Este 22 de abril comenzó un nuevo ciclo histórico en el país. Cinco aspirantes a la presidencia de la República –Nicolás Maduro, Henri Falcón, Javier Bertucci, Reinaldo Quijada y Luis Alejandro Ratti– “inician” formalmente sus actividades proselitistas para atraer a los más de 19 millones de votantes que integran el universo electoral de Venezuela. Sin embargo, la torta no va completa a la cita del 20 de mayo.
Muy por el contrario, las predicciones ubican la participación en menos de 50%. Esta vez el festín electoral está disminuido porque la apatía ha sacado provecho y de entrada, se perfila que Maduro será reelegido, de manera dudosa, pese a tener todo en contra y contar con un apoyo menor de 25%.
Un historiador, un politólogo y una analista política explican por qué lo más seguro es que habrá continuidad administrativa y el significado que eso tendrá, tanto nacional como internacionalmente.
Si bien parece que la situación es inédita en Venezuela, hay referencias históricas y geográficas que demuestran lo cíclico del devenir de los pueblos. Guillermo Guzmán Mirabal, historiador, profesor en la Escuela de Economía y miembro del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), vio el reflejo del momento actual de la nación en Cuba y en los países que integraron la denominada Cortina de Hierro, entre ellos, Hungría y Checoslovaquia.
De acuerdo con su mirada, Nicolás Maduro seguirá en el poder. Y, como en esas naciones antes mencionadas seguirá existiendo cierta clase media, algunos empresarios se desarrollarán, algunas personas podrán salir del país, persistirá el mercado negro de divisas, habrá cajas de alimentos con productos importados, algunos servicios privados y clubes. “Habrá un aparato totalitario y no habrá elecciones competitivas”.

Para Fernando Spiritto, politólogo y director de estudios de posgrado de la Facultad de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Ucab, significa que en el país existe una crisis de legitimidad, que el sistema político no tiene el convencimiento democrático que debería tener.
“Si tiene una crisis de legitimidad solo queda el uso de la represión y también, representa una crisis de la economía. Los canales de financiamiento externo están cerrados. Estados Unidos y otros países más claro es imposible que hablen. Habrá una acentuación de la crisis económica”.
¿Qué elementos le permitirán a Maduro mantener el control? Es unánime la respuesta: la represión, el hambre y el control social. En esto coinciden Guzmán Mirabal y Spiritto. También, se une a este coro Francine Jácome, directora del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos, que opina que tanto nacional como internacionalmente, la única forma de que gane las elecciones es controlar el Consejo Nacional Electoral (CNE). “Sobre la población hay un control político, desafortunadamente, del hambre de las personas. Creo que es la explicación de cómo puede ganar”.
La comunidad internacional
No pocos dirigentes nacionales e internacionales centran su esperanza en el control de la comunidad internacional. Pero ¿realmente será un contrapeso? El historiador niega la posibilidad. “La comunidad internacional va a presionar, pero no va tener mucho efecto; no hará retroceder al régimen de alguna manera. Este es un problema de dos o tres generaciones”.
El politólogo ahonda sobre el hecho. “El desconocimiento externo provocará que el Gobierno tenga las manos atadas, porque no podrá generar políticas y ni tendrá herramientas para enfrentar la crisis. Si decide hacer reformas, no tendrá financiamiento externo y tampoco, apoyo internacional”.

Sin embargo, es consciente de que será el ciudadano común y corriente el que pague las consecuencias, porque va a empeorar no solo el desabastecimiento sino que también se cierran las oportunidades. Además, habrá poca posibilidad de salir del país. “A mayor aislamiento, se afecta básicamente al ciudadano común y corriente”, dijo.
Spiritto destacó que el país, más allá de jugarse a Rosalinda, apuesta al agravamiento y acentuación de los problemas que se viven ahora. “Un escenario más grave de lo que se ha visto hasta ahora. Se cierran los canales democráticos, habrá más inflación y más desabastecimiento y deterioro de la calidad de vida. La crisis del sistema político y las condiciones electorales está conectada directamente con las neveras”.
Jácome coincide con Spiritto al señalar que con la continuidad de gestión, el país tendrá problemas más graves de los que se tienen hoy. “Es bastante difícil imaginarse como pueden ser más graves, pero indudablemente se van a profundizar los problemas. A pesar de las promesas que nos hacen de que habrá una mejora en la economía y en las condiciones sociales. Creo que es totalmente ilusorio”.
Guzmán destacó que no hay formar de obligar al Gobierno a no hacer lo que están haciendo. Apela a otro proceso internacional: Siria, donde su presidente Bashar al-Ásad sigue amarrado al poder. “Lo que pasa aquí está a una distancia sideral de lo que pasa en Siria. ¿Y si no puedes sacar del poder a al-Ásad, cómo vas a sacar a Maduro?”.
Errores y aciertos
Aunque admite que las circunstancias son bastantes complejas, Guzmán ve cierta esperanza en el trabajo de la MUD y del Frente Amplio Venezuela Libre porque es lo que se debe hacer. “Es mucha la distancia entre lo que deseamos y lo que logramos”.
A su juicio, las protestas de 2017 fueron una insurrección, pero no cambió nada porque el Gobierno no cayó y siguió igual, como estaba antes. Y, vaticina que la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se terminará de imponer y va a trazar la nueva realidad del país.

Jácome no deja pasar por alto los errores de la oposición. “Son muy grandes. En este momento tan crítico, no se ha logrado la unidad necesaria para confrontar la situación que vivimos. Hay una falta de liderazgo político muy grande”.
Hace votos para que Venezuela no se desintegre, como dice el escritor Mario Vargas Llosa. “Sus declaraciones en lo personal me dolieron mucho. Esperemos que no. Esperamos que se construya un liderazgo político, como de las organizaciones de la sociedad civil, que permitan que eso no ocurra”.
Apoyo restringido
Spiritto no está tan seguro que al Gobierno de Maduro lo sigan acompañando sus aliados naturales, como China y Rusia. “Ni siquiera esas grandes potencias, porque tienen sus intereses y este será un Gobierno muy debilitado y además, quebrado que no les sirve. Es un actor sin peso geopolítico y pierde, crecientemente atractivo para esas potencias”.
Destacó que China no seguirá apoyándolo porque no recupera su inversión y la nación liderada por Vladimir Putin está también sujeta a sanciones y a aislamiento internacional. “Dentro de esa situación, Venezuela no es un aliado válido para Rusia que busca apoyos más poderosos , no está en ese radar”.