Las gestiones que protagonizan los dirigentes opositores Henrique Capriles y Stalin González han recibido distintos calificativos, pero se trate de una conversación, un nuevo episodio de diálogo o un proceso de negociación, los encuentros coinciden con la liberación de 50 presos políticos y el ofrecimiento de garantías electorales.
Politólogos consultados califican estos esfuerzos como positivos y necesarios porque consideran que la negociación es la única opción viable que queda sobre la mesa, aunque advierten que puede terminar dividiendo aún más a las fuerzas de oposición.
“Creo que es muy positivo que el tema de la negociación vuelva a la mesa no solo porque es la opción más sostenible para avanzar hacia la democracia, sino también porque hemos visto que las otras estrategias como una intervención o un quiebre no han funcionado”, afirma la doctora en ciencias políticas Maryhen Jiménez.
No obstante, advierte que es prematuro pensar que se trate de una liberalización política o el inicio de una transición. “La primera preferencia de (Nicolás) Maduro es controlar y mantener el poder, no entregarlo. Estas son pequeñas concesiones que no dejan de ser importantes”, expresa.
La razón por la que el régimen chavista cede en algunas exigencias es porque “si bien controla el poder y lo demostró con la liberación de los presos políticos, un proceso electoral como el que se ha planteado solo con la participación de la Mesa de Diálogo Nacional y el Partido Socialista Unido de Venezuela, no le funciona de cara a sus aliados internos y a la comunidad internacional”, según Jimenez.
“En Venezuela aún hay una cultura de participar en elecciones y para el chavismo es importante explicarle a sus bases que van a haber elecciones y que todavía tienen cierta vocación democrática, aún cuando sabemos que es un régimen autoritario”, señala.
La politóloga explica que una ruta gradual que el chavismo ayude a construir puede bajar el costo de tolerancia asociado a salir del poder: “Cuando hay una alta radicalización y una alta polarización es difícil que se produzcan deserciones en la cúpula chavista y, después de haber enrumbado al país hacia un proceso autoritario, dejar el poder tiene un alto costo, solo se irán si tienen garantías. Una ruta gradual codiseñada por ellos puede garantizarles garantías”.
La participación de Henrique Capriles de forma “inconsulta” en estas conversaciones, según el propio gobierno interino, también revela una disputa por el liderazgo en el seno opositor que puede poner en peligro el nuevo intento de diálogo.
“La lucha en la oposición es la misma de siempre que es quién tiene la hegemonía de turno y puede capitalizar el cambio”, responde Jiménez.
“Esto es una disputa por el liderazgo muy clara, Capriles se la está jugando para recuperar su liderazgo entrando en un área turbulenta como la del diálogo y la negociación que en Venezuela son satanizados por la utilización que ha hecho Nicolás Maduro de estos mecanismos para sacar ventaja, ganar tiempo y debilitar a la oposición”, sostiene el doctor en ciencias políticas Luis Salamanca.
El profesor universitario va más allá y asevera: “Capriles, en función de recuperarse, está debilitando a (Juan) Guaidó y Guaidó se ha venido debilitando así mismo con la decisión de salirse del campo de juego y desechar el escenario electoral”.
Sin embargo, argumenta que el diálogo y la negociación son los instrumentos que tiene el político para operar y es una opción necesaria que no puede ser despreciada. “La negociación no te la puedes quitar de las manos, mucho menos cuando es una de las posibilidades que está en el escenario. El tema es cómo llegas a una negociación seria, no a una que le sirva a Maduro para entretener a la comunidad internacional”, manifiesta.
Para Salamanca, el gobierno interino debió mantener una “flexibilidad estratégica” para hacerle frente a un régimen autoritario.
“Yo entiendo cada vez menos a (Juan) Guaidó porque ha dicho que todas las cartas estaban sobre la mesa, pero descarta la electoral, la del diálogo y la de la negociación. No hay un menú de instrucciones para enfrentar a un régimen como este, pero debes estar atento a todas las posibilidades que se abran, no puedes cerrarte a ninguna, no te puedes atar. El error de María Corina Machado no es decir que la fuerza es la salida, sino atarse a esa como la única posibilidad y no ver hacia los lados”, sostiene.
