En 2017, Marivel Velásquez, promotora social del estado Guárico, sintió “una pepita” en su pecho cuando se estaba bañando. Fue al médico y le diagnosticaron cáncer de mama, el primer tipo de cáncer en las mujeres en Venezuela, pero no le pudieron aplicar el tratamiento por falta de insumos y equipos.
Cada 19 de octubre se celebra el Día mundial de la lucha contra el cáncer de mama. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que cada año, en la región de Las Américas, más de 462.000 mujeres son diagnosticadas y casi 100.000 fallecen. En Venezuela, las personas enfrentan el cáncer de mama en medio de la escasez y las carencias en los hospitales del sistema público de salud.
“Vine a Caracas al hospital oncológico Padre Machado y solo me mandaban exámenes. Me fui al oncológico Luis Razetti y me dijeron que mi caso era de operación, pero no tenían los materiales en quirófano”, cuenta Marivel. Finalmente, con el apoyo de un amigo de su familia, la intervinieron en el hospital José María Vargas de Caracas.
Le hicieron una mastectomía radical. Tras la operación, debía comenzar sesiones de quimioterapia en el Instituto de Oncología Luis Razetti, en Cotiza, pero no había el tratamiento. “Tuve que conseguirlo por fuera, unos en dólares y otros me los donaron”, dice. Tampoco consigue bloqueadores hormonales en el hospital.
A pesar de las dificultades, Marivel afirma que enfrentó la enfermedad con “cero llanto y sin depresiones”. Junto a otras cuatro personas administra el grupo “Corazones Latentes”, para orientar a los pacientes del oncológico de Cotiza. En septiembre de 2019, a sus 51 años, recibió la última de sus 28 quimioterapias.
Marivel tuvo que buscar quimioterapias por fuera del hospital | Foto: Mairet Chourio
Según el Observatorio Global del Cáncer (GCO, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2018 se diagnosticaron 61.979 casos de cáncer en Venezuela, de los cuales 9.215 correspondían al cáncer de mama, tanto en hombres como en mujeres. Fue el tipo de cáncer más frecuente y la tercera causa de muerte por cáncer (2.993 casos).
Las últimas cifras oficiales divulgadas por las autoridades venezolanas corresponden al año 2014. El Anuario de Mortalidad del Ministerio de Salud indica que el cáncer fue la segunda causa de muerte en Venezuela, con 24.199 casos (14,93%). El cáncer de mama fue la tercera causa de muerte por cáncer (2.204 mujeres y 18 hombres).
María Teresa Coutinho, presidenta de la Sociedad Venezolana de Oncología (SVO), explica que el cáncer de mama desplazó al cáncer de cuello uterino como el tipo más común de la enfermedad en Venezuela. Sin embargo, la atención a las personas con cáncer de mama se ha deteriorado en el país.
“Los hospitales públicos están a un cuarto de máquina. He tenido pacientes que migran de los hospitales públicos porque los procesos son muy lentos”, expresa.
La oncóloga destaca que para que los médicos puedan diagnosticar la enfermedad, y definir los tratamientos, los pacientes deben acudir a la atención privada para realizarse los estudios correspondientes.
Hospitales carecen de mamógrafos operativos | Foto: @nanasouquett
“El examen de inmunohistoquímica no lo hacen en ningún lugar público y está costando cerca de 150 dólares. Es mucho dinero para mucha gente. Muchos de los hospitales no tienen mamógrafos”, detalla.
Carlos Velandia, mastólogo del servicio de Patología Mamaria del Instituto de Oncología Luis Razetti, resalta que el principal estudio para detectar el cáncer de mama es la mamografía, que luego se complementa con ecosonogramas, tomosíntesis, resonancias y biopsias.
“La mayoría de los exámenes no se hacen en los hospitales, todos se hacen por fuera. Tampoco hay radioterapias. Y si hay tomógrafo, dan citas para luego de tres meses. Es demasiado tiempo para un paciente”, expresa.
El oncólogo afirma que el éxito en el abordaje del cáncer de mama depende del manejo multidisciplinario. No obstante, destaca que en el país la salud pública no proporciona todas las herramientas para detectar la enfermedad a tiempo, ni opciones terapéuticas suficientes.
“Hoy un paciente no debería morir de cáncer de mama. El problema está en la decadencia. Hay pacientes que consiguen ayuda, pero otros no y fallecen. Es complejo porque todos estamos expuestos a desarrollar un cáncer”, explica.
En medio de la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela, las personas pueden acudir a organizaciones de la sociedad civil. Dos de ellas son Senosalud y SenosAyuda, en Caracas.
