Una distracción más. Así calificaron los internacionalistas Carlos Luna y Juan Francisco Contreras que el Gobierno de Nicolás Maduro involucre a Colombia, Chile y México en el atentado fallido del pasado 4 de agosto contra el mandatario.

Para Luna, quien es profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), uno de los grandes objetivos de acusar ahora al presidente chileno de Sebastián Piñera y a México, es desviar la atención de la emergencia humanitaria y la crisis económica que vive el país.

“El Gobierno quiere poner a la opinión pública a discutir sobre este tema y generar una distracción de la emergencia humanitaria y la situación económica venezolana”, afirmó.

También consideró que es una forma de responder a la denuncia que introducirán contra el país ante la Corte Penal Internacional (CPI) Argentina, Colombia, Chile, Perú y Paraguay, países que pedirán se investigue a Maduro y sus funcionarios de estar involucrados en delitos de lesa humanidad.

“Están tratando de autoaislarse de la comunidad interamericana para generar un cambio de perspectiva y de las alianzas. Anteriormente uno de los primeros anillos de seguridad de Venezuela estaba dentro de su misma región, pero ahora pareciera que está buscando alinearse con China, Medio y Cercano Oriente, con países como como Turquía”, sostuvo.

Este cambio pretende impulsar alianzas no por la cercanía geográfica, como ha sido tradicional en la historia diplomática venezolana, sino por “proximidad ideológica“, mencionó Luna.

Buscar solidaridad en la ONU

Para Contreras, presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, el Gobierno venezolano quiere también desviar el foco de la agenda de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde esta semana los países del Grupo de Lima y Estados Unidos hablarán de cómo el país se convirtió en un problema regional por la crisis migratoria que genera en las naciones vecinas.

“En estos momentos que se está celebrando en la ONU la reunión anual de presidentes lanzar una noticia como esta es para tratar de buscar una solidaridad de países que puedan pensar que existen estas alianzas contra el Gobierno de Maduro, la idea es victimizarse”, señaló.

Ambos expertos coincidieron que más allá de las acusaciones o testimonios de personas involucradas que mencionan supuestos nexos con embajadas de esos países en el país, Venezuela debe mostrar pruebas contundentes, serias y creíbles que pudieran demostrar la veracidad de esas acusaciones.

“Esos testimonios no son suficientes para implicar a gobiernos de países vecinos. Deben haber pruebas más contundentes para hacer una aseveración de esta categoría. Es una falta de seriedad”, recalcó Contreras.

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Comisión internacional otra distracción

Sobre la posibilidad de que se conforme una comisión internacional independiente que investigue el atentado contra Maduro, a pesar de que es una posibilidad que podría dar luces sobre el ataque al presidente venezolano, es una mención a la ligera del Ejecutivo nacional.

“Eso no tiene viabilidad, me parece un absurdo y es un reconocimiento que las autoridades jurisdiccionales en Venezuela no tienen imparcialidad y suficiente experticia y preparación. Está reconociendo que estos organismos son pocos creíbles en Venezuela y para la comunidad internacional“, añadió Luna.

Contreras agregó que “al Gobierno no le interesa eso, es momentáneo y circunstancial para generar una solidaridad. Es una especie de artimaña para distraer y que algunos países duden de la situación verdadera de nuestro país”.

Ante las acusaciones, Chile respondió desde la cancillería este lunes 24 de septiembre, cuando calificaron de inaceptable los señalamientos, a lo que Venezuela respondió era una “huida hacia adelante”.

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Periodista venezolano. Escribo con la esperanza de mover conciencias que promuevan cambios. Activista social y defensor de derechos humanos.