Para lograr una negociación seria con Nicolás Maduro, el politólogo considera indispensable que la oposición le quite fuerza política conquistando espacios. “Una negociación seria solo se puede lograr llevando a Maduro contra las cuerdas, tienes que quitarle poder, tienes que quitarle fuerza y Guaidó le está entregando fuerza al dejar el espacio electoral vacío, le está entregando fácilmente una plaza (Asamblea Nacional) desde donde se ha venido construyendo un contrapoder”, cuestiona.
Sobre el rol de Turquía como nuevo mediador, la politóloga Maryhen Jiménez advierte que las negociaciones o las transiciones no pueden entenderse o juzgarse únicamente desde una perspectiva moral.
“La realidad es que 54% de la población global (según el índice V-dem) vive en regímenes autoritarios. Para Maduro Turquía será un aliado confiable, pero creo que cada parte en esa negociación va a tener que tener sus aliados naturales, satanizar el rol de Turquía no es estratégico ni favorable aún cuando sabemos que es un régimen autoritario”.
“Sabemos que hay diferentes intereses de Rusia, China, Cuba, Turquía, Irán y Estados Unidos en el país y que se alineen en conseguir una solución consensuada es positivo”, agrega.
Para Luis Salamanca la participación de Turquía es negativa porque es un gobierno que ha evolucionado hacia un autoritarismo. “No veo a Turquía como representante de la Unión Europea, su gobierno se está apartando aceleradamente de los estándares democráticos europeos”, responde.
Para la analista Maryhen Jiménez hay varias tareas que pueden facilitar el proceso:
1️⃣ La dirigencia tiene que asumir una política comunicacional que explique de manera pedagógica por qué es necesaria la negociación, explicar cuáles serían las ventajas de iniciar este proceso, aclarar que tomará tiempo y no asumir que la población debe seguirlos porque sí.
2️⃣ La sociedad civil puede sumar incrementando los llamados al entendimiento nacional y luchando contra la matriz que busca satanizar los procesos de diálogo y negociación.
3️⃣ Los medios de comunicación y los periodistas pueden contribuir promoviendo la pluralidad política.
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Las gestiones que protagonizan los dirigentes opositores Henrique Capriles y Stalin González han recibido distintos calificativos, pero se trate de una conversación, un nuevo episodio de diálogo o un proceso de negociación, los encuentros coinciden con la liberación de 50 presos políticos y el ofrecimiento de garantías electorales.
Politólogos consultados califican estos esfuerzos como positivos y necesarios porque consideran que la negociación es la única opción viable que queda sobre la mesa, aunque advierten que puede terminar dividiendo aún más a las fuerzas de oposición.
“Creo que es muy positivo que el tema de la negociación vuelva a la mesa no solo porque es la opción más sostenible para avanzar hacia la democracia, sino también porque hemos visto que las otras estrategias como una intervención o un quiebre no han funcionado”, afirma la doctora en ciencias políticas Maryhen Jiménez.
No obstante, advierte que es prematuro pensar que se trate de una liberalización política o el inicio de una transición. “La primera preferencia de (Nicolás) Maduro es controlar y mantener el poder, no entregarlo. Estas son pequeñas concesiones que no dejan de ser importantes”, expresa.
La razón por la que el régimen chavista cede en algunas exigencias es porque “si bien controla el poder y lo demostró con la liberación de los presos políticos, un proceso electoral como el que se ha planteado solo con la participación de la Mesa de Diálogo Nacional y el Partido Socialista Unido de Venezuela, no le funciona de cara a sus aliados internos y a la comunidad internacional”, según Jimenez.
“En Venezuela aún hay una cultura de participar en elecciones y para el chavismo es importante explicarle a sus bases que van a haber elecciones y que todavía tienen cierta vocación democrática, aún cuando sabemos que es un régimen autoritario”, señala.
La politóloga explica que una ruta gradual que el chavismo ayude a construir puede bajar el costo de tolerancia asociado a salir del poder: “Cuando hay una alta radicalización y una alta polarización es difícil que se produzcan deserciones en la cúpula chavista y, después de haber enrumbado al país hacia un proceso autoritario, dejar el poder tiene un alto costo, solo se irán si tienen garantías. Una ruta gradual codiseñada por ellos puede garantizarles garantías”.