En 2018, a Oneida Querales le diagnosticaron cáncer de mama. “Tenía una pequeña glándula que nunca me fastidió. Pero me comenzó a molestar y fui al ginecólogo, me mandó a hacer exámenes y descubrió que la glándula estaba más grande. Me mandó para el oncólogo y ahí empezó mi odisea”, indica.
En febrero comenzó a aplicarse quimioterapia. En octubre de 2019, a sus 59 años, acude a consultas en Senosalud y ya va por la mitad de su tratamiento. “Esa quimio me tumbó el cabello. Este es un proceso muy largo, pero me siento bien, animada, esperanzada de que todo va a salir bien”, señala.
Después de la quimioterapia, debe aplicarse radioterapia y luego hacerse mastectomía total. Destaca como fundamental el apoyo de su familia: esposo, hijos y nieto y la disposición de su médico.
Oneida Querales afirma que quiere vivir para disfrutar de su nieto | Foto: @nanasouquett
Senosalud, fundación creada hace 17 años, busca difundir el mensaje sobre la prevención del cáncer de mama y brindar servicio a las personas que lo requieran. Semanalmente diagnostican hasta cinco pacientes.
“Tenemos un mamógrafo, un ecógrafo y consultas con mastólogos a bajo costo con previa cita. A diario en el país se diagnostican cerca de 15 personas y otras siete mueren por la enfermedad”, expresa Carmen Tornet, coordinadora de educación de Senosalud.
Ubicada en la calle Nicolás Copérnico de Las Mercedes, Senosalud también tiene consultas psicológicas, prótesis mamarias, sostenes y un banco de pelucas. Reciben donaciones de colas de cabello de 30 centímetros para la elaboración de las pelucas, explica Diana De Conciliis, coordinadora del banco de pelucas.
La organización SenosAyuda, con 20 años de labor para incidir en la lucha contra el cáncer de mama, está ubicada en la calle Chivacoa de la urbanización San Román. También brinda servicios de consultas con mastólogos y consultas psicológicas, a bajo costo, y refiere a los pacientes a sitios con precios solidarios para hacerse los exámenes que necesiten.
Pueden donar 30 cm de cabello para el banco de pelucas de Senosalud | Foto: @nanasouquett
Riesgo y prevención
Cada 19 de octubre, a nivel mundial, se resalta la necesidad de educar sobre el cáncer de mama y tener programas de prevención y control de la enfermedad. La OPS alerta que para 2030 el número de mujeres diagnosticadas puede aumentar 34 % en el continente americano.
“En Venezuela somos más de treinta millones y la mitad son mujeres. La mujer tiene un riesgo de 12 a 13 % de desarrollar cáncer de mama. Eso significa que no podemos menospreciarlo. Es la enfermedad con mayor incidencia en las mujeres y es de alta mortalidad si no se trata”, dice Carlos Velandia, mastólogo del servicio de Patología Mamaria del Instituto de Oncología Luis Razetti.
El experto destaca que hay factores de riesgo no modificables, como la edad y el sexo. Las mujeres de 55 a 65 años son el grupo etario de mayor incidencia de cáncer de mama en Venezuela.
El antecedente familiar es otro factor: la existencia de una alteración o mutación genética. Desarrollarse a temprana edad o tener menopausia a edad tardía es otro factor de riesgo.
El principal factor modificable en la mujer es la obesidad: el consumo de grasas. «El consumo de alcohol y el sedentarismo también aumentan indirectamente el índice de masa corporal”, expone.
Tomar hormonas, no tener hijos, o tenerlos a edad tardía son otros factores modificables. “La mama es hormonodependiente. Los estrógenos son hormonas que estimulan a la mama (el crecimiento de las células mamarias). Cuando una mujer queda embarazada, la progesterona mantiene en calma esa estimulación, es decir que la estimulación es menor”, explica.
Detalla que después de la menopausia, la mama se estimula con la grasa periférica, la cual es la principal fuente de estrógenos luego de la menopausia.
En cuanto a la prevención, asegura que tocarse no es suficiente. «Si tocas un tumor ya puede estar avanzado. Lo mejor es diagnosticarlo asintomático, detectarlo a tiempo bajo estudios de rigor”, indica.
Según la presidenta de la Sociedad Venezolana de Oncología, es fundamental que una vez que se detecte la enfermedad la familia brinde apoyo al paciente: “Deben acompañar a las personas en esta etapa que les tocó vivir”.
Para Velandia, el apoyo emocional y económico son imprescindibles en el actual contexto de Venezuela. “El cáncer de mama no es algo que se solventa en un mes con una cirugía. Puede llevar un año o año y medio. La vida cotidiana cambia y la paciencia y el respaldo son necesarios”, puntualiza.
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En 2017, Marivel Velásquez, promotora social del estado Guárico, sintió “una pepita” en su pecho cuando se estaba bañando. Fue al médico y le diagnosticaron cáncer de mama, el primer tipo de cáncer en las mujeres en Venezuela, pero no le pudieron aplicar el tratamiento por falta de insumos y equipos.
Cada 19 de octubre se celebra el Día mundial de la lucha contra el cáncer de mama. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que cada año, en la región de Las Américas, más de 462.000 mujeres son diagnosticadas y casi 100.000 fallecen. En Venezuela, las personas enfrentan el cáncer de mama en medio de la escasez y las carencias en los hospitales del sistema público de salud.
“Vine a Caracas al hospital oncológico Padre Machado y solo me mandaban exámenes. Me fui al oncológico Luis Razetti y me dijeron que mi caso era de operación, pero no tenían los materiales en quirófano”, cuenta Marivel. Finalmente, con el apoyo de un amigo de su familia, la intervinieron en el hospital José María Vargas de Caracas.
Le hicieron una mastectomía radical. Tras la operación, debía comenzar sesiones de quimioterapia en el Instituto de Oncología Luis Razetti, en Cotiza, pero no había el tratamiento. “Tuve que conseguirlo por fuera, unos en dólares y otros me los donaron”, dice. Tampoco consigue bloqueadores hormonales en el hospital.
A pesar de las dificultades, Marivel afirma que enfrentó la enfermedad con “cero llanto y sin depresiones”. Junto a otras cuatro personas administra el grupo “Corazones Latentes”, para orientar a los pacientes del oncológico de Cotiza. En septiembre de 2019, a sus 51 años, recibió la última de sus 28 quimioterapias.
Marivel tuvo que buscar quimioterapias por fuera del hospital | Foto: Mairet Chourio
Según el Observatorio Global del Cáncer (GCO, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2018 se diagnosticaron 61.979 casos de cáncer en Venezuela, de los cuales 9.215 correspondían al cáncer de mama, tanto en hombres como en mujeres. Fue el tipo de cáncer más frecuente y la tercera causa de muerte por cáncer (2.993 casos).
Las últimas cifras oficiales divulgadas por las autoridades venezolanas corresponden al año 2014. El Anuario de Mortalidad del Ministerio de Salud indica que el cáncer fue la segunda causa de muerte en Venezuela, con 24.199 casos (14,93%). El cáncer de mama fue la tercera causa de muerte por cáncer (2.204 mujeres y 18 hombres).
María Teresa Coutinho, presidenta de la Sociedad Venezolana de Oncología (SVO), explica que el cáncer de mama desplazó al cáncer de cuello uterino como el tipo más común de la enfermedad en Venezuela. Sin embargo, la atención a las personas con cáncer de mama se ha deteriorado en el país.
“Los hospitales públicos están a un cuarto de máquina. He tenido pacientes que migran de los hospitales públicos porque los procesos son muy lentos”, expresa.
La oncóloga destaca que para que los médicos puedan diagnosticar la enfermedad, y definir los tratamientos, los pacientes deben acudir a la atención privada para realizarse los estudios correspondientes.
Hospitales carecen de mamógrafos operativos | Foto: @nanasouquett
“El examen de inmunohistoquímica no lo hacen en ningún lugar público y está costando cerca de 150 dólares. Es mucho dinero para mucha gente. Muchos de los hospitales no tienen mamógrafos”, detalla.
Carlos Velandia, mastólogo del servicio de Patología Mamaria del Instituto de Oncología Luis Razetti, resalta que el principal estudio para detectar el cáncer de mama es la mamografía, que luego se complementa con ecosonogramas, tomosíntesis, resonancias y biopsias.
“La mayoría de los exámenes no se hacen en los hospitales, todos se hacen por fuera. Tampoco hay radioterapias. Y si hay tomógrafo, dan citas para luego de tres meses. Es demasiado tiempo para un paciente”, expresa.
El oncólogo afirma que el éxito en el abordaje del cáncer de mama depende del manejo multidisciplinario. No obstante, destaca que en el país la salud pública no proporciona todas las herramientas para detectar la enfermedad a tiempo, ni opciones terapéuticas suficientes.
“Hoy un paciente no debería morir de cáncer de mama. El problema está en la decadencia. Hay pacientes que consiguen ayuda, pero otros no y fallecen. Es complejo porque todos estamos expuestos a desarrollar un cáncer”, explica.
En medio de la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela, las personas pueden acudir a organizaciones de la sociedad civil. Dos de ellas son Senosalud y SenosAyuda, en Caracas.
En 2018, a Oneida Querales le diagnosticaron cáncer de mama. “Tenía una pequeña glándula que nunca me fastidió. Pero me comenzó a molestar y fui al ginecólogo, me mandó a hacer exámenes y descubrió que la glándula estaba más grande. Me mandó para el oncólogo y ahí empezó mi odisea”, indica.
En febrero comenzó a aplicarse quimioterapia. En octubre de 2019, a sus 59 años, acude a consultas en Senosalud y ya va por la mitad de su tratamiento. “Esa quimio me tumbó el cabello. Este es un proceso muy largo, pero me siento bien, animada, esperanzada de que todo va a salir bien”, señala.
Después de la quimioterapia, debe aplicarse radioterapia y luego hacerse mastectomía total. Destaca como fundamental el apoyo de su familia: esposo, hijos y nieto y la disposición de su médico.
Oneida Querales afirma que quiere vivir para disfrutar de su nieto | Foto: @nanasouquett
Senosalud, fundación creada hace 17 años, busca difundir el mensaje sobre la prevención del cáncer de mama y brindar servicio a las personas que lo requieran. Semanalmente diagnostican hasta cinco pacientes.
“Tenemos un mamógrafo, un ecógrafo y consultas con mastólogos a bajo costo con previa cita. A diario en el país se diagnostican cerca de 15 personas y otras siete mueren por la enfermedad”, expresa Carmen Tornet, coordinadora de educación de Senosalud.
Ubicada en la calle Nicolás Copérnico de Las Mercedes, Senosalud también tiene consultas psicológicas, prótesis mamarias, sostenes y un banco de pelucas. Reciben donaciones de colas de cabello de 30 centímetros para la elaboración de las pelucas, explica Diana De Conciliis, coordinadora del banco de pelucas.
La organización SenosAyuda, con 20 años de labor para incidir en la lucha contra el cáncer de mama, está ubicada en la calle Chivacoa de la urbanización San Román. También brinda servicios de consultas con mastólogos y consultas psicológicas, a bajo costo, y refiere a los pacientes a sitios con precios solidarios para hacerse los exámenes que necesiten.
Pueden donar 30 cm de cabello para el banco de pelucas de Senosalud | Foto: @nanasouquett
Riesgo y prevención
Cada 19 de octubre, a nivel mundial, se resalta la necesidad de educar sobre el cáncer de mama y tener programas de prevención y control de la enfermedad. La OPS alerta que para 2030 el número de mujeres diagnosticadas puede aumentar 34 % en el continente americano.
“En Venezuela somos más de treinta millones y la mitad son mujeres. La mujer tiene un riesgo de 12 a 13 % de desarrollar cáncer de mama. Eso significa que no podemos menospreciarlo. Es la enfermedad con mayor incidencia en las mujeres y es de alta mortalidad si no se trata”, dice Carlos Velandia, mastólogo del servicio de Patología Mamaria del Instituto de Oncología Luis Razetti.
El experto destaca que hay factores de riesgo no modificables, como la edad y el sexo. Las mujeres de 55 a 65 años son el grupo etario de mayor incidencia de cáncer de mama en Venezuela.
El antecedente familiar es otro factor: la existencia de una alteración o mutación genética. Desarrollarse a temprana edad o tener menopausia a edad tardía es otro factor de riesgo.
El principal factor modificable en la mujer es la obesidad: el consumo de grasas. «El consumo de alcohol y el sedentarismo también aumentan indirectamente el índice de masa corporal”, expone.
Tomar hormonas, no tener hijos, o tenerlos a edad tardía son otros factores modificables. “La mama es hormonodependiente. Los estrógenos son hormonas que estimulan a la mama (el crecimiento de las células mamarias). Cuando una mujer queda embarazada, la progesterona mantiene en calma esa estimulación, es decir que la estimulación es menor”, explica.
Detalla que después de la menopausia, la mama se estimula con la grasa periférica, la cual es la principal fuente de estrógenos luego de la menopausia.
En cuanto a la prevención, asegura que tocarse no es suficiente. «Si tocas un tumor ya puede estar avanzado. Lo mejor es diagnosticarlo asintomático, detectarlo a tiempo bajo estudios de rigor”, indica.
Según la presidenta de la Sociedad Venezolana de Oncología, es fundamental que una vez que se detecte la enfermedad la familia brinde apoyo al paciente: “Deben acompañar a las personas en esta etapa que les tocó vivir”.
Para Velandia, el apoyo emocional y económico son imprescindibles en el actual contexto de Venezuela. “El cáncer de mama no es algo que se solventa en un mes con una cirugía. Puede llevar un año o año y medio. La vida cotidiana cambia y la paciencia y el respaldo son necesarios”, puntualiza.