Hoy 4 de febrero se cumplen cinco años del derrame petrolero sobre el río Guarapiche, considerado uno de los mayores magnitudes en el país, pues se calculan que al menos 100 mil barriles de crudo cayeron al principal afluente de agua dulce de Maturín, que se surte de este caudal para suministrar agua a siete de las 10 parroquias que conforman la capital monaguense.

Mientras muchos trabajadores de Pdvsa salieron a la marcha de los 20 años del cuatro de febrero de 1992, para celebrar en Caracas las dos décadas del golpe de Estado de Hugo Chávez, en el Complejo Operacional de Jusepín, la fisura de unos de los tubos encendió la polémica ambiental y política que desataría este hecho.

Se calcula que por al menos 21 horas se derramó petróleo al río Guarapiche y esto motivó la parada de la planta de tratamiento de agua en la ciudad; Pdvsa en un comunicado de cuatro párrafos señaló ese mismo domingo que el petróleo no llegaría al afluente; sin embargo ya el martes 6 de febrero las trazas de crudo comenzaron a verse en diferentes zonas del río; en especial en las cercanas a la planta de tratamiento y las alarmas se dispararon.

Siete parroquias de Maturín se quedaron sin agua por más de dos meses (67 días) y el daño ambiental generó un enfrentamiento entre el entonces todopoderoso gobernador de Monagas, José Gregorio “El Gato” Briceño con los ejecutivos de Pdvsa, la directiva del PSUV que envió a la ciudad a Yelitze Santaella a tratar el asunto a nivel político y desde la empresa estatal llegó a declarar que el entonces mandatario oficialista se estaba dejando tentar por la oposición, desde donde vieron con buenos ojos la medida del mandatario de impedir el bombeo de agua a Maturín.

El 25 de febrero de ese 2012, en el boletín epidemiólogico número 35 de la Red de Sociedades Científicas Médicas Venezolanas, se denunció que el accidente en el Complejo de Jusepín era uno de los más graves en el país, y las medidas para frenar el impacto se activaron de forma tardía.

Recordaron como los trabajadores, muchos de ellos contratados por Pdvsa de los poblados cercanos al río, comenzaron a contener el crudo de forma manual y sin el equipamiento necesario, por lo que se expusieron directamente al petróleo.

En este boletín se citaron las denuncias del entonces diputado a la Asamblea Nacional y aliado de El Gato Briceño, Jesús Domínguez, quien en un recorrido aéreo por la zona afectada, señaló que el petróleo recorrió 140 kilómetros y llegó hasta los caños Francés y San Juan, que vierten sus aguas al océano Atlántico.

“El desastre del río Guarapiche, 4 de febrero de 2012, podría ser el mayor derrame petrolero en agua dulce en la historia a escala mundial, (cantidad estimada de 64 mil a 120 mil barriles), equivalentes a 8.891, 9 toneladas, equivalentes de petróleo, superando ampliamente el derrame ocurrido en el Río de La Plata, el 15 de enero de 1999”, cita el boletín.

También lo catalogaron entre los puestos 13 y 27 de los derrames petroleros en la historia mundial, por la cantidad de crudo que cayó al cuerpo de agua. Para ese entonces, las empresas estatales Pdvsa y Aguas de Monagas activaron filtros especiales que permitieran purificar el agua, pero los enfrentamientos políticos que significaron la ruptura entre Briceño y el PSUV, politizaron el tema, cerraron las fuentes de información e incluso en los medios de comunicación de Monagas, hablar de lo ocurrido el 4 de febrero de 2012 es un tema vetado.

Enfrentamiento político

Es famosa también la fotografía del entonces vicepresidente de Pdvsa, Eulogio Del Pino, quien desde la represa de San Vicente, al mes del derrame, tomó un vaso de agua directa del río para refutar la tesis de que estuviese contaminado y dar fe de la limpieza del afluente.

Eulogio Del Pino bebe agua del río Guarapiche en la represa de San Vicente en Maturín
Eulogio Del Pino bebe agua del río Guarapiche en la represa de San Vicente en Maturín

En la Asamblea Nacional, controlada en la época por el oficialismo, el presidente de la Comisión de Ambiente, Hiram Gaviria, habló de 60 mil barriles derramados; Del Pino descartó una explosión como causa del accidente y aclaró que se debió a una fisura de una de las tuberías de 20 centímetros.

El ministro de Ambiente, Alejandro Hitcher, descartó responsabilidades, pese a la tardanza en responder para frenar al avance del petróleo; y hasta llegó a decir que deberían enjuiciar al tubo como responsable de los hechos, pero no a ningún directivo o encargado de la estatal petrolera.

Hoy a cinco años del caso, solo un boletín de prensa del partido MiGato, destaca la información, en el que rememoró el enfrentamiento político: “Esto culminó en el exilio del gobernador, y a partir de ese momento se inició a la persecución política con la intervención de la policía estadal y la promesa del Ejecutivo nacional de convertir al líder de esa región en polvo cósmico”.

Pese a que la Fiscalía Ambiental en Monagas abrió una investigación, nadie fue responsabilizado por el hecho, y los encargados del Complejo Operacional después fueron promovidos a cargos de mayor rango ejecutivo dentro de Pdvsa Exploración y Producción Oriente.

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