La ministra de los Pueblos Indígenas, Aloha Núñez; la del Turismo, Marleny Contreras de Cabello, y dos generales de la Guardia Nacional (uno de apellido Medina) que asumieron autoridad en el estado Bolívar este martes, fueron los representantes del Gobierno que llegaron este miércoles 3 de junio al aeropuerto del Parque Nacional Canaima, cerrado durante dos días por los pemones  para que escucharan su denuncia: la contaminación por la minería ilegal.

El capitán de la comunidad indígena, Leonardo Martínez, informó que a las 10:00 de la mañana esta comisión partía de Maiquetía para aterrizar en Canaima. Seis horas más tarde anunció que habían llegado a un acuerdo en la reunión y que decidieron abrir el aeropuerto donde permanecían 67 turistas que pasaron el fin de semana y no habían podido salir por la protesta que comenzó el pasado lunes 1 de junio.

A las 6:00 de la tarde de este miércoles, Martínez informó que se encontraba visitando un Pdval de la localidad con la ministra Núñez. “Sí, llegamos a un acuerdo. Yo te llamo en cinco minutos”, fue lo que dijo antes de colgar la llamada. Posteriormente se comunicó con Efecto Cocuyo e informó que la negociación también incluyó al vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, quien aseguró que acabarían con la minería ilegal.

“Hablamos con el vicepresidente y él dijo que sabía de este problema y que se ocuparía por eliminarlo. Nos prometió que vendría el ministro de Defensa -Vladimir Padrino- y además el de Vivienda y Alimentación para ayudarnos”, indicó Martínez. Sin embargo, Padrino declaró a Unión Radio que en Canaima “no hay minería ilegal en estos momentos, eso lo sacamos nosotros, lo extirpamos en el mes de diciembre pasado”.

El capitán de la comunidad tiene fe de que esta vez resuelvan el problema, debido a que los generales que se ocupaban de la zona fueron cambiados este martes 2 de junio y los nuevos funcionarios en el cargo “aseguraron que depurarían el organismo, porque sabemos que ellos mismos controlaban la minería ilegal”.

92% de las mujeres en Canaima tiene mercurio en sus cuerpos

El 92% de las mujeres en las comunidades indígenas Yekuana y Sanema del Parque Nacional Canaima presentan 2 miligramos de mercurio por kilo. El 36,8% de la población femenina estudiada tiene niveles de contaminación que representan riesgos de partos de niños que podrían sufrir de desórdenes neurológicos. Los datos los reseñó el informe: La contaminación por mercurio en la Guayana venezolana, de la Red de Organizaciones Ambientales No Gubernamentales de Venezuela (Red Ara).

En la minería ilegal que se practica en esta zona, el mercurio es utilizado para separar el oro de las impurezas a las que está adherido. La contaminación ocurre por la vaporización de este elemento, además, por la descarga de los desechos a la vegetación y al agua.

De acuerdo con el secretario de la comunidad indígena en Canaima, Vicente González, casi la mitad de los 3 mil habitantes del lugar está enferma como consecuencia de esto. Pero los daños van más allá; de acuerdo con el informe de la Red Ara, durante la refinación del oro la inhalación de vapores de mercurio puede producir daños a los riñones y al sistema nervioso central, lo que genera desórdenes de comportamiento, temblores y enfermedades crónicas en la infancia.

El mercurio que lanzan al suelo y a las aguas se transforma en metilmercurio y los animales, plantas y alimentos pasan a contenerlo. Cuando un ser humano los consume tendrá problemas renales, artritis, pérdida de la memoria, demencia y, en casos fatales, la muerte.

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Las mujeres embarazadas son más vulnerables. Los fetos pueden sufrir malformaciones y dificultades para su desarrollo.

Alberto García es un deportista extremo aficionado que desde hace 15 años visita Canaima para realizar excursiones. Cuenta que donde hay mayor número de balsas que se dedican a la minería ilegal es en las adyacencias del Macizo Chimantá. Allí habita la comunidad Yunek. “La Guardia Nacional tiene a esa comunidad esclavizada. Tiene a los indígenas trabajando en la minería y les cobran vacunas pidiéndole sacos de oro de los que sacan. Esa zona y Pampatamerú están destruidas”.

“En la zona también hay mucho contrabando de gasolina. Un litro pueden venderlo hasta en Bs. 300. Ese combustible es el que utilizan para poner a funcionar sus máquinas y contaminar este patrimonio”, relató García.

Vanessa Arenas / @VanessaVenezia

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Fotos: Alberto García

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