Este jueves, 14 de noviembre, el movimiento estudiantil se concentró a manifestar en las afueras de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
«Queremos pasar, queremos protestar», gritaban estudiantes al unísono en horas del mediodía, mientras empujaban los escudos de los funcionarios. Los policías, incorruptibles, se sujetaban a los escudos y respondían con gas pimienta.
Desde temprano, cientos de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y Policía Nacional Bolivariana (PNB), con escudos y vehículos, trancaban la salida Tamanaco de esta universidad. Y, lo que empezó como una entrega de rosas blancas a los funcionarios, se transformó en un intercambio de piedras y bombas.
Las rosas blancas de los estudiantes no fueron recibidas por los funcionarios
Los empujones entre manifestantes y efectivos policiales comenzó cuando los estudiantes entonaban las notas el himno nacional y luego de guardar un minuto de silencio por los fallecidos durante las protestas efectuadas desde 2014. La orden para los policías era no retroceder.
«No venimos acá para echarles piedras, aquí hay un solo responsable que se llama Nicolás Maduro, todos estos malandros», gritaba uno de los manifestantes, mientras apuntaba con su dedo a los funcionarios policiales.
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«Quieren que caigamos en provocaciones, es lo que ellos quieren, no caigamos en provocaciones», ordenaba en voz alta uno de los uniformados. Los funcionarios escuchaban atentos, con rostros rígidos, con sus escudos empuñados y firmes en el suelo. «Nadie avanza, nadie avanza», repetía la misma voz, ante los empujones de los manifestantes.
Pero los estudiantes eran insistentes y se lanzaban en contra del muro humano una y otra vez. Tomaban impulso y se abalanzaban contra los funcionarios, les arrebataban los escudos y celebraban con gritos. Luego se disolvían corriendo con los escudos al aire, con las caras rojas y llorando por el gas que les rociaban.
Algunos estudiantes robaron escudos de funcionarios policiales
El punto más violento de la manifestación fue cuando los cuerpos de seguridad comenzaron a responder a los estudiantes con bombas lacrimógenas.
«Traigan el agua con bicarbonato», decía un grupo de estudiantes, que rescataban a los afectados por la nube de gas, les impregnaban con spray esta agua y les echaban aire para ayudarlos a respirar.
Los manifestantes se replegaron y los pocos que tenían escudos formaron un frente, devolvían las bombas a los uniformados y contestaban la agresión con piedras. Las rosas del principios quedaron aplastadas en el piso, en el punto de fuego de la protesta, junto con botellas rotas y demás escombros.
«Vamos para adelante, vamos para adelante», gritaban escuderos para organizarse en el punto caliente del conflicto. Desde ese momento todo se desenvolvió en un ir y venir de objetos, durante más de hora y media, hasta la 1:50 pm cuando comenzaron a retirarse.
Sin embargo, antes de retirarse, varios de los estudiantes gritaron a los policías que esta manifestación fue una preparación para la gran movilización convocada por el presidente encargado, Juan Guaidó, para el sábado 16 de noviembre.
Más temprano, el movimiento estudiantil sostuvo una asamblea con el presidente encargado de Venezuela y el también jefe de la Asamblea Nacional acompañó la manifestación desde la plaza cubierta de la UCV hasta la salida Tamanaco, para retirarse antes de la confrontación.
En esta asamblea participaron los presidentes de la Federación de Centros Universitarios de la UCV, David Sosa, el de la Universidad de Carabobo, Marlon Díaz y el de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (Ucla), Jesús Suárez, para respaldar la convocatoria del 16 de noviembre.
El movimiento estudiantil convocó también a manifestar el 21 de noviembre, día nacional del estudiante universitario.
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Este jueves, 14 de noviembre, el movimiento estudiantil se concentró a manifestar en las afueras de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
«Queremos pasar, queremos protestar», gritaban estudiantes al unísono en horas del mediodía, mientras empujaban los escudos de los funcionarios. Los policías, incorruptibles, se sujetaban a los escudos y respondían con gas pimienta.
Desde temprano, cientos de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y Policía Nacional Bolivariana (PNB), con escudos y vehículos, trancaban la salida Tamanaco de esta universidad. Y, lo que empezó como una entrega de rosas blancas a los funcionarios, se transformó en un intercambio de piedras y bombas.
Las rosas blancas de los estudiantes no fueron recibidas por los funcionarios
Los empujones entre manifestantes y efectivos policiales comenzó cuando los estudiantes entonaban las notas el himno nacional y luego de guardar un minuto de silencio por los fallecidos durante las protestas efectuadas desde 2014. La orden para los policías era no retroceder.
«No venimos acá para echarles piedras, aquí hay un solo responsable que se llama Nicolás Maduro, todos estos malandros», gritaba uno de los manifestantes, mientras apuntaba con su dedo a los funcionarios policiales.
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«Quieren que caigamos en provocaciones, es lo que ellos quieren, no caigamos en provocaciones», ordenaba en voz alta uno de los uniformados. Los funcionarios escuchaban atentos, con rostros rígidos, con sus escudos empuñados y firmes en el suelo. «Nadie avanza, nadie avanza», repetía la misma voz, ante los empujones de los manifestantes.
Pero los estudiantes eran insistentes y se lanzaban en contra del muro humano una y otra vez. Tomaban impulso y se abalanzaban contra los funcionarios, les arrebataban los escudos y celebraban con gritos. Luego se disolvían corriendo con los escudos al aire, con las caras rojas y llorando por el gas que les rociaban.
Algunos estudiantes robaron escudos de funcionarios policiales
El punto más violento de la manifestación fue cuando los cuerpos de seguridad comenzaron a responder a los estudiantes con bombas lacrimógenas.
«Traigan el agua con bicarbonato», decía un grupo de estudiantes, que rescataban a los afectados por la nube de gas, les impregnaban con spray esta agua y les echaban aire para ayudarlos a respirar.
Los manifestantes se replegaron y los pocos que tenían escudos formaron un frente, devolvían las bombas a los uniformados y contestaban la agresión con piedras. Las rosas del principios quedaron aplastadas en el piso, en el punto de fuego de la protesta, junto con botellas rotas y demás escombros.
«Vamos para adelante, vamos para adelante», gritaban escuderos para organizarse en el punto caliente del conflicto. Desde ese momento todo se desenvolvió en un ir y venir de objetos, durante más de hora y media, hasta la 1:50 pm cuando comenzaron a retirarse.
Sin embargo, antes de retirarse, varios de los estudiantes gritaron a los policías que esta manifestación fue una preparación para la gran movilización convocada por el presidente encargado, Juan Guaidó, para el sábado 16 de noviembre.
Más temprano, el movimiento estudiantil sostuvo una asamblea con el presidente encargado de Venezuela y el también jefe de la Asamblea Nacional acompañó la manifestación desde la plaza cubierta de la UCV hasta la salida Tamanaco, para retirarse antes de la confrontación.
En esta asamblea participaron los presidentes de la Federación de Centros Universitarios de la UCV, David Sosa, el de la Universidad de Carabobo, Marlon Díaz y el de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (Ucla), Jesús Suárez, para respaldar la convocatoria del 16 de noviembre.
El movimiento estudiantil convocó también a manifestar el 21 de noviembre, día nacional del estudiante universitario.