La participación de Henrique Capriles de forma “inconsulta” en estas conversaciones, según el propio gobierno interino, también revela una disputa por el liderazgo en el seno opositor que puede poner en peligro el nuevo intento de diálogo.
“La lucha en la oposición es la misma de siempre que es quién tiene la hegemonía de turno y puede capitalizar el cambio”, responde Jiménez.
“Esto es una disputa por el liderazgo muy clara, Capriles se la está jugando para recuperar su liderazgo entrando en un área turbulenta como la del diálogo y la negociación que en Venezuela son satanizados por la utilización que ha hecho Nicolás Maduro de estos mecanismos para sacar ventaja, ganar tiempo y debilitar a la oposición”, sostiene el doctor en ciencias políticas Luis Salamanca.
El profesor universitario va más allá y asevera: “Capriles, en función de recuperarse, está debilitando a (Juan) Guaidó y Guaidó se ha venido debilitando así mismo con la decisión de salirse del campo de juego y desechar el escenario electoral”.
Sin embargo, argumenta que el diálogo y la negociación son los instrumentos que tiene el político para operar y es una opción necesaria que no puede ser despreciada. “La negociación no te la puedes quitar de las manos, mucho menos cuando es una de las posibilidades que está en el escenario. El tema es cómo llegas a una negociación seria, no a una que le sirva a Maduro para entretener a la comunidad internacional”, manifiesta.
Para Salamanca, el gobierno interino debió mantener una “flexibilidad estratégica” para hacerle frente a un régimen autoritario.
“Yo entiendo cada vez menos a (Juan) Guaidó porque ha dicho que todas las cartas estaban sobre la mesa, pero descarta la electoral, la del diálogo y la de la negociación. No hay un menú de instrucciones para enfrentar a un régimen como este, pero debes estar atento a todas las posibilidades que se abran, no puedes cerrarte a ninguna, no te puedes atar. El error de María Corina Machado no es decir que la fuerza es la salida, sino atarse a esa como la única posibilidad y no ver hacia los lados”, sostiene.
Para lograr una negociación seria con Nicolás Maduro, el politólogo considera indispensable que la oposición le quite fuerza política conquistando espacios. “Una negociación seria solo se puede lograr llevando a Maduro contra las cuerdas, tienes que quitarle poder, tienes que quitarle fuerza y Guaidó le está entregando fuerza al dejar el espacio electoral vacío, le está entregando fácilmente una plaza (Asamblea Nacional) desde donde se ha venido construyendo un contrapoder”, cuestiona.
Sobre el rol de Turquía como nuevo mediador, la politóloga Maryhen Jiménez advierte que las negociaciones o las transiciones no pueden entenderse o juzgarse únicamente desde una perspectiva moral.
“La realidad es que 54% de la población global (según el índice V-dem) vive en regímenes autoritarios. Para Maduro Turquía será un aliado confiable, pero creo que cada parte en esa negociación va a tener que tener sus aliados naturales, satanizar el rol de Turquía no es estratégico ni favorable aún cuando sabemos que es un régimen autoritario”.
“Sabemos que hay diferentes intereses de Rusia, China, Cuba, Turquía, Irán y Estados Unidos en el país y que se alineen en conseguir una solución consensuada es positivo”, agrega.
Para Luis Salamanca la participación de Turquía es negativa porque es un gobierno que ha evolucionado hacia un autoritarismo. “No veo a Turquía como representante de la Unión Europea, su gobierno se está apartando aceleradamente de los estándares democráticos europeos”, responde.
Para la analista Maryhen Jiménez hay varias tareas que pueden facilitar el proceso:
1️⃣ La dirigencia tiene que asumir una política comunicacional que explique de manera pedagógica por qué es necesaria la negociación, explicar cuáles serían las ventajas de iniciar este proceso, aclarar que tomará tiempo y no asumir que la población debe seguirlos porque sí.
2️⃣ La sociedad civil puede sumar incrementando los llamados al entendimiento nacional y luchando contra la matriz que busca satanizar los procesos de diálogo y negociación.
3️⃣ Los medios de comunicación y los periodistas pueden contribuir promoviendo la pluralidad política.