Las "celdas" tenían cocinas empotradas en mármol y granito
El ministro Remigio Ceballos no ha ofrecido el balance de muertos y heridos

Un bodegón con productos extranjeros, celdas con cocinas empotradas en mármol, granito o porcelanato, un gimnasio con máquinas modernas, una exhibición de motos altas cilindradas; más de 200 kilos de marihuana, cocaína, pipotes repletos de municiones de AK-47 y licores nacionales e importados, encontraron dentro del Centro Penitenciario de Aragua, conocido como Tocorón, durante el operativo para tomar el control del centro penitenciario, ubicado a 33 kilómetros de Maracay, capital de la entidad central.

“Ya había escuchado sobre lo que había en Tocorón, pero jamás me imaginé que fuera así de grotesco”, dijo a Efecto Cocuyo Carlos*, un funcionario policial enviado al operativo, realizado desde la madrugada de este miércoles 20 de septiembre.

La incursión a Tocorón comenzó para Carlos a las 6 de la tarde del 19 de septiembre, cuando uno de sus jefes lo llamó para informarle que debía presentarse a la sede de su organismo policial donde trabaja con un bolso de ropa para asistir a un operativo. Los detalles no fueron compartidos con los funcionarios hasta horas después de presentarse al servicio. Ninguno de sus compañeros tenía idea de lo que vendría.

“¿Nos van a mandar a Guárico o cómo va a ser el operativo?”, se preguntaban los funcionarios.

A las 8:00 de la noche del martes les confirmaron que se desplegarían en el estado Aragua, para acabar con el control que tenía el Tren de Aragua, en unas de las cárceles más conocidas del país.

Desde la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) de El Helicoide salieron por lo menos 200 patrullas policiales, en caravana, hacia la sede del centro penitenciario en Aragua, a las 11:30 de la noche.

No había órdenes claras. Algunos funcionarios incluso estaban «perdidos», pero llegaron a los puntos de ubicación que ordenaron los altos rangos.

Cuando la caravana policial pasó por el poblado de La Victoria, en Aragua, la señal telefónica falló. Los funcionarios intuyeron que se habían utilizado inhibidores para interferir las comunicaciones que pudieran tener los reclusos en Tocorón con personas fuera de la cárcel.

La Operación Cacique Guaicaipuro, como fue bautizada la incursión desde el Ministerio de Interior y Justicia, se inició a las 3:00 de la madrugada. Antes del amanecer habían tomado los alrededores de la cárcel aragüeña. Los funcionarios cerraron los accesos y las vías que comunicaban la entidad con otras regiones del país para así evitar la fuga de los internos.

Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la Brigada de Acciones Especiales del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim) esperaban las órdenes superiores para actuar.

A las 7:00 de la mañana, militares advirtieron a quienes estaban recluidos en el centro penitenciario y a quienes pernoctaban, que comenzara la toma para recuperar el control del penal, con el fin de que salieran voluntariamente y así comenzar con las requisas.

Los presos de la iglesia

Vestidos con camisas de manga larga, corbatas y pantalones de lino, los reclusos cristianos evangélicos fueron los primeros en salir pacíficamente al patio principal del recinto carcelario. La mayoría caminaba con las manos alzadas y en una de ellas sostenían la biblia. “Ellos iban orando, diciendo que se entregaban y se encomendaban a Dios”, cuenta la fuente.

El funcionario contabilizó a al menos 200 reclusos salir de la llamada iglesia, un lugar de la cárcel donde habitan los privados de libertad que se convirtieron al evangelio y lo predican dentro del centro penitenciario.

“Después salieron los llamados ‘manchados’, (presos que cometieron delitos como violación y que están en la cárcel sin apoyo de familiares o amigos) algunos estaban en ropa interior y se notaban delgados, otros estaban bajo efectos de las drogas, pero se entregaron de manera pacífica” señala.

Te contamos: Lo que había dentro de Tocorón, la cárcel venezolana donde se lleva a cabo un gran despliegue policial

Mujeres y niños

La cantidad de mujeres, niños y niñas que se encontraban pernoctando dentro de la prisión fue una de las primeras impresiones que tuvo el funcionario al ingresar al penal. Algunos tenían hasta dos meses viviendo en Tocorón.

La fuente reveló que, del penal, salieron alrededor de 200 mujeres y  50 niños y adolescentes, algunos eran recién nacidos.

Durante la salida de las mujeres y sus hijos, los funcionarios observaron cómo los niños y niñas eran utilizados por algunos reclusos para esconder entre su cuerpo dinero en efectivo.

“Muchos de los delincuentes que estaban en Tocorón les metieron dinero a los niños entre su ropa y cuerpo pensando que no iban a ser requisados durante la toma del penal, pero en uno de los anillos de seguridad fueron requisados”, comenta.

