Vanessa Arenas / @VanessaVenezia
Un poco más de 20 personas esperaban este viernes 20 de marzo en la esquina caliente de la Plaza Bolívar de Caracas, como la bautizaron los seguidores del chavismo. Estaban en fila para firmar la solicitud de derogatoria del decreto del presidente Barack Obama, en el que declara a Venezuela como una amenaza inusual para Estados Unidos.
La campaña “Obama deroga el decreto ya” fue lanzada por el presidente Nicolás Maduro el pasado 18 de marzo. Un día después comenzó la recolección de firmas que se ampliará a las estaciones del Metro de Caracas y a todas las plazas Bolívar del país.
Maraide Díaz llegó a las 11:00 de la mañana a la esquina caliente. No tardó ni diez minutos en la cola. Pasó su cédula a uno de los seis abogados encargados de los cuadernos, quien le anotó el número, nombre y teléfono. Luego firmó.
“Yo hago esto por mis hijos, por sus derechos. No quiero que Estados Unidos venga y nos ataque. Ellos son capaces de todo”, dijo Díaz, quien se identificó como trabajadora de una institución del gobierno, al igual que la mayoría de los presentes.
Un señor que se encontraba en la cola, veía la portada del periódico del Psuv y gritaba: “Hay que quemar a esos gringos, son una plaga”. En la portada del semanario Cuatro F estaba el dibujo del presidente Obama sosteniendo una bomba mientras un perro lo orina. “Go Home” se lee en medio de la imagen. Esas mismas imágenes estaban distribuidas en las paredes de la esquina con el mensaje: “La diplomacia de Obama”.

Pasaron 30 minutos y solo quedaban cuatro personas en la fila, entre ellas una señora vestida completamente de blanco que llegó con su hija desde los Valles del Tuy. La cédula de la joven comenzaba con el número 29. Aún no cumplía la mayoría de edad. A lo que la abogada respondió: “No importa, aquí todo el mundo puede firmar”.
“Nosotras y nosotros, los abajo firmantes, le exigimos al Presidente de los EEUU, Barack Obama, la INMEDIATA DEROGACIÓN del Decreto Ejecutivo ¨Declaración de Emergencia Nacional con respecto a Venezuela¨, emitido el día 9 de marzo de 2015, donde declara a Venezuela como una ¨amenaza inusual y extraordinaria nacional¨, por vulnerar el derecho de todas y todos los venezolanos a construir su destino, así como su independencia, soberanía y la paz de su territorio. De igual manera, respaldamos todas las acciones por la defensa de la dignidad de la Patria de Simón Bolívar”.
Ese era el comunicado que se leía en el encabezado de las páginas disponibles para firmar.

Lilia Agreda era una de las abogadas que atendía a las personas. Informó que estarán allí desde las 8:00 de la mañana hasta las 8:00 de la noche, y la fecha límite para recoger las 10 millones de firmas (objetivo de la campaña) es el 9 de abril. “Hay gente que no es militante e igual ha venido a firmar, porque no se trata de en cuál bando estás, sino del respeto a nuestro país”, dijo Agreda.
Para Omaira Castillo, trabajadora del Ministerio de la Salud, es casi un hecho la invasión de Estados Unidos a Venezuela. Manifestó estar “sumamente preocupada por la seguridad del país” y que esta campaña de las firmas es un paso adelante, “como decía nuestro comandante Chávez, siempre un paso adelante, porque no nos podemos dejar quitar nuestra libertad. No podemos quedaros con los brazos cruzados”.
“Yo nací en Colombia, pero me considero 100% venezolana. Desde hace 40 años estoy aquí, y todo lo que me dio la vida, me lo dio aquí. Ese decreto de Obama es una irresponsabilidad. Yo estoy aquí por Venezuela”, declaró Aurelia Molina. Al lado de Molina estaba María Melo, quien aseguró:
-“Yo estoy aquí para firmar contra lo que dijo Maduro”.
-¿Quiere decir contra lo que dijo Obama?
-“Contra lo que dijo Maduro de la injerencia de Estados Unidos”.
-Bueno, contra el decreto del presidente Obama.
-“Sí, contra eso”.
Un señor observaba sigilosamente desde una silla. “Ayer la cola daba la vuelta, hoy la gente como que se olvidó. A hacer la cola, carajo”, gritó al rato.
Pero esta no era la única cola que había en el lugar. En un mesón se encontraban tres personas recolectando firmas para las inscripciones a la milicia. Esta aumentaba cada vez más y algunos de los que pasaban por allí decían que se trataba de “estar preparados para la invasión”.
