En las regiones reducen horas de diálisis por fallas en las máquinas

SALUD · 25 SEPTIEMBRE, 2019 17:54

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Mariana Souquett Gil | @nanasouquett


“Tuvieron que hacer un cronograma para poder dializar en San Juan de Los Morros”

“En el hospital Manuel Núñez Tovar de Maturín solo funcionan cuatro máquinas”

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En los estados Guárico, Portuguesa y Zulia, las personas con insuficiencia renal cada vez se dializan con menos frecuencia. Sus horas de diálisis se han reducido como consecuencia de la paralización de las máquinas que se encargan de limpiar su sangre y de las fallas en los servicios públicos. 

En la unidad de diálisis que funciona en las instalaciones del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) en San Juan de Los Morros, Guárico, hay diez sillas para terapia sustitutiva renal, pero solo cinco funcionan. Un total de 28 personas debería dializarse tres veces a la semana, en sesiones de cuatro horas por día, pero esas 12 horas comenzaron a disminuir con la paralización de las máquinas de hemodiálisis.

«Las otras cinco unidades están dañadas desde hace casi un año. Se mermó la mitad de los cupos disponibles de hemodiálisis y el personal tuvo que hacer un cronograma de emergencia para poder dializar a las personas», expresó Alfredo Cásseres, coordinador de Amigos Trasplantados de Venezuela y Codevida en los estados Guárico y Carabobo. 

Debido a la operatividad de la mitad de las máquinas, los pacientes protestaron en la capital guariqueña este martes 24 de septiembre. Exigieron la dotación de insumos y la llegada de nuevas unidades que suplan las funciones que sus riñones no pueden cumplir.

«Las personas solo se están dializando dos veces a la semana. Que un paciente se dialice un viernes y vuelva a dializarse el martes, en lugar de hacerlo el lunes, es grave porque acumula muchas toxinas. En la sede del Seguro Social de San Juan de Los Morros el personal está altamente comprometido, pero trabaja con las uñas. Temen que los pacientes se vayan a morir», aseguró el vocero.

De acuerdo con Amigos Trasplantados de Venezuela, en el municipio Juan Germán Roscio del estado Guárico solo quedan nueve cupos de diálisis. «Más de diez máquinas se han averiado en las otras unidades. Además de las cinco del Seguro Social, solo están activas otras cuatro más», dijo el representante de la organización en la entidad. 

En el estado Zulia, la persistencia de los problemas en los servicios de luz y de agua agravó la situación de los pacientes, que también han protestado en septiembre. «Hay máquinas paralizadas y dan menos horas de diálisis. Restan tiempo a los pacientes. En lugar de cuatro horas de diálisis, les dan dos horas y media», expresó Reymer Villamizar, fundador de Amigos Trasplantados de Venezuela. 

Equipos sin mantenimiento

En Acarigua, estado Portuguesa, la unidad extrahospitalaria de diálisis Portuguesa tiene siete máquinas inoperativas. Según Amigos Trasplantados de Venezuela, la unidad del hospital de Guanare cerró y todos los pacientes renales fueron migrados a la unidad Portuguesa, donde las enfermeras redoblan sus turnos para seguir aplicando tratamientos.

«La mayoría de las unidades de diálisis en el país tiene cementerios de máquinas. Están paradas por falta de repuestos. Cada día son menos las unidades operativas y aumentan las personas que solicitan entrar a las unidades», dijo Villamizar. 

La situación se repite en el oriente del país. En el hospital universitario doctor Manuel Núñez Tovar de Maturín, estado Monagas, solo cuatro máquinas funcionan de un total de 12. Durante varias semanas, únicamente dos estuvieron activas, hasta que enviaron técnicos para reparar dos más. 

«Son equipos que tienen más de 12 años y necesitan mantenimiento. Podemos atender solo a 19 pacientes más las emergencias que se presenten», dijo Carlos Márquez, nefrólogo del hospital y presidente de la Sociedad Venezolana de Nefrología (SVN). 

Por falta de espacio y paralización de las máquinas en el hospital universitario de Maturín, han tenido que referir a los pacientes a otras unidades de diálisis en el estado.

Sin catéteres ni medicamentos

Además de la reducción de las horas de diálisis, las irregularidades en la entrega de insumos y medicamentos por parte del Ivss han incidido en la atención a los pacientes renales. Entre los problemas detectados por la Sociedad Venezolana de Nefrología y las organizaciones no gubernamentales se encuentra la escasez de catéteres para la hemodiálisis.

«Hay fallas en el suministro de catéteres a nivel nacional. Cada catéter para hemodiálisis cuesta entre 150 y 200 dólares, es un gasto grande para cada paciente», denunció el presidente de la SVN.

El tratamiento para aquellos que lograron recibir un trasplante también está comprometido. En el estado Lara, pacientes reportaron que las tabletas del medicamento inmunosupresor Everolimus, entregado por el Ivss, estaban pulverizadas. «Las pastillas se desmoronaban, se deshacían», dijo el director de Amigos Trasplantados de Venezuela. 

