Las cenizas invadieron el cielo caraqueño. La cuarentena para evitar la propagación del nuevo coronavirus en la capital venezolana se instauró en época de sequía en el país: los incendios proliferan en la ciudad y en este mes de abril traen consigo el fenómeno de la calima, un humo denso sobre los hogares, que incide en la salud de las personas.
“Esta calima y estos olores fuertes afectan a todos en mayor o menor medida. La ceniza, el aire denso y los olores fuertes incrementan la posibilidad de que haya un proceso inflamatorio en la mucosa nasal”, dice Joselit Torres, alergólogo y presidente de la Sociedad Venezolana de Alergia, Asma e Inmunología (Svaai).
Pero el humo no solo irrita la nariz: el especialista explica que puede tener efectos sobre la mucosa oral y la mucosa ocular. La piel también puede resultar afectada: la dermatitis atópica que tienen algunas personas puede verse exacerbada durante este proceso.
Según Torres, los más afectados por la calima son los pacientes alérgicos o con enfermedad o condición respiratoria de base, como asma, y por ende deben adoptar más medidas. Si la calima es muy fuerte, destaca que incluso pueden utilizar mascarillas dentro del hogar para evitar que más partículas irriten las fosas nasales.
“Estos pacientes que saben que tienen una condición tienen que cuidarse un poco más que el resto. Hacer el lavado nasal frecuentemente con solución fisiológica, utilizar sus medicamentos habituales si ya tiene un tratamiento indicado de antialérgicos o descongenstionantes según la indicación de su médico e incluso puede consultar con su médico si es necesario aumentar el tratamiento”, explica el también médico pediatra.

¿Alergia o coronavirus?
La calima en Caracas surge en medio de la preocupación ante la aparición de síntomas respiratorios característicos de COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus. ¿Cómo diferenciar cuándo puede ser alergia y cuándo puede ser una infección como la del coronavirus? Hay dos elementos fundamentales: la fiebre y la tos.
“La primera diferencia fundamental es la fiebre. Un paciente que tiene una alergia por la calima no tiene por qué tener fiebre, en cambio el paciente con coronavirus sí. La tos en los casos de los pacientes con alergia va a ser una tos húmeda, una tos con secreción transparente o en todo caso amarillenta, a diferencia del caso del paciente con coronavirus, que tiene una tos seca, que es constante y que no tiene secreción”, dice el también especialista en inmunología.
Agrega que, en caso de que la persona con el nuevo coronavirus presente secreción, cuya probabilidad es baja, esta sería verdosa.
Mantener limpios y aireados los espacios, siempre que se pueda, es una de las recomendaciones para evitar los efectos de la calima.
“Si hay disponibles aires acondicionados, usarlos. Limpiar las superficies con paños húmedos, de forma que no levanten polvo. Si van a usar ventiladores, deben estar lavados con agua, tanto las rejillas como las aspas. Incluso lavarlos a diario para impedir la acumulación de polvo”, señala el presidente de la Svaai.