Para Mirgelis la mañana de este jueves, 10 de enero, la prioridad no era la toma del presidente Nicolás Maduro. Pasadas las 8:30 de la mañana, la mujer hacía una cola en Los Palos Grandes para comprar productos regulados. “Este es el tercer supermercado que visitamos hoy y todavía estamos esperando a ver si conseguimos comida”, dijo sosteniendo a su bebé de dos años en brazos.
Vive en los Valles del Tuy, en el estado Miranda, y de allí salió a las 4:30 de la mañana este 10 de enero: “Subimos en autobús y nos cobraron 250 bolívares soberanos a mi esposo y a mí. Nos vinimos con expectativas, puede pasar cualquier cosa. Como van a juramentar a Maduro, puede haber un problema”.
La madre primero acudió a dos supermercados en El Hatillo, pero “no sacaron nada”. Mientras esperaba en los Palos Grandes desconocía si venderían productos.
A minutos de que inicie, formalmente, el segundo mandato de Maduro, Mirgelis espera “no pasar tanto trabajo como estamos pasando ahora”, porque desea criar a su hija como creo ella. Expresó que “antes no comías si no trabajabas. Ahora no importa cuánto trabajes, igual no alcanza para comer“. También, desea ver “bastantes cambios” y poder tener algo de tranquilidad.
Miedo a enfermarse
En la misma cola para comprar productos de primera necesidad estaba Lis. Salió de su casa en La Hoyada, en el centro de Caracas, a las 5 de la mañana. Sobre el evento de este jueves de 10 de enero opinó: “Yo lo que veo es que a Chávez al menos lo respetaban. A Maduro nadie lo respeta”.

Para el período 2019-2025 la mujer tiene la expectativa de que aparezcan “más medicinas y más comida”; tampoco quiere hacer más colas. “Si uno tiene una emergencia, debe tener una palanca para que lo ingresen en los hospitales. Da miedo hasta enfermarse porque no hay medicamentos. El antibiótico más barato cuesta 1.200 bolívares soberanos”, dijo.
En un supermercado ubicado en Bello Campo una mujer contó que desde hace dos días no estaban vendiendo productos regulados y que este jueves tampoco los estaban vendiendo.
En un recorrido realizado por Efecto Cocuyo en seis supermercados del este de la ciudad, este 10 de enero, se constató que antes de las 9 de la mañana no habían despachado los productos de primera necesidad.
Las adyacencias de un supermercado del Gobierno, en Terrazas del Ávila, también se observaron desoladas. Durante los últimos tres días en el lugar se hicieron colas kilométricas de personas, que llegaban al Distribuidor Metropolitano, que aguardan para adquirir pasta, harina, arroz entre otros alimentos.

Con información y fotos de Julett Pineda Sleinan