Además de tener menos horas de diálisis, los pacientes renales reciben pastillas pulverizadas

Algunos pacientes recibieron tabletas pulverizadas de parte del Ivss | Foto: @codevida.

Además del estado inadecuado de los medicamentos, la ONG perteneciente a Codevida ha registrado que las medicinas suministradas por el Seguro Social generaron efectos secundarios en algunos pacientes.

«Antes recibíamos medicamentos de alta generación, de laboratorios conocidos. Ahora el Estado compra medicinas a cualquier laboratorio sin que hayan superado todas las pruebas de rigor», expresó Alfredo Cásseres, coordinador de la organización en Guárico.

En el occidente venezolano, la intermitencia de los servicios y las condiciones económicas se suman a la escasez de medicamentos y el deterioro de las máquinas de diálisis.

«Pasamos en promedio 50 % del día sin luz. Llenar un tanque de gasolina requiere estar un día en cola y además casi no manejamos efectivo. Para ir a las farmacias de alto costo dependemos de favores. Tenemos que hacer un grupo para irnos en un mismo vehículo», dijo un paciente renal de Maracaibo, estado Zulia. 

A inicios de septiembre, representantes del Ivss se reunieron con pacientes y organizaciones no gubernamentales para coordinar la entrega de medicamentos pautados para llegar al país a mediados de octubre. Mientras, los inmunosupresores Micofenolato de mofetilo y Tacrolimus, que evitan que las personas rechacen el trasplante, no se encuentran desde, al menos, hace cuatro meses, según los registros de Amigos Trasplantados. 

El registro de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), señala que desde 2016 han muerto 34 trasplantados por la ausencia de inmunosupresores, los medicamentos que evitan que la personas rechace el órgano. 

Menos insumos

En el estado Lara, el déficit de máquinas e insumos y la disminución de las horas de diálisis también persisten. «El Instituto Venezolano de los Seguros Sociales está enviando insumos una vez a la semana. En algunos sitios llegan, pero en otros no, y hay muchos kits de diálisis incompletos», dijo Reymer Villamizar.

Los concentrados para preparar los líquidos de hemodiálisis, los dializadores y las agujas para utilizarse en las fístulas (venas fortalecidas para hemodiálisis) en ocasiones no llegan a su destino. «Muchas unidades han dejado de recibir insumos, hay muchas máquinas deterioradas, las plantas de ósmosis funcionan a medias y las personas están siendo mal dializadas», expresó. 

A nivel nacional, Amigos Trasplantados de Venezuela ha registrado al menos 100 personas en proceso de rechazo de órgano. «Muchos de ellos tuvieron que volver a diálisis», añadió el fundador de la organización.

SALUD · 25 SEPTIEMBRE, 2019

En las regiones reducen horas de diálisis por fallas en las máquinas

Texto por Mariana Souquett Gil | @nanasouquett

En los estados Guárico, Portuguesa y Zulia, las personas con insuficiencia renal cada vez se dializan con menos frecuencia. Sus horas de diálisis se han reducido como consecuencia de la paralización de las máquinas que se encargan de limpiar su sangre y de las fallas en los servicios públicos. 

En la unidad de diálisis que funciona en las instalaciones del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) en San Juan de Los Morros, Guárico, hay diez sillas para terapia sustitutiva renal, pero solo cinco funcionan. Un total de 28 personas debería dializarse tres veces a la semana, en sesiones de cuatro horas por día, pero esas 12 horas comenzaron a disminuir con la paralización de las máquinas de hemodiálisis.

«Las otras cinco unidades están dañadas desde hace casi un año. Se mermó la mitad de los cupos disponibles de hemodiálisis y el personal tuvo que hacer un cronograma de emergencia para poder dializar a las personas», expresó Alfredo Cásseres, coordinador de Amigos Trasplantados de Venezuela y Codevida en los estados Guárico y Carabobo. 

Debido a la operatividad de la mitad de las máquinas, los pacientes protestaron en la capital guariqueña este martes 24 de septiembre. Exigieron la dotación de insumos y la llegada de nuevas unidades que suplan las funciones que sus riñones no pueden cumplir.

«Las personas solo se están dializando dos veces a la semana. Que un paciente se dialice un viernes y vuelva a dializarse el martes, en lugar de hacerlo el lunes, es grave porque acumula muchas toxinas. En la sede del Seguro Social de San Juan de Los Morros el personal está altamente comprometido, pero trabaja con las uñas. Temen que los pacientes se vayan a morir», aseguró el vocero.

De acuerdo con Amigos Trasplantados de Venezuela, en el municipio Juan Germán Roscio del estado Guárico solo quedan nueve cupos de diálisis. «Más de diez máquinas se han averiado en las otras unidades. Además de las cinco del Seguro Social, solo están activas otras cuatro más», dijo el representante de la organización en la entidad. 

En el estado Zulia, la persistencia de los problemas en los servicios de luz y de agua agravó la situación de los pacientes, que también han protestado en septiembre. «Hay máquinas paralizadas y dan menos horas de diálisis. Restan tiempo a los pacientes. En lugar de cuatro horas de diálisis, les dan dos horas y media», expresó Reymer Villamizar, fundador de Amigos Trasplantados de Venezuela. 

