El Día de Acción de Gracias, una tradición para agradecer por las bendiciones, se celebra cada cuarto jueves de noviembre, previo a las fiestas navideñas en diciembre.
Sin embargo, el agradecimiento, además de ser un acto de humildad, es un valor que el cerebro reconoce para beneficiar nuestra salud, un hecho que la ciencia ha demostrado.
De acuerdo con un estudio publicado en 2017 por Cerebral Cortex, revista de la Universidad de Oxford, sentir gratitud o realizar actos de bondad estimula el hipotálamo (la parte de nuestro cerebro que regula una serie de funciones corporales, incluido el estrés); inundando el cerebro con una sustancia química llamada dopamina, que produce la sensación de bienestar, felicidad, placer y vitalidad.
Pero además de la dopamina, tres químicos más hacen una fiesta de felicidad cuando agradeces: la endorfina, la serotonina y la oxitocina.
En Efecto Cocuyo, te mostramos qué hace cada uno.
Son consideradas como “la morfina del cuerpo humano” o una especie de analgésico natural.
Bailar, cantar, trabajar en equipo son actividades que potencian la unión social y la tolerancia al dolor a través de un aumento en las endorfinas.
Es responsable, mayormente, de sentimientos como el amor y la lujuria. También ha sido catalogada como “mediadora del placer”.
Además de segregarse con la gratitud, la dopamina puede elevarse estableciendo objetivos o metas a corto plazo.
Esta fluye cuando te sientes importante. Pero también es importante mantenerla, ya que su ausencia se relaciona con la depresión.
Aumentar el nivel de serotonina, según expertos, es sencillo: pensar en recuerdos felices.
Suele ser catalogada como “la hormona del abrazo”, pues está más relacionada con los vínculos o comportamientos maternales.
Según un estudio publicado en 2011 por la obstetra y ginecóloga india Navneet Magon, citada por la BBC, “la vinculación social es esencial para la supervivencia de las especies (humanas y algunos animales), ya que favorece la reproducción, la protección contra los depredadores y los cambios ambientales, e impulsa el desarrollo cerebral”.
Para aumentar la oxitocina, abrazar es la forma de hacerlo. También, dar o recibir un regalo, sea tangible o intangible, tal como en el Día de Acción de Gracias.
Expresar la gratitud fortalece nuestro cuerpo y nuestro cerebro, porque reduce el cortisol, la hormona del estrés.
Por eso, sentirse y estar agradecido es beneficioso.
Sector industrial privado espera crecimiento moderado entre 4 % y 6 % para este año
Gremio educativo realizará toma de Caracas este 27 de marzo para seguir reclamando sus reinvindicaciones
Precio del barril de petróleo venezolano perdió 13 % de su valor en el año más reciente
Registro telemático para venezolanos en el exterior: ¿qué es y por qué lo estudia la Comisión Nacional de Primaria?
Número récord de casi 80.000 migrantes cruzaron la selva del Darién en lo que va de año
El Día de Acción de Gracias, una tradición para agradecer por las bendiciones, se celebra cada cuarto jueves de noviembre, previo a las fiestas navideñas en diciembre.
Sin embargo, el agradecimiento, además de ser un acto de humildad, es un valor que el cerebro reconoce para beneficiar nuestra salud, un hecho que la ciencia ha demostrado.
De acuerdo con un estudio publicado en 2017 por Cerebral Cortex, revista de la Universidad de Oxford, sentir gratitud o realizar actos de bondad estimula el hipotálamo (la parte de nuestro cerebro que regula una serie de funciones corporales, incluido el estrés); inundando el cerebro con una sustancia química llamada dopamina, que produce la sensación de bienestar, felicidad, placer y vitalidad.
Pero además de la dopamina, tres químicos más hacen una fiesta de felicidad cuando agradeces: la endorfina, la serotonina y la oxitocina.
En Efecto Cocuyo, te mostramos qué hace cada uno.
Son consideradas como “la morfina del cuerpo humano” o una especie de analgésico natural.
Bailar, cantar, trabajar en equipo son actividades que potencian la unión social y la tolerancia al dolor a través de un aumento en las endorfinas.
Es responsable, mayormente, de sentimientos como el amor y la lujuria. También ha sido catalogada como “mediadora del placer”.
Además de segregarse con la gratitud, la dopamina puede elevarse estableciendo objetivos o metas a corto plazo.
Esta fluye cuando te sientes importante. Pero también es importante mantenerla, ya que su ausencia se relaciona con la depresión.
Aumentar el nivel de serotonina, según expertos, es sencillo: pensar en recuerdos felices.
Suele ser catalogada como “la hormona del abrazo”, pues está más relacionada con los vínculos o comportamientos maternales.
Según un estudio publicado en 2011 por la obstetra y ginecóloga india Navneet Magon, citada por la BBC, “la vinculación social es esencial para la supervivencia de las especies (humanas y algunos animales), ya que favorece la reproducción, la protección contra los depredadores y los cambios ambientales, e impulsa el desarrollo cerebral”.
Para aumentar la oxitocina, abrazar es la forma de hacerlo. También, dar o recibir un regalo, sea tangible o intangible, tal como en el Día de Acción de Gracias.
Expresar la gratitud fortalece nuestro cuerpo y nuestro cerebro, porque reduce el cortisol, la hormona del estrés.
Por eso, sentirse y estar agradecido es beneficioso.