Para distinguir a los visitantes de la población penal los funcionarios organizaron en dos filas a quienes salían de Tocorón, los chequearon y luego procedieron a desalojarlos de la cárcel.

Los que se negaron a salir

Casi dos horas duró el enfrentamiento con quienes se negaron a salir. A las 8 de la mañana los funcionarios policiales escucharon una fuerte explosión que provenía de las instalaciones del centro de reclusión. Esa fue la señal. Había comenzado el enfrentamiento.

En una de las torres principales de la cárcel, a menos de 500 metros de la entrada, se atrincheraron los delincuentes que no quisieron entregarse a las autoridades. Tras un llamado fallido de atención los funcionarios policiales comenzaron a disparar contra la torre.

El enfrentamiento comenzó a las 8:00 am y a las 10 de la mañana ya había concluido el fuego cruzado. “Los que se enfrentaron no tenían las armas que uno suponía que debía estar en Tocorón. Allí murieron entre 16 y 18 reclusos”, aseguró la fuente.

El efectivo policial entrevistado por Efecto Cocuyo contó que tras finalizar el enfrentamiento los funcionarios del Cicpc levantaron los cadáveres. “Hicieron resistencia hasta donde pudieron, pero no podían superarnos en armas”, explica.

Miembros de bajo rango capturados

Muchos de los delincuentes que, según efectivos de la GNB, pertenecían a la megabanda del Tren de Aragua, quisieron esquivar el control policial infiltrándose entre los reclusos que convivían en la iglesia, pero estos fueron identificados rápidamente.

“Tú eres un garitero, ahora sí quieres pertenecer a la iglesia”, les decía un funcionario a algunos de los delincuentes. “Todos eran de bajo rango, muchos funcionarios se decepcionaron porque no detuvieron a los cabecillas de la banda”, cuenta.

De estos reclusos, que quisieron infiltrarse como parte de la población penal que no pertenece a la megabanda, los funcionarios castrenses lograron identificar a por lo menos 50, que servían como luceros y gariteros del Tren de Aragua.

“Para ser la toma de un penal como Tocorón, que había estado dominado por el hampa desde hace muchos años y donde operaba la banda más peligrosa del país, fue una toma muy tranquila, pese a que hubo fallecidos. Incluso, pareciera que las cabezas de la banda delictiva hubieran estado al tanto de cuándo y cómo se iba a generar el operativo. Hubo plomo, sí. Pero, es probable que hubo un acuerdo bajo cuerdas con los cabecillas de la banda”, aseguró.

La fuente indicó que durante el operativo no había funcionarios del Ministerio Público, como lo afirmaron fuentes oficiales mediante comunicados difundidos en redes sociales. Una funcionaria del Ministerio Público confirmó a Efecto Cocuyo que efectivamente para la realización del operativo no hubo movilización de la Fiscalía.

La extravagancia

Para Carlos, sorprenderse durante un operativo es poco habitual. Pero, cuando entró al penal, quedó completamente estupefacto por la cantidad de lujos y otras comodidades encontradas en las casas y espacios donde los reclusos pasaban su tiempo libre.

Solo en la “celda” de alias Niño Guerrero encontraron alrededor de 200 kilos de cocaína, así como otros artículos personales.

Esas “celdas” se distancian de las descritas en los informes sobre hacinamiento y condiciones de reclusión de los privados de libertad en las cárceles de Venezuela.

Con pisos de porcelanato, cocinas empotradas de mármol y granito, habitaciones individuales, televisores SmarTV de última generación, aires acondicionados, baños modernos y pulcros, vivían los miembros de la megabanda en Tocorón.

Para Carlos, la visita al penal le recordó al estilo de Pablo Escobar, cuando estuvo detenido en La Catedral, una cárcel de Medellín, Colombia, en los años 90, retratado en innumerables series de televisión y películas. “Era increíble lo que sacaban de esas celdas. Estaba claro que encontraríamos armas y drogas, pero no una cocina empotrada con mármol”, detalló.

Los funcionarios encontraron congeladores de más de 200 litros repletos de cervezas en botellas y latas, había una panadería y bodegas más modestas. Los pranes pasaban sus tiempos libres en dos discotecas que fueron quemadas por los efectivos de seguridad, una gallera y un gimnasio pintado de rojo y negro con máquinas de última generación.

“Estaba mejor dotado que muchos gimnasios de Caracas”, argumentó. La fuente señaló que el ministro de Interior y Justicia, Remigio Ceballos, fue uno de los últimos en irse de las instalaciones de Tocorón, y que él y la ministra para Asuntos Penitenciarios, Celsa Fantinel, estuvieron atentos al desarrollo del operativo.

*Nombre ficticio para proteger la identidad de la fuente.

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