Tardó tiempo la Mesa de la Unidad Democrática en asumir públicamente que tomaba como forma de lucha contra el gobierno de Nicolás Maduro la desobediencia civil, que desde 2014 era bandera de Voluntad Popular y Vente Venezuela.

El martes pasado, informó al país en rueda de prensa que invocaba los artículos 333 y 350 de la Constitución Nacional como una forma de escalar la presión contra el oficialismo, obligarlo a retirar la convocatoria a una constituyente y convocar a elecciones generales.

Las dudas e interrogantes surgieron de inmediato. ¿Con qué se come eso? Algunos constitucionalistas sostienen que el 350 ya se estaba aplicando. Por ejemplo cuando la Asamblea Nacional decidió incorporar nuevamente a los diputados indígenas de Amazonas pese a que la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia lo prohibía.
En esta apreciación coincide el politólogo Luis Salamanca, sin embargo sostiene que no hay recetas para la desobediencia civil.

Unanimidad y escenarios

El hecho es que este principio está reconocido en la Constitución como un derecho y como un deber, pero no exime a quienes lo aplican de responsabilidades ulteriores.
¿Cómo llegó la MUD a admitir el 350? Mediante un acuerdo que logró consolidar las actuaciones, con debates de más de cinco horas y consultas a los gobernadores de Lara y Amazonas, Henri Falcón y Liborio Guarulla. Se trata de eliminar el dibujo libre. Ahora las convocatorias a actividades y cómo se decidirán las cosas de ahora en adelante, serán acordadas por unanimidad y ejecutadas en todos los estados de manera coordinada.

Fue el llamado liderazgo, que está representado por los jefes de los partidos y principales dirigentes, que resolvió actuar en conjunto. En este grupo está integrado por ejemplo Julio Borges y Henrique Capriles por Primero Justicia; Enrique Márquez y Manuel Rosales por UNT y Henry Ramos Allup y Luis Aquiles Moreno por AD, entre otros. Ellos decidirán cuáles serán las actividades contra la Constituyente y lo relacionado al tema de las elecciones regionales. Por ahora, preparan una movilización para el 5 de julio.

¿Qué hacer si no pueden parar la Constituyente? Aún está en discusión. Algunos han propuesto realizar una huelga nacional general, pero no hay consenso sobre este punto.

La MUD también explora las asambleas de ciudadanos como mecanismo para oponerse al proceso constituyente. Esta figura constitucional, artículo 70, es un mecanismo de participación directa en el ámbito político y sus decisiones son vinculantes, es decir, deben cumplirse. Igualmente, ha ido desplegando comités de defensa y rescate de la Constitución. El bloque opositor aspira con estos que la sociedad actúe en grupo frente al gobierno, apruebe actos de rebeldía contra la ANC, como protestar ante los 14.000 centros de votación y así motivar al componente militar a entender el motivo del rechazo.

Gobierno de Unidad Nacional

Otro punto que aún no está del todo definido es lo atinente al Gobierno de Unidad Nacional y la transición. No está listo el documento definitivo aunque se han presentado varios borradores. Entre lo que se discute está redactar un acuerdo que sea claramente incluyente, el cual tendrá dos líneas maestras: una es generar confianza entre los oficialistas que están respaldando a la fiscal Luisa Ortega Díaz y la otra es avanzar en la dirección para que la Asamblea Nacional concrete acciones que se materialicen en decisiones irrefutables. Para ello, también tratan de tender puentes a diputados del oficialismo que ayudarían a completar la mayoría parlamentaria.
Una alianza con los disidentes ayudaría a generar gobernabilidad. Hay algunos chavistas que quieren enfrentar a Nicolás Maduro, pero no saben cómo los tratará la oposición.

También, está en discusión lo que tiene que ver con la FANB, pero este tema aún continúa en el aire. En fin las discusiones giran en torno a buscar alternativas para solucionar la crisis del país.

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