Sin información. Este martes, 9 de julio, se cumplen once días del asesinato del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo mientras se encontraba bajo la custodia de efectivos de la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim). Once días desde que su cadáver se encuentra en la morgue de Bello Monte y su familia espera que les sea entregado para darle cristiana sepultura.
Los parientes del militar acudieron este martes a la Fiscalía 34 Nacional para nuevamente pedir razón sobre cuándo les entregarán su cuerpo, pero personal de seguridad del Ministerio Público (MP) les negó el acceso, denunció el director de la Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia, Alonso Medina Roa a través de su cuenta en Twitter.
La abogada Ana Eleonora Acosta, miembro de la Coalición, insistió en que a la fecha el caso se ha manejado de manera muy opaca: “Creemos que hay mucho temor desde que se filtró el resultado de la autopsia porque es irreversible que la comunidad nacional e internacional esté al tanto de que la muerte fue producto de torturas. No le pueden dar muchas más largas”.
También manifestó su preocupación porque el cadáver pueda sufrir descomposición y se comprometa la evidencia ante la intención de que se realice una nueva necropsia.
Conservación del cuerpo
Ernesto González, internista, neumólogo y médico forense, explicó que la refrigeración como técnica de conservación del cadáver es la que permitiría hacer exámenes posteriores y, por ejemplo, confirmar el diagnóstico de rabdomiólisis o los hematomas por traumatismos que describe la autopsia del capitán que se filtró el pasado 3 de julio.
Documento (2): El cadáver de Rafael Ramón Acosta Arévalo (50) presentaba 38 lesiones, 30 en el frontal y 8 en el dorso, según acta de División de Investigaciones de Homicidio del Cicpc. El examen externo fue practicado por Sinue Villalobos, directora del Senamef, entre otros pic.twitter.com/lb4fPF6tmt
— Eligio Rojas (@ELESPINITO) July 4, 2019
Un embalsamamiento, por el contrario, no permitiría realizar estudios toxicológicos ya que en el procedimiento “se limpia todo el organismo, se saca todo la sangre y se inyecta un líquido conservante en los tejidos”.
El especialista indicó que si no se refrigera adecuadamente un cadáver se produce la putrefacción por la actividad bacteriana, lo cual daña el tejido e impediría, por ejemplo, la realización de una biopsia en los músculos. Para la conservación en condiciones idóneas, el cuerpo debe estar sometido a una temperatura de entre -5 y -20 grados centígrados.
Pronunciamiento de la iglesia
El cardenal Baltazar Porras usó recientemente su cuenta de Twitter para señalar que “toda persona tiene derecho a recibir una digna sepultura y respeto a sus principios religiosos” y que desde la Iglesia católica se unían al dolor de la familia del capitán Acosta Arévalo “quienes siguen esperando por la entrega de su cuerpo para darle cristiana sepultura”. Por esta razón hizo un llamado al Ministerio Público para acelerar la entrega del cadáver.
Acosta Arévalo fue detenido el pasado 21 de junio por funcionarios del Dgcim y acusado de conspirar contra el gobernante Nicolás Maduro. El 28 de junio, cuando fue trasladado a los tribunales militares, la defensa privada que eligió su familia denunció que el hombre de 50 años no podía sostenerse en pie y mostraba signos de tortura.
Tras conocerse su muerte, el MP solicitó prisión preventiva para dos funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), el teniente Ascanio Antonio Tarascio Mejía (23 años de edad) y el sargento segundo Estiben José Zarate Zoto (22 años de edad) ambos adscritos a la Dgcim.
No obstante, organizaciones como el Foro Penal e incluso la Alta Comisionada de la ONU para los DDHH, Michelle Bachelet, señalaron que los delitos que se les imputaron buscan desconocer la tortura que fue denunciada por sus familiares y abogados.
Por esta razón, se ha solicitado que para el caso sean aplicados los protocolos internacionales de Estambul y Minnesota, para la investigación de casos de tortura y de muertes potencialmente ilícitas.
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