“No tenemos ventiladores, nos faltan equipos y antibióticos y no han terminado de remodelar el espacio”; ese es el diagnóstico que hace “por encimita” el doctor Ángel López sobre el servicio del cual es jefe desde hace dos años: la Unidad de Terapia Intensiva Neonatal.

“Desde hace cuatro años el servicio está en remodelación”, asegura el galeno del hospital José Manuel de los Ríos. Aunque los trabajos de las últimas refacciones, anunciadas por el Ejecutivo, empezaron en junio, tres meses después la fecha de culminación sigue estando lejos.

Las condiciones en las que se encuentra el servicio actualmente no le permiten operar a mayor capacidad. López advierte que, aunque en el espacio de la Terapia Neonatal del hospital infantil más importante del país pudiesen ser atendidos 14 bebés, solo seis reciben atención médica.

“Ese es el máximo de niños que podemos ingresar en la unidad para mantener un mínimo de condiciones adecuadas. Pese a todos los problemas que tenemos, tratamos de mantener los cánones y no meter tantos pacientes“, indica el galeno sobre el deterioro de la máquinas de la terapia.

Sin embargo, la demanda es mucho mayor. “Hay padres que vienen al hospital tan desesperados que no les importa que su hijo ingrese a un servicio en el que no podrían recibir una atención correcta”, explica.

Dentro y fuera de la unidad continúan las remodelaciones.

López trabaja en el hospital pediátrico más importante del país desde 2008 y considera que a partir de 2009 empezó el deterioro progresivo de la Unidad de Terapia Intensiva Neonatal. “Hubo un tiempo en el que nos quedamos sin ventilación mecánica”, dice sobre el aparato al que se conecta al bebé para que pueda respirar en caso de un paro respiratorio o de una infección respiratoria.

Otro problema del servicio que destaca el pediatra es la falta de mantenimiento especializado que necesitan las incubadoras y los equipos del área. Asegura que recientemente unos técnicos de Maracay (Aragua) se trasladaron al hospital para verificar el funcionamiento de las máquinas, pero insiste en que las revisiones, que deberían ser cada 15 días, no se cumplen.

“En el año 2013 abrieron un área remodelada, pero se le dañó el aire acondicionado y no pudimos seguir ahí”, añade el médico. Desde entonces, el servicio permanece a la expectativa de que se hagan las reparaciones necesarias.

El 21 de junio de este año el presidente Nicolás Maduro aprobó en cadena nacional 79.482 millones de bolívares “para la culminación de la Terapia Intensiva Neonatal“, además de la rehabilitación de la torre de infectología y del servicio de Nefrología, la remodelación de los quirófanos, la provisión de material médico quirúrgico, insumos, reactivos, pintura, iluminación, entre otras refacciones.

Hasta la primera semana de octubre ninguno de los trabajos han sido culminados en su totalidad.

No solo está la promesa de terminar las refacciones del servicio, sino también de dotarlo con equipos nuevos: ventiladores, incubadoras, equipos de rayos equis, máquinas para los laboratorios y gasómetros (aparato para monitorear los gases sanguíneos).

La Unidad de Terapia Intensiva Neonatal es uno de los servicios que se han visto mayormente afectados por las filtraciones. Gota a gota, el espacio se ha inundado en más de una oportunidad. La última filtración que ocurrió en el servicio se produjo en abril de este año, señala López.

Sin embargo, en junio del año pasado se registró una de las peores filtraciones de aguas servidas en la unidad. La inundación fue tal que los medios de comunicación y diputados de la Asamblea Nacional se trasladaron hasta el hospital y fueron expulsados bajo la amenaza de que grupos armados los iban a sacar a la fuerza.

Los trabajadores tuvieron que usar tobos para evitar que el servicio se inundara en junio del año pasado.

“La última filtración que hubo en el hospital se solucionó, pero queremos que haya una reestructuración para que no vuelva a pasar este tipo de problemas”, asegura el jefe de la terapia neonatal.

Desde hace cuatro años espera ver mejoras en el servicio. Mejoras que aún no vislumbra y que espera tener para ofrecer un sitio adecuado tanto para los pacientes como para los nuevos médicos que necesita para el área. “Todo lo que queremos es trabajar. Nosotros estamos ahí para ayudar a la gente necesitada. Queremos que el servicio siga abierto”, dice López.

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