Para los habitantes del estado Bolívar, 2018 empezó con mal pie. La escasez de productos de primera necesidad, la imposibilidad de pagar los precios de los poco que había en los anaqueles y la falta de efectivo causaron el descontento en los locales que se derivó en múltiples saqueos.
Los primeros se registraron el 4 de enero en Caicara del Orinoco, municipio Cedeño, y esta semana (desde el domingo 7 de enero hasta el miércoles, 10 de enero) otros hechos vandálicos ocurrieron en Ciudad Guayana, municipio Caroní.
Más de 50 comerciantes han sido afectados y 84 personas han sido detenidas por participar en los saqueos.
Un patrón se comenzó a notar, así lo detallaron a Efecto Cocuyo fuentes del sector comercio y policial, así como habitantes de las zonas afectadas. Indicaron que los saqueos se registran en horas de la noche y que «curiosamente» en el día lo que persiste son las protestas por las fallas en los servicios públicos o por la escasez de medicamentos contra el paludismo.
«Durante el día, un grupo de personas estudian las zonas vulnerables en el municipio. En las noches, cargan con herramientas que cualquier obrero puede tener en su poder (tipo mandarria o pata cabra) y violentan las cerraduras, para llevarse los artefactos eléctricos. Luego incitan a la población a saquear. Es un hurto disfrazado de saqueo, porque saben que los ciudadanos están desesperados», explicó un funcionario de la Policía Municipal de Caroní.
El efectivo se refiere con «zonas vulnerables» a aquellos negocios con la santamaría endeble o que guarden mercancía. Un residente agregó que durante el día cerca de seis personas se dedican a ver qué tiene cada local.
Sin dar detalles, el funcionario aseguró que en las primeras detenciones que realizó el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) los detectives incautaron refrigeradores, picadores de carne y rebanadoras de embutidos. «Eso no puede ser hambre, eso es un vulgar hurto«, insistió.
Agregó que algunos de los aprehendidos ya tenían prontuario policial, otra razón por la que los saqueos se producen de noche. «En la oscuridad no se te ve la cara y pareces parte de una población que saquea por necesidad», dijo.
“Aquí la Guardia Nacional llegó, pero no pudo con la gente. Eran demasiados, lanzaban piedras, bombas molotov… Nosotros nos tuvimos que ir por recomendación de la misma Guardia”, contó María Coronado, hermana de Erika García dueña de una bodega en el sector Las Amazonas de San Félix, municipio Caroní.
Según publicó el Correo del Caroní el lunes, 8 de enero, los pobladores acabaron con el negocio ubicado en el porche de su vivienda, pero también con el inmueble. Robaron su cocina, cama, ropa del closet, piezas de baño, tuberías, cables y hasta el techo raso.
«La frustración de los ciudadanos de no poder abastecerse la están pagando con los comerciantes. Pareciera que están exonerando al Estado de su responsabilidad por la crisis económica y sacian su sed de venganza devastando los locales», señaló Oscar Murillo, representante de la organización de derechos humanos Provea en el estado Bolívar.
Murillo cree que situaciones tensas como la que se viven en su región desde diciembre son el caldo de cultivo de acciones violentas de este tipo, por lo que el Estado debe asumir su responsabilidad. Reconoce que el proceder policial y militar ha sido positivo y ha evitado mayores daños, pero asevera que hasta la fecha no hay una solución concreta para que los habitantes recuperen su poder adquisitivo.
Esta teoría es apoyada por uno de los habitantes de San Félix que Efecto Cocuyo contactó, quien recordó que desde enero existe la tendencia de culpabilizar al pequeño empresario de la merma en la adquisición de los pobladores. «Yo escuchaba a gente decir que había que castigar al comerciante, porque ellos eran los culpables. Que sino bajaban los precios entonces los saquearían», dijo.
El Correo de Caroní informó que en la localidad al oeste de Bolívar fueron saqueados 22 negocios, de acuerdo con la Cámara de Comercio; que se suman a más de 15 establecimientos violentados en Ciudad Guayana desde la noche del domingo, algunos con pérdida total de la mercancía y otros con daños menores.
Los comerciantes se reunieron el martes, 9 de enero, y solicitaron hacer gestiones en el Servicio Nacional de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) para flexibilizar la importación de alimentos a través de la frontera con Brasil, además del apoyo financiero para aquellos negocios afectados indicó Austerio González, segundo vicepresidente de Fedecámaras.
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Para los habitantes del estado Bolívar, 2018 empezó con mal pie. La escasez de productos de primera necesidad, la imposibilidad de pagar los precios de los poco que había en los anaqueles y la falta de efectivo causaron el descontento en los locales que se derivó en múltiples saqueos.
Los primeros se registraron el 4 de enero en Caicara del Orinoco, municipio Cedeño, y esta semana (desde el domingo 7 de enero hasta el miércoles, 10 de enero) otros hechos vandálicos ocurrieron en Ciudad Guayana, municipio Caroní.
Más de 50 comerciantes han sido afectados y 84 personas han sido detenidas por participar en los saqueos.
Un patrón se comenzó a notar, así lo detallaron a Efecto Cocuyo fuentes del sector comercio y policial, así como habitantes de las zonas afectadas. Indicaron que los saqueos se registran en horas de la noche y que «curiosamente» en el día lo que persiste son las protestas por las fallas en los servicios públicos o por la escasez de medicamentos contra el paludismo.
«Durante el día, un grupo de personas estudian las zonas vulnerables en el municipio. En las noches, cargan con herramientas que cualquier obrero puede tener en su poder (tipo mandarria o pata cabra) y violentan las cerraduras, para llevarse los artefactos eléctricos. Luego incitan a la población a saquear. Es un hurto disfrazado de saqueo, porque saben que los ciudadanos están desesperados», explicó un funcionario de la Policía Municipal de Caroní.
El efectivo se refiere con «zonas vulnerables» a aquellos negocios con la santamaría endeble o que guarden mercancía. Un residente agregó que durante el día cerca de seis personas se dedican a ver qué tiene cada local.
Sin dar detalles, el funcionario aseguró que en las primeras detenciones que realizó el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) los detectives incautaron refrigeradores, picadores de carne y rebanadoras de embutidos. «Eso no puede ser hambre, eso es un vulgar hurto«, insistió.
Agregó que algunos de los aprehendidos ya tenían prontuario policial, otra razón por la que los saqueos se producen de noche. «En la oscuridad no se te ve la cara y pareces parte de una población que saquea por necesidad», dijo.
“Aquí la Guardia Nacional llegó, pero no pudo con la gente. Eran demasiados, lanzaban piedras, bombas molotov… Nosotros nos tuvimos que ir por recomendación de la misma Guardia”, contó María Coronado, hermana de Erika García dueña de una bodega en el sector Las Amazonas de San Félix, municipio Caroní.
Según publicó el Correo del Caroní el lunes, 8 de enero, los pobladores acabaron con el negocio ubicado en el porche de su vivienda, pero también con el inmueble. Robaron su cocina, cama, ropa del closet, piezas de baño, tuberías, cables y hasta el techo raso.
«La frustración de los ciudadanos de no poder abastecerse la están pagando con los comerciantes. Pareciera que están exonerando al Estado de su responsabilidad por la crisis económica y sacian su sed de venganza devastando los locales», señaló Oscar Murillo, representante de la organización de derechos humanos Provea en el estado Bolívar.
Murillo cree que situaciones tensas como la que se viven en su región desde diciembre son el caldo de cultivo de acciones violentas de este tipo, por lo que el Estado debe asumir su responsabilidad. Reconoce que el proceder policial y militar ha sido positivo y ha evitado mayores daños, pero asevera que hasta la fecha no hay una solución concreta para que los habitantes recuperen su poder adquisitivo.
Esta teoría es apoyada por uno de los habitantes de San Félix que Efecto Cocuyo contactó, quien recordó que desde enero existe la tendencia de culpabilizar al pequeño empresario de la merma en la adquisición de los pobladores. «Yo escuchaba a gente decir que había que castigar al comerciante, porque ellos eran los culpables. Que sino bajaban los precios entonces los saquearían», dijo.
El Correo de Caroní informó que en la localidad al oeste de Bolívar fueron saqueados 22 negocios, de acuerdo con la Cámara de Comercio; que se suman a más de 15 establecimientos violentados en Ciudad Guayana desde la noche del domingo, algunos con pérdida total de la mercancía y otros con daños menores.
Los comerciantes se reunieron el martes, 9 de enero, y solicitaron hacer gestiones en el Servicio Nacional de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) para flexibilizar la importación de alimentos a través de la frontera con Brasil, además del apoyo financiero para aquellos negocios afectados indicó Austerio González, segundo vicepresidente de Fedecámaras.