermanitos: Roxana Alexandra Conde Graterol, de 10 años de edad; Julianyerli Valeria Conde Graterol, de 4 años de edad; y Jonas Jonneiker Conde Graterol, de 1 año.

Los vecinos acusaron a José Morgado Bello, de 48 años de edad, como el responsable. Fue en su inmueble en el que encontraron a los niños. Luego del hallazgo, la comunidad incendió la casa improvisada, el pasado viernes 14 de septiembre.

Desde el velorio de los niños, Wilfredo Ruiz pudo contar qué pasó ese día. Narró a los medios que su hijo salió temprano. No le pareció extraño que no estuviese en casa durante la mañana, pues era costumbre que en esas horas jugara “en el camino”.

Llegó el mediodía y el pequeño de 10 años de edad no aparecía. “Me extrañó porque él siempre iba a esa hora para comer. Cuando se hicieron las 4:00 pm, no aguanté más. Dije: ¿Dónde está mi hijo? Y salí a buscarlo”, expuso.

Desde esa hora hasta las 9:00 pm estuvieron gritando el nombre de Humberto por el barrio. Hasta que descubrieron “el rancho” que tenía por vivienda Morgado Bello. Decidieron entrar, aunque estaba oscuro y vacío. Allí encontraron los cuerpos de los cuatro niños.

“Primero vi al pequeño de un año. Al tocarlo, sentí que no respiraba. Estaba muerto. Luego en la cama vi a la niña mayor. Estaba desnuda. Cuando corrí una cortina de un escaparate, vi a mi hijo. Todos tenían golpes en la cabeza“, manifestó Wilfredo.

Ruiz tiene años trabajando como cocinero en un restaurante, mientras que su esposa, Lisbeth Maita Gómez, de 32 años, trabajaba para la Alcaldía del municipio Libertador, en Supra Caracas. Juntos tienen dos hijos más, una niña de 4 años y un bebé de 15 días de nacido.

“Yo no lo quería muerto”

Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) ubicaron a Morgado Bello a 60 kilómetros del lugar de los hechos. Estaba escondido en una vivienda de la carretera Cúa-San Casimiro de los Valles del Tuy, estado Miranda.

Según la versión policial, el hombre atacó a la comisión con una escopeta, por lo que le dispararon. Murió en el sitio. Al parecer pudieron dar con su paradero, debido a la confesión de un pariente del presunto homicida.

“Yo no lo quería muerto. Quería que pagara preso lo que hizo“, exclamó Wilfredo, sobre el resultado de las labores del Cicpc.

Agregó que tanto su familia como la de los hermanos Conde conocían a Morgado Bello. Se trataba de un vecino a quien la comunidad ayudaba de vez en cuando con comida.

“Sabíamos que vivía de robar por ahí. Pero nunca se metía con nadie del barrio. Era amable con uno y todo. Esto es horrible, lo que estamos pasando”, indicó Luis José Maita, abuelo de Humberto Ruiz.

Con globos y canciones infantiles despiden a los cuatro niños asesinados en El Valle (Fotos)