En el ministerio del Trabajo y Promoción del Empleo del Perú solo hay registrados 40.000 contratos de empleo formal con seguro médico. La cifra fue aportada por el investigador José Koechlin de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya de ese país.

Koechlin presentó su ponencia Impacto laboral de la inmigración venezolana en el Perú en el foro Horizontes de la emigración venezolana: retos para su inserción laboral en América Latina que tuvo lugar en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Basado en 1.600 encuestas realizadas en Lima, Arequipa y Piura (entre febrero y julio de 2019) donde se concentran 92% de quienes salieron de nuestras fronteras, el experto mostró que la cifra de contratos formales de trabajo en el despacho ministerial encuentra su explicación en el hecho de que 92,11% de los consultados manifestaron realizar alguna actividad informal que les genera ingresos para subsistir y enviar remesas a familiares en nuestro país. Solo 7,89% tienen un empleo formal.

Hasta julio de este año se contaron 850.000 venezolanos en Perú de acuerdo con la Superintendencia Nacional de Migraciones. Es el segundo país latinoamericano después de Colombia (con un millón 488 mil 373) en albergar a nacionales que buscan mejores oportunidades de vida.

Koechlin destacó que 92% de los migrantes en tierra inca tienen alguna ocupación sea en el sector formal o informal y solo 4% está desocupados. Según la categoría ocupacional, 58% son empleados mientras que 37% son trabajadores independientes (formal o informal), un pequeño grupo son empleadores (1,16%) y 2,18% se desempeña como obreros.

Riesgos

 El experto advirtió que en la vida laboral muchos de los que emigran están expuestos muchas veces a condiciones de trabajo precarias, sin beneficios, con bajos salarios y largas jornadas. Lo señaló como una de las causas de los cambios a trabajos por cuenta propia, porque se gana más y evitan la explotación.

De hecho 55% de los migrantes trabaja más de 60 horas a la semana, 27% de 49 a 60 horas, 17% de 21 a 48 y 1% de 21 a 48 horas.

El salario mínimo en Perú es de 160$ y 46% de los migrantes consultados dijeron ganar menos de esa cantidad , mientras que 49% manifestó devengar más de 350$.  El 27,13% de los que trabajan más de 60 horas ganan menos de salario mínimo. Contar o no con el Permiso Temporal de Permanencia (PTP) no representa una diferencia significativa entre los que perciben más o menos dinero.

Otra particularidad que arrojó el sondeo es que 93,8% de los migrantes expresaron que no laboran en el área de su especialidad académica. 33% de los asalariados se dedican a la actividad comercial (compra – venta), 32% son empleados de seguridad, 35% trabaja en restaurantes, salones de belleza, son choferes o técnicos, entre otros, mientras que 5% sí ejerce como médico.

De los informales, 82% gana dinero producto de la venta informal en las calles, 6% trabaja como mototaxista y 6% ofrece servicios de salón de belleza en su domicilio o abre una pequeña tienda en su barrio, entre otros.

 “33% tiene una educación superior profesional o técnica completa, Perú no es capaz de aprovechar este capital humano que no le ha costado nada, en este aspecto la política pública falla”, advirtió Koechlin.

Admitió que hasta hace poco existía preferencia en Perú por contratar a trabajadores venezolanos, especialmente mujeres, en ciertas áreas del sector comercio, servicios y atención al público, pero la situación ha cambiado por la situación de inseguridad atribuida a la emigración criolla, temor que aclaró, es infundado pero ha despertado xenofobia.

 

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