Hace un mes Cariaco, capital del municipio Ribero en el estado Sucre, se tiñó de sangre. La noche del 11 de noviembre el sector El Porvenir convulsionó, cuando siete hombres armados asesinaron a nueve pescadores de la comunidad y residentes de la zona, por causas que aún no han sido dadas a conocer por las autoridades.

El pueblo sigue de luto e impaciente, porque pese a las promesas que ofreció el comandante general de la Guardia Nacional Bolivariana, mayor general Antonio Benavides Torres, cuando obligado por las protestas de los familiares de los asesinados visitó Cariaco, 30 días después apenas hay un puesto militar en la localidad, pero los efectivos no tienen patrullas ni motos para movilizarse ante cualquier delito.

Fue un viernes negro para la familia Rodríguez. Frente a la vivienda de la mamá de Luis José Rodríguez (46) fue asesinado él junto a su hijo Luis Bernardino Rodríguez (23) y sus sobrinos Javier Jesús Rodríguez (24), Jesús Rafael Rodríguez (24) y Jackson Rafael Rodríguez García (30). Además mataron también con disparos en la cabeza a sus compañeros de faena en galpones pesqueros de Guaca, Miguel Ángel Acosta García (30) y Eduardo Bautista Vallejo (52).

Minutos antes y a unos 500 metros cayeron primero a los hermanos Luis Alberto Arias Cabello (30) y Carlos Javier Arias Cabello (34). Su hermana fue testigo de estos primeros homicidios y todavía el Estado no le ha garantizado las medidas de protección, pese a que los implicados y detenidos son seis efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana, todos miembros del Comando Nacional de Antiextorsión y Secuestro (Conas), que están detenidos a la espera de juicio.

La hermana de Luis José, Aurora Rodríguez, cuenta con pesar a Efecto Cocuyo, que en Cariaco pese a la masacre todo sigue igual. Los robos y asaltos continúan. Citó el caso de una finca en la zona que fue asaltada el viernes, además de los delitos comunes que siguen produciéndose en la comunidad.

A diferencia de la masacre de Capaya, en el municipio Acevedo del estado Miranda, donde a las familias les prometieron indemnización, ni a los Rodríguez ni a los Arias Cabello ni tampoco a los dolientes de Eduardo Bautista Vallejo ni Miguel Ángel Acosta García, les han dado ayuda alguna, pese a los primeros anuncios que iban a entregarles bolsas de comida o una manutención.

Por ejemplo, Everkys Guzmán, la esposa de Miguel Ángel, quedó con un niño de cinco años. Y la mamá de Jesús y Javier Rodríguez, Belkis Aguilera, es una señora que sobrepasa los 50 años, tiene varias patologías y dependía exclusivamente del trabajo de sus hijos asesinados.

“A ellas no le han dado respuesta, ni tampoco a nosotros. Belkis dependía de esos dos muchachos, porque no puede trabajar y es una mujer bastante enferma”, dijo la señora Aurora, quien recuerda que Benavides Torres hizo varias promesas, pero la única que a medias se cumplió fue la de más militares en Cariaco. De resto siguen esperando.
Sus sobrinos José Ramón y José Rafael Rodríguez, son dos de los tres sobrevivientes de la masacre. Ambos están en el Hospital Militar de Caracas, donde siguen convalecientes. A José Rafael lo operaron en una de sus manos el viernes, ya que una de las balas le ocasionó varias heridas y necesitará de otras intervenciones quirúrgicas.

Qué ocurrió
Oficialmente el 25 de noviembre en Cumaná, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, anunció la detención de cinco militares de la GNB: El teniente Aldo Rafael Del Naza Mambel Gallegos y los sargentos César Rafael Fuentes Patiño, Moisés Fernando Zamora Tezara, Anthony Rafael Ramos Rondón y Robert Bastidas Salcedo. Sin embargo días después también fue arrestado el comandante del Conas, mayor Diego José Challa Caraballo, además del civil José Gregorio Ramírez.

El Ministerio Público sobre el caso imputó a los detenidos por homicidio intencional calificado con alevosía, homicidio intencional calificado en ejecución de un robo agravado, agavillamiento, uso indebido de arma orgánica y robo agravado por los nueve masacrados y homicidio intencional en grado de frustración por los tres heridos.

La versión oficial señala que los efectivos llegaron disparando en la plaza de Cariaco, donde golpearon a un joven, a quien despojaron de una cadena y un celular. En el lugar dispersaron a los curiosos con ráfagas de disparos que ocasionaron daños a vehículos y motos aparcados en las cercanías.

Después arribaron a El Porvenir, donde primero golpearon a la hermana de los Arias Cabello, quienes al ver lo ocurrido salieron de su vivienda a defender a la joven; lo que llevó a los militares a asesinarlos de varios disparos.

De allí partieron a donde se encontraban los Rodríguez y además de robarlos los colocaron de rodilla y mataron a siete personas, y causaron graves heridas a tres. Aunque el múltiple homicidio ocurrió el 11 de noviembre, las detenciones se dieron solo 12 días después y tras cuatro días de fuertes protestas en la troncal 9, tanto en Cariaco como en los pueblos vecinos de Casanay y Chacopata.

Los guardias nacionales están detenidos desde el 23 de noviembre en la sede de la Policía del estado Sucre, donde esperan el juicio, después de la orden de privación de libertad que determinó el Tribunal Segundo de Control del estado Sucre.

Sin móvil
Sin embargo, nada se dice del porqué del asesinato. Para la señora Aurora Rodríguez, la verdad no dicha es que la orden de ajusticiarlos provino de los dueños de las canteras ubicadas en Cariaco, una versión que todos en el pueblo comentan, pero de la que los organismos de investigación no hablan.

“Todavía estamos en eso, queremos que investiguen lo de las canteras. Nos estamos organizando también para ir a Caracas, a pedirle respuestas a Benavides Torres, porque aquí no han cumplido con los acuerdos que se alcanzaron”, señala.

Otro caso, que es un cabo suelto es el triple homicidio de Santa María de Cariaco, donde un grupo con el mismo modus operandi de El Porvenir mató a los hermanos J orge Luis Bermúdez Chirino (23) y Freddy José Bermúdez Chirino (26) y Robert Andrés Rivas Velásquez (21) el 30 de octubre. Sobre este evento no hay ni detenidos ni pronunciamiento oficial.
A 30 días de la masacre, sólo el defensor del Pueblo, Tarek William Saab, dijo ayer a Efecto Cocuyo, que son hechos violatorios de la Constitución, entrevista en la que expresó su preocupación al considerar que el Ejército “no está formado para labores de seguridad ciudadana”.

Citó las denuncias sobre la Operación Liberación del Pueblo, pues en su despacho reposan 434 denuncias sobre violaciones de derechos humanos de estos operativos desde que se implementan a partir del año 2015.

Pero en Cariaco no quieren bolsas de comida que no llegaron ni que todo se quede en la iluminación de la entrada del caserío. “Queremos que caigan todos los implicados”, resalta Aurora Rodríguez, a quien le mataron un hermano y cuatro sobrinos.

Foto: Mundo Oriental

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