Matthias Krull abría puertas. No era un mayordomo ni una de esas humanidades inmensas que se paran en la entrada de las discotecas y hacen una selección de “los más bonitos” para dejarlos acceder a la pista de baile. La escogencia de este alemán y con negocios en Venezuela y Suiza, era de otro nivel.
De acuerdo con los documentos presentados por la Fiscalía del Sur de la Florida, y que hoy sirven como acusación en el caso Operación Fuga de Dinero, Krull abría las puertas del banco suizo en el que trabajaba, hasta mayo de 2018, para atraer clientes y así lavar grandes sumas de dinero.
Aunque no era exigente con sus gustos, Krull tenía una debilidad por los venezolanos. Tanto, que en los documentos de la Fiscalía que aún no revela todos los nombres de lo involucrados en este entramado de corrupción -con la que obtuvieron 1.200 millones de dólares de Petróleos de Venezuela (Pdvsa)- algunos de los señalados son identificados como “Los Chamos”.
Hasta el momento se conocen los nombres de nueve personas en esta Operación, incluido quien estaba al frente de ellos: Francisco Convit Guruceaga. El resto de los señalados aparecen bajo el mote de “conspirador” y un número al lado.
Es así como la investigación que fue hecha con grabaciones ocultas por dos años describe cómo un día de 2016, Krull es llamado por el Conspirador 7 a su oficina en Venezuela. Tenían que lidiar con un tramo de 200 millones de dólares que debían ser movidos inmediatamente y, por eso, Conspirador 7 necesitaba que Krull conociera a los dueños de esa suma millonaria.
Al llegar a la cita estaba el Conspirador 7, Krull, Mario Bonilla Vallera -conocido como Conspirador 8– y el Conspirador 10.
En un momento del encuentro, el Conspirador 7 le pregunta a Krull si sabe a quién representa Bonilla; y ante la negativa del banquero, el 7 le responde que “Los Chamos” “son los hijastros de un funcionario venezolano que los ayudó a resolver asuntos pendientes a través de su esposa, que es la esposa de este funcionario”.
Resulta que “Los Chamos” estaban sentados en el cuarto de al lado. Según los describen tenían sombreros y lucían cadenas. Bonilla y el Conspirador 10 serían sus representantes. Según agencias internacionales, “Los Chamos” serían los hijastros de Nicolás Maduro, Yoswal, Yosser y Walter Flores, hijos de la primera dama, Cilia Flores.
Estos encuentros se repitieron en varias ocasiones posteriores. Krull sabía que estaba lavando dinero. Krull sabía que estaban tratando con altos funcionarios del Gobierno venezolano. Krull sabía que el dinero que estaba tratando de esconder provenía de actividades criminales.
El pasado miércoles 22 de agosto, el exbanquero se declaró culpable en un tribunal del sur de la Florida y accedió colaborar con la justicia estadounidense. Es cuestión de tiempo hasta que se revele la identidad de los conspiradores y de “Los Chamos”.
Acusado por la Operación Fuga de Dinero se declara culpable de lavado de capitales