Nada de poder revocado y sí Gobierno “rojo” para rato. El presidente Nicolás Maduro aseguró ante los seguidores que marcharon hasta Miraflores que cualquiera de los planes de sus opositores para revocar su mandato carecen de “viabilidad”.

“Aquí viene Gobierno popular para rato”, afirmó y pidió  “confianza” en que solucionará los problemas del país.  “Debemos tener confianza en la fuerza del pueblo en la unión cívico-militar y seguir avanzando sobre los problemas creados o que surjan, solo en revolución es posible enfrentar los problemas de la patria”.

“Los problemas que tenemos hoy los enfrentaremos, los resolveremos, que nadie se deje engañar”, añadió Maduro en medio del acto convocado por el oficialismo para mostrar su respaldo al veto dictado por el Poder Judicial contra la ley aprobada por la Asamblea Naciaonal sobre la titularidad de las casas del programa social Gran Misión Vivienda (Gmvv).

Reiteró que las iniciativas que impulsa la oposición venezolana para terminar su Gobierno, y entre las que cuenta el referendo revocatorio, no solo son “acciones golpistas”, sino que además, no lograrán su objetivo.

“Así le pongan un barniz de Constitución, ninguna de las estrategias activadas por la derecha oligárquica y fascista tiene viabilidad política, no van a lograr su objetivo de derrocar o revocar la revolución bolivariana”, dijo.
Aseguró que “por donde se metan estará el pueblo”, y que la llamada “revolución bolivariana” impulsada por su antecesor, el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), no será derrocada “ni en el año 2016 ni en el 2017 ni en el 2018 ni en el 2030”.
La manifestación de la oposición fue calificada por Maduro como un “show” que buscaba saldos de violencia, “para tapar el golpe de Estado de Brasil, que se está dando contra la compañera (presidenta brasileña) Dilma Rousseff hoy mismo”, dijo este miércoles, 11 de mayo.

“Querían llenar a Venezuela de violencia para mostrarnos en la pantallas del mundo, ‘división en Venezuela“, indicó el jefe de Estado venezolano para referirse a la votación que se desarrolla en el Senado brasileño para decidir si Rousseff será sometida a un juicio político.

También  anunció que mantendrá por un año el estado de “emergencia económica” decretado inicialmente en febrero pasado por 120 días para atender la grave crisis económica, fuertemente afectado por la caída de los precios del petróleo.

“En los próximos días voy a renovar el decreto de emergencia económica para seguir enfrentando los problemas con la Constitución y los poderes que me da el estado de excepción para seguir actuando”, dijo.

EFE

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