Si eres un usuario activo de internet, seguramente te has encontrado con este anuncio: “Esta página web utiliza cookies, por favor déjanos saber si estás de acuerdo”, y quizás habrás aceptado con fastidio, sin saber de lo que se trata.
Por el contrario, si no las has aceptado, sabrás que no puedes navegar con normalidad, ni acceder a cierta información.
No son dulces, ni ácidas y mucho menos saladas. Estas cookies -que en español traducen como galletas- son pequeños documentos informáticos que contienen información sobre ti y tus preferencias. Almacenadas por un sitio web en nuestro navegador, su propósito es recordar las acciones del usuario en determinada página.
A diferencia de muchos mitos, las cookies no te identifican personalmente, pero sí a tu actividad. Es decir, no te registran con tu nombre, pero si almacenan credenciales como el idioma de tu preferencia, direcciones, números de teléfonos e incluso el navegador que frecuentas. Todo esto con un número de identificación para cada usuario.
Durante su evolución la capacidad de información que almacenan las cookies ha aumentado; los programadores se dieron cuenta que entre más datos recopilasen, mejor podrían acoplar el sitio web a los gustos del usuario (una clara estrategia de marketing).
Se cree erróneamente que son virus o gusanos informáticos que eliminarán los datos de tu ordenador; pero realmente son solo información y no programas, por lo tanto, no pueden ejecutar acciones.
Hay diferentes tipos de cookies. Pueden ser propias, cuando únicamente la página de internet que generó la cookie puede leerla; o de terceros, cuando son emitidas por otros sitios webs.
Por ejemplo, cuando un sitio de internet produce una cookie, es el único que puede hacer uso de ella; pero, si dicho sitio tiene presencia en otras páginas web, estas también podrán acceder a tu información.
Esto explica por qué en sitios de noticias o en ciertos blogs, podemos encontrar anuncios publicitarios que van acorde a nuestro gustos, preferencias personales o búsquedas pasadas. Las cookies de terceros son una especie de cadena que recopilan y almacenan información de forma continua.
Otros tipos de cookies son las “de sesión”, activas solamente mientras tenemos una sesión abierta en el navegador; y las persistentes, que suelen mantenerse durante un periodo tiempo, luego de haber salido de una página.
También están las técnicas, para supervisar el tráfico y extraer información; y las de personalización o publicitarias, utilizadas para guardar las preferencias de los usuarios.
Ciertas cookies son indispensables para navegar con fluidez, sobre todo en los sitios web que se visitan a diario, como Facebook o el correo electrónico.
Las cookies tienen sus ventajas y desventajas; es necesario conocer bien sus políticas para proteger nuestra información privada. Si deseas eliminarlas, fácilmente puedes desactivarlas o bloquearlas.
En tu computador dirígete a la sección de Herramientas y dale clic en Borrar los datos de navegación. Y en cuanto a tu teléfono, solo debes ir a Configuración, entrar en las opciones de Privacidad y seleccionar Borrar cookies. El proceso puede variar según el dispositivo, pero básicamente estos son los pasos esenciales.
Recuerda que, si decides eliminarlas, se borrará la configuración de ciertos sitios web y tendrás que esperar que se carguen algunas imágenes, nuevamente, la próxima vez que los visites.
No es necesario que elimines las cookies diariamente, pero si deseas hacerlo de vez en cuando, tu información no quedará almacenada en tu equipo y estarás protegiendo tu privacidad.
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Por el contrario, si no las has aceptado, sabrás que no puedes navegar con normalidad, ni acceder a cierta información.
No son dulces, ni ácidas y mucho menos saladas. Estas cookies -que en español traducen como galletas- son pequeños documentos informáticos que contienen información sobre ti y tus preferencias. Almacenadas por un sitio web en nuestro navegador, su propósito es recordar las acciones del usuario en determinada página.
A diferencia de muchos mitos, las cookies no te identifican personalmente, pero sí a tu actividad. Es decir, no te registran con tu nombre, pero si almacenan credenciales como el idioma de tu preferencia, direcciones, números de teléfonos e incluso el navegador que frecuentas. Todo esto con un número de identificación para cada usuario.
Durante su evolución la capacidad de información que almacenan las cookies ha aumentado; los programadores se dieron cuenta que entre más datos recopilasen, mejor podrían acoplar el sitio web a los gustos del usuario (una clara estrategia de marketing).
Se cree erróneamente que son virus o gusanos informáticos que eliminarán los datos de tu ordenador; pero realmente son solo información y no programas, por lo tanto, no pueden ejecutar acciones.
Hay diferentes tipos de cookies. Pueden ser propias, cuando únicamente la página de internet que generó la cookie puede leerla; o de terceros, cuando son emitidas por otros sitios webs.
Por ejemplo, cuando un sitio de internet produce una cookie, es el único que puede hacer uso de ella; pero, si dicho sitio tiene presencia en otras páginas web, estas también podrán acceder a tu información.
Esto explica por qué en sitios de noticias o en ciertos blogs, podemos encontrar anuncios publicitarios que van acorde a nuestro gustos, preferencias personales o búsquedas pasadas. Las cookies de terceros son una especie de cadena que recopilan y almacenan información de forma continua.
Otros tipos de cookies son las “de sesión”, activas solamente mientras tenemos una sesión abierta en el navegador; y las persistentes, que suelen mantenerse durante un periodo tiempo, luego de haber salido de una página.
También están las técnicas, para supervisar el tráfico y extraer información; y las de personalización o publicitarias, utilizadas para guardar las preferencias de los usuarios.
Ciertas cookies son indispensables para navegar con fluidez, sobre todo en los sitios web que se visitan a diario, como Facebook o el correo electrónico.
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Recuerda que, si decides eliminarlas, se borrará la configuración de ciertos sitios web y tendrás que esperar que se carguen algunas imágenes, nuevamente, la próxima vez que los visites.
No es necesario que elimines las cookies diariamente, pero si deseas hacerlo de vez en cuando, tu información no quedará almacenada en tu equipo y estarás protegiendo tu privacidad.