Equipos sin mantenimiento

En Acarigua, estado Portuguesa, la unidad extrahospitalaria de diálisis Portuguesa tiene siete máquinas inoperativas. Según Amigos Trasplantados de Venezuela, la unidad del hospital de Guanare cerró y todos los pacientes renales fueron migrados a la unidad Portuguesa, donde las enfermeras redoblan sus turnos para seguir aplicando tratamientos.

«La mayoría de las unidades de diálisis en el país tiene cementerios de máquinas. Están paradas por falta de repuestos. Cada día son menos las unidades operativas y aumentan las personas que solicitan entrar a las unidades», dijo Villamizar. 

La situación se repite en el oriente del país. En el hospital universitario doctor Manuel Núñez Tovar de Maturín, estado Monagas, solo cuatro máquinas funcionan de un total de 12. Durante varias semanas, únicamente dos estuvieron activas, hasta que enviaron técnicos para reparar dos más. 

«Son equipos que tienen más de 12 años y necesitan mantenimiento. Podemos atender solo a 19 pacientes más las emergencias que se presenten», dijo Carlos Márquez, nefrólogo del hospital y presidente de la Sociedad Venezolana de Nefrología (SVN). 

Por falta de espacio y paralización de las máquinas en el hospital universitario de Maturín, han tenido que referir a los pacientes a otras unidades de diálisis en el estado.

Sin catéteres ni medicamentos

Además de la reducción de las horas de diálisis, las irregularidades en la entrega de insumos y medicamentos por parte del Ivss han incidido en la atención a los pacientes renales. Entre los problemas detectados por la Sociedad Venezolana de Nefrología y las organizaciones no gubernamentales se encuentra la escasez de catéteres para la hemodiálisis.

«Hay fallas en el suministro de catéteres a nivel nacional. Cada catéter para hemodiálisis cuesta entre 150 y 200 dólares, es un gasto grande para cada paciente», denunció el presidente de la SVN.

El tratamiento para aquellos que lograron recibir un trasplante también está comprometido. En el estado Lara, pacientes reportaron que las tabletas del medicamento inmunosupresor Everolimus, entregado por el Ivss, estaban pulverizadas. «Las pastillas se desmoronaban, se deshacían», dijo el director de Amigos Trasplantados de Venezuela. 

Además de tener menos horas de diálisis, los pacientes renales reciben pastillas pulverizadas

Algunos pacientes recibieron tabletas pulverizadas de parte del Ivss | Foto: @codevida.

Además del estado inadecuado de los medicamentos, la ONG perteneciente a Codevida ha registrado que las medicinas suministradas por el Seguro Social generaron efectos secundarios en algunos pacientes.

«Antes recibíamos medicamentos de alta generación, de laboratorios conocidos. Ahora el Estado compra medicinas a cualquier laboratorio sin que hayan superado todas las pruebas de rigor», expresó Alfredo Cásseres, coordinador de la organización en Guárico.

En el occidente venezolano, la intermitencia de los servicios y las condiciones económicas se suman a la escasez de medicamentos y el deterioro de las máquinas de diálisis.

«Pasamos en promedio 50 % del día sin luz. Llenar un tanque de gasolina requiere estar un día en cola y además casi no manejamos efectivo. Para ir a las farmacias de alto costo dependemos de favores. Tenemos que hacer un grupo para irnos en un mismo vehículo», dijo un paciente renal de Maracaibo, estado Zulia. 

A inicios de septiembre, representantes del Ivss se reunieron con pacientes y organizaciones no gubernamentales para coordinar la entrega de medicamentos pautados para llegar al país a mediados de octubre. Mientras, los inmunosupresores Micofenolato de mofetilo y Tacrolimus, que evitan que las personas rechacen el trasplante, no se encuentran desde, al menos, hace cuatro meses, según los registros de Amigos Trasplantados. 

El registro de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), señala que desde 2016 han muerto 34 trasplantados por la ausencia de inmunosupresores, los medicamentos que evitan que la personas rechace el órgano. 

Menos insumos

En el estado Lara, el déficit de máquinas e insumos y la disminución de las horas de diálisis también persisten. «El Instituto Venezolano de los Seguros Sociales está enviando insumos una vez a la semana. En algunos sitios llegan, pero en otros no, y hay muchos kits de diálisis incompletos», dijo Reymer Villamizar.

Los concentrados para preparar los líquidos de hemodiálisis, los dializadores y las agujas para utilizarse en las fístulas (venas fortalecidas para hemodiálisis) en ocasiones no llegan a su destino. «Muchas unidades han dejado de recibir insumos, hay muchas máquinas deterioradas, las plantas de ósmosis funcionan a medias y las personas están siendo mal dializadas», expresó. 

A nivel nacional, Amigos Trasplantados de Venezuela ha registrado al menos 100 personas en proceso de rechazo de órgano. «Muchos de ellos tuvieron que volver a diálisis», añadió el fundador de la